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COLABORACIONES: ARTÍCULOS INTERESANTES / ¿QUÉ GARANTÍAS HAY DE QUE EXISTE LA REENCARNACIÓN?
« Último mensaje por Fe en Mayo 25, 2025, 06:43:56 am »
¿QUÉ GARANTÍAS HAY DE QUE EXISTE LA REENCARNACIÓN?
Explorando las Evidencias y las Creencias.

La idea de la reencarnación, la creencia de que el alma o la conciencia individual persiste después de la muerte física y vuelve a encarnar en un nuevo cuerpo, ha fascinado a la humanidad durante milenios. Presente en diversas religiones orientales como el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo, así como en algunas corrientes filosóficas y espirituales occidentales, la reencarnación ofrece una perspectiva cíclica de la vida y la muerte, sugiriendo un viaje del alma a través de múltiples existencias. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿qué garantías hay de que esta creencia sea una realidad?
Es crucial abordar esta cuestión desde una perspectiva que distinga entre la evidencia científica verificable y las pruebas anecdóticas, filosóficas y basadas en la fe. Desde el punto de vista de la ciencia occidental convencional, actualmente no existen garantías empíricas y replicables que demuestren la existencia de la reencarnación. El método científico se basa en la observación objetiva, la experimentación controlada y la formulación de teorías basadas en datos verificables, y la naturaleza de la conciencia después de la muerte y su posible transferencia a otro cuerpo escapa a las herramientas y metodologías científicas actuales.

LA AUSENCIA DE EVIDENCIA CIENTÍFICA CONCLUYENTE

La neurociencia, por ejemplo, se centra en la correlación entre la conciencia y la actividad cerebral. La muerte cerebral se define como el cese irreversible de la función cerebral, lo que, desde una perspectiva neurocientífica, implica el cese de la conciencia individual. No existen mecanismos científicos conocidos que expliquen cómo una conciencia podría persistir independientemente de un sustrato biológico funcional y transferirse a un nuevo organismo.
Los intentos de investigar científicamente la reencarnación a menudo se basan en el estudio de niños que afirman recordar vidas pasadas. Si bien algunos casos han presentado detalles sorprendentes que coinciden con la vida de personas fallecidas, estas investigaciones suelen enfrentar desafíos metodológicos significativos:

•   Dificultad para la verificación independiente: La información proporcionada por los niños a menudo depende de los testimonios de los padres o cuidadores, lo que puede introducir sesgos o interpretaciones subjetivas.
•   Posibilidad de criptomnesia: Los niños podrían haber adquirido información sobre la vida pasada recordada a través de fuentes desconocidas, como conversaciones familiares, libros o medios de comunicación.
•   Influencia de la sugestión: Las creencias culturales y las expectativas de los investigadores podrían influir en la forma en que se interpretan y recuerdan los relatos de los niños.
•   Falta de un mecanismo biológico o físico: Incluso si se verificaran algunos casos de recuerdos de vidas pasadas, no existe un modelo científico aceptado que explique cómo se almacena y se transfiere la memoria o la conciencia a través de diferentes cuerpos.

TIPOS DE "EVIDENCIA" Y ARGUMENTOS A FAVOR DE LA REENCARNACIÓN

A pesar de la falta de garantías científicas, existen diferentes tipos de argumentos y "evidencia" que se presentan a menudo en apoyo de la creencia en la reencarnación:

•   Recuerdos de Vidas Pasadas: Como se mencionó anteriormente, los relatos de niños que recuerdan detalles de vidas anteriores son una fuente común de interés. Algunos investigadores, como el Dr. Ian Stevenson y el Dr. Jim Tucker, han dedicado sus carreras al estudio de estos casos, documentando miles de ellos en todo el mundo. Si bien estos relatos pueden ser intrigantes y, en algunos casos, contener información verificable, no constituyen una prueba científica concluyente debido a las limitaciones metodológicas mencionadas.
•   Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM): Algunas personas que han experimentado ECM informan sensaciones de separación del cuerpo, viajes a otros reinos, encuentros con seres de luz y una revisión de su vida. Algunos interpretan estas experiencias como evidencia de la existencia de una conciencia separada del cuerpo que podría potencialmente reencarnar. Sin embargo, las ECM son fenómenos complejos que pueden tener explicaciones neurobiológicas y psicológicas, y no prueban inequívocamente la reencarnación.
•   Sentido de Déjà Vu: La sensación familiar de haber experimentado previamente una situación actual a veces se cita como un indicio de recuerdos de vidas pasadas. Sin embargo, el déjà vu es un fenómeno psicológico que puede explicarse por procesos neurológicos y la forma en que el cerebro procesa la memoria.
•   Talentos y Habilidades Innate: Algunas personas nacen con talentos o habilidades extraordinarias que parecen no tener una explicación clara en su vida actual. Esto a veces se interpreta como la manifestación de habilidades desarrolladas en vidas anteriores. Sin embargo, la genética y las experiencias tempranas en la vida actual pueden ofrecer explicaciones plausibles para estas aptitudes.
•   Argumentos Filosóficos y Morales: Algunos defensores de la reencarnación argumentan que esta doctrina ofrece una explicación más justa y coherente para las desigualdades y los sufrimientos inexplicables en la vida. La idea del karma, la ley de causa y efecto que se extiende a través de múltiples vidas, sugiere que las experiencias actuales son el resultado de acciones pasadas. Si bien este argumento puede ser filosóficamente atractivo para algunos, no constituye una prueba de la existencia de la reencarnación.
•   Creencias Religiosas y Culturales: Para millones de personas en todo el mundo, la reencarnación es un dogma central de su fe. La creencia se transmite a través de las escrituras sagradas, las tradiciones y las enseñanzas espirituales. Si bien estas creencias son profundamente significativas para sus seguidores, se basan en la fe y la autoridad religiosa, no en la evidencia científica empírica.

CONCLUSIÓN: UN ASUNTO DE FE Y PERSPECTIVA

En la actualidad, no existen garantías científicas sólidas que demuestren la existencia de la reencarnación. La ciencia, con sus métodos basados en la evidencia observable y replicable, aún no ha encontrado mecanismos ni pruebas concluyentes que respalden esta creencia.
La aceptación de la reencarnación sigue siendo, en gran medida, un asunto de fe personal, convicción filosófica y herencia cultural. Las "evidencias" presentadas a menudo son interpretativas, anecdóticas o basadas en experiencias subjetivas que pueden tener otras explicaciones.
Esto no significa necesariamente que la reencarnación sea falsa, sino que, hasta el momento, escapa al escrutinio científico directo. Para aquellos que encuentran consuelo, significado o una explicación del mundo en la idea de la reencarnación, su valor reside en su capacidad para ofrecer un marco de comprensión de la vida, la muerte y el universo. Sin embargo, es importante distinguir entre la creencia personal y la evidencia científica verificable al abordar esta fascinante y perdurable cuestión. La pregunta de si hay garantías de la reencarnación sigue abierta, residiendo actualmente en el ámbito de la fe y la exploración personal más que en el de la certeza científica.

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ANTE UNA OFENSA, ¿LA MEJOR RESPUESTA ES LA INDIFERENCIA?
Explorando una Estrategia de Poder Silencioso.

La vida, inevitablemente, nos expone a situaciones en las que nuestras palabras, acciones o incluso nuestra mera existencia son objeto de ofensa. Ya sea una crítica hiriente, un comentario despectivo o una burla malintencionada, la ofensa tiene el poder de encender la ira, la tristeza o la frustración. En ese instante visceral, la reacción instintiva puede ser la confrontación, la defensa apasionada o incluso la represalia. Sin embargo, existe una estrategia que, a menudo subestimada, se presenta como una alternativa poderosa y, para muchos, la respuesta más eficaz: la indiferencia.
La idea de responder a una ofensa con indiferencia se basa en la premisa de que la ofensa busca una reacción. Su objetivo es provocar una respuesta emocional en el receptor, ya sea rabia, tristeza, negación o la necesidad de defenderse. Al no ofrecer esa reacción esperada, se desactiva el poder de la ofensa, dejándola caer en el vacío de nuestra falta de interés. Es como intentar encender un fuego sin combustible; la llama simplemente no prende.

EL PODER DE LA NO-REACCIÓN:

La indiferencia, en este contexto, no implica necesariamente una falta de sentimiento interno. Podemos sentir la punzada de la ofensa, pero elegimos conscientemente no manifestarla externamente. Esta elección nos otorga un control significativo sobre la situación. En lugar de ser arrastrados por la emoción del ofensor, mantenemos nuestra compostura y evitamos entrar en su juego.
Este silencio estratégico tiene varios beneficios:

•   Desarma al ofensor: Quien busca ofender a menudo se alimenta de la reacción de su víctima. La indiferencia priva al ofensor de esta satisfacción, pudiendo generar en él confusión, frustración e incluso la sensación de que su intento ha sido fallido.
•   Protege nuestra energía: Reaccionar emocionalmente a una ofensa puede ser agotador. Nos consume tiempo, energía mental y a menudo nos deja sintiéndonos peor. La indiferencia nos permite conservar nuestra energía para asuntos que realmente importan.
•   Mantiene nuestra dignidad: Responder con ira o con una defensa acalorada a veces puede rebajarnos al nivel del ofensor. La indiferencia, por otro lado, proyecta una imagen de fortaleza, autocontrol y superioridad emocional.
•   Evita escaladas: Una reacción airada puede fácilmente degenerar en una discusión o conflicto mayor. La indiferencia corta de raíz esta posibilidad, impidiendo que la situación se intensifique.
•   Fuerza la introspección (en algunos casos): Al no obtener la reacción deseada, el ofensor podría, en algunos casos, verse obligado a reflexionar sobre la validez de su ofensa y su propio comportamiento.

CUÁNDO LA INDIFERENCIA ES LA MEJOR ESTRATEGIA:

La indiferencia no es una respuesta universal para todas las ofensas. Su eficacia radica en el contexto y la naturaleza de la ofensa:

•   Ofensas triviales o sin fundamento: Ante comentarios superficiales, burlas sin importancia o críticas sin base real, la indiferencia suele ser la respuesta más sabia. Darles importancia solo infla la ego del ofensor y les otorga un poder que no merecen.
•   Intentos de provocación: Algunas personas buscan deliberadamente provocar reacciones emocionales en los demás. La indiferencia les niega este placer y les muestra que sus tácticas no son efectivas.
•   Comentarios malintencionados de personas irrelevantes: La opinión de personas que no tienen un impacto significativo en nuestra vida no debería tener el poder de afectarnos profundamente. La indiferencia les resta importancia y protege nuestra paz interior.
•   Situaciones donde la confrontación podría ser peligrosa o contraproducente: En ciertos entornos o con ciertas personalidades, la confrontación directa puede escalar la situación o incluso ponernos en riesgo. La indiferencia puede ser una forma segura de desactivar la hostilidad.

LOS DESAFÍOS DE LA INDIFERENCIA:

Aunque poderosa, la indiferencia no siempre es fácil de implementar:

•   Requiere autocontrol: Ignorar una ofensa que nos hiere profundamente exige una gran fortaleza interior y la capacidad de gestionar nuestras propias emociones.
•   Puede ser interpretada erróneamente: Algunas personas podrían percibir nuestra indiferencia como arrogancia, debilidad o falta de comprensión.
•   No aborda problemas subyacentes: Si la ofensa es parte de un patrón de comportamiento dañino o proviene de una relación importante, la indiferencia por sí sola puede no resolver el problema a largo plazo. En estos casos, una comunicación asertiva y la fijación de límites claros pueden ser necesarias en algún momento.

CONCLUSIÓN:

La indiferencia, ante una ofensa, se erige como una estrategia de poder silencioso que puede desarmar al ofensor, proteger nuestra energía y mantener nuestra dignidad. Si bien no es una solución universal, en muchas situaciones, especialmente ante provocaciones triviales o intentos de manipulación emocional, elegir la no-reacción puede ser la respuesta más inteligente y efectiva. Nos permite mantener el control, preservar nuestra paz interior y demostrar una fortaleza que va más allá de la necesidad de defendernos constantemente. Aprender a cultivar esta indiferencia selectiva es una herramienta valiosa en nuestro arsenal para navegar las complejidades de las interacciones humanas y proteger nuestro bienestar emocional.

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AMAR MÁS ALLÁ DEL AMOR: Trascendiendo el Sentimiento hacia la Conexión Esencial.

En el vasto universo de las emociones humanas, el amor se erige como una fuerza poderosa y multifacética, capaz de inspirar las más sublimes alegrías y los dolores más profundos. Sin embargo, existe una dimensión del amar que trasciende la mera emoción, que va más allá del sentimiento romántico, filial o fraternal. Este amor profundo es una conexión esencial, una resonancia del alma que abraza la totalidad del ser, más allá de las etiquetas y las expectativas. Amar más allá del amor es despertar a la interconexión fundamental que nos une a todo lo que existe.
El amor, en su forma más convencional, a menudo está teñido de apego, de necesidad, de proyecciones y de la búsqueda de reciprocidad. Amamos porque alguien nos hace sentir bien, porque cumple nuestras expectativas, porque forma parte de nuestro círculo íntimo. Si bien estas expresiones de amor son valiosas y enriquecen nuestras vidas, pueden estar limitadas por las fronteras del ego y las fluctuaciones de las circunstancias.

AMAR MÁS ALLÁ DEL AMOR IMPLICA:

•   Despojarse del Ego: Es trascender la necesidad de que el otro nos complete o valide. Es amar sin la expectativa de recibir algo a cambio, liberando al ser amado de nuestras proyecciones y permitiéndole ser auténticamente quien es.
•   Abrazar la Totalidad: Es ver la esencia divina en cada ser, más allá de sus imperfecciones, sus errores o sus diferencias. Es reconocer la chispa de la conciencia universal que reside en cada corazón, extendiendo nuestra compasión y comprensión incluso hacia aquellos que nos resultan difíciles.
•   Cultivar la Empatía Profunda: Es ir más allá de la simpatía superficial y conectar con el sufrimiento y la alegría del otro como si fueran propios. Es sentir la vibración de su experiencia, comprendiendo su perspectiva desde un lugar de profunda unidad.
•   Practicar la Aceptación Radical: Es abrazar la realidad tal como es, sin resistencia ni juicio. Es aceptar a los demás en su singularidad, reconociendo que cada uno está en su propio camino de aprendizaje y evolución.
•   Irradiar Bondad Incondicional: Es emanar una energía de amor y benevolencia hacia todo lo que nos rodea, sin distinción. Es desear el bienestar de todos los seres, cultivando un corazón abierto y generoso.
•   Reconocer la Interconexión: Es comprender que, en un nivel fundamental, todos estamos interconectados, formando parte de un mismo tejido cósmico. Amar a otro es, en esencia, amarnos a nosotros mismos en otra forma.

LAS MANIFESTACIONES DE UN AMOR TRASCENDENTE:

Este amor que va más allá del sentimiento se manifiesta de diversas maneras en nuestra vida:
•   La Compasión Activa: No solo sentir el sufrimiento ajeno, sino tomar acciones concretas para aliviarlo, movidos por un profundo sentido de unidad.
•   El Perdón Genuino: Liberar el resentimiento y la ira hacia aquellos que nos han herido, comprendiendo que todos somos aprendices en el camino de la vida. El perdón es un acto de amor hacia uno mismo y hacia el otro.
•   La Paciencia Infinita: Ofrecer espacio y comprensión a los demás en sus procesos, reconociendo que el crecimiento lleva tiempo y que cada uno tiene su propio ritmo.
•   La Gratitud Profunda: Apreciar la existencia de cada ser y cada experiencia, reconociendo la riqueza y la belleza que aportan al tapiz de la vida.
•   El Servicio Desinteresado: Dar de nuestro tiempo, energía y recursos sin esperar nada a cambio, movidos por el deseo de contribuir al bienestar colectivo.
•   La Contemplación Silenciosa: Conectar con la quietud interior donde se revela la unidad de todo lo que existe, cultivando un sentido de paz y amor que emana desde el centro de nuestro ser.

EL CAMINO HACIA UN AMOR SIN LÍMITES:

Cultivar este amor que trasciende el sentimiento requiere una práctica constante y una apertura del corazón:

•   Practicar la Meditación de la Bondad Amorosa (Metta): Dirigir conscientemente sentimientos de amor y bienestar hacia uno mismo, hacia los seres queridos, hacia personas neutrales, hacia personas difíciles y hacia todos los seres.
•   Cultivar la Empatía a través de la Escucha Activa: Prestar atención plena a los demás, tratando de comprender su mundo interior sin juicios ni interpretaciones.
•   Desafiar Nuestros Prejuicios: Cuestionar nuestras creencias limitantes y abrirnos a la diversidad de experiencias y perspectivas.
•   Practicar la Aceptación en las Interacciones: Recordar que cada persona está haciendo lo mejor que puede con los recursos que tiene en ese momento.
•   Buscar la Unidad en la Diversidad: Reconocer la belleza y la riqueza que aporta la multiplicidad de formas de vida y de expresión.
•   Conectar con la Naturaleza: Experimentar la interconexión de todos los seres vivos a través de la inmersión en el mundo natural.

Amar más allá del amor no niega la belleza y la importancia de las conexiones personales y emocionales. Más bien, las expande, las enriquece y las fundamenta en una comprensión más profunda de nuestra unidad esencial. Es un llamado a despertar a la conciencia de que todos somos parte de un mismo corazón palpitante, unidos por un lazo invisible de amor incondicional que trasciende las fronteras del individuo y abraza la totalidad de la existencia. Al cultivar este amor profundo, no solo transformamos nuestras relaciones, sino que también contribuimos a la creación de un mundo más compasivo, justo y en armonía con el espíritu que nos une a todos.


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AFERRARSE: Cómo las relaciones tóxicas o disfuncionales obstaculizan el autodescubrimiento.

EL VIAJE HACIA EL AUTODESCUBRIMIENTO ES UNA ODISEA PERSONAL, INTRINCADA Y PROFUNDAMENTE TRANSFORMADORA. IMPLICA DESENTRAÑAR LAS CAPAS DE NUESTRA IDENTIDAD, EXPLORAR NUESTROS VALORES FUNDAMENTALES, RECONOCER NUESTRAS FORTALEZAS Y DEBILIDADES, Y COMPRENDER NUESTRAS NECESIDADES Y DESEOS MÁS AUTÉNTICOS. Este proceso continuo nos permite vivir una vida más plena, alineada con nuestro verdadero ser. Sin embargo, este delicado proceso puede verse gravemente obstaculizado por un factor insidioso: el aferrarse a relaciones tóxicas o disfuncionales.
Las relaciones, en su esencia, deberían ser fuentes de apoyo, crecimiento y alegría. Nos brindan un espejo en el que podemos vernos reflejados, un espacio seguro para la vulnerabilidad y compañeros en el viaje de la vida. No obstante, cuando nos encontramos atrapados en dinámicas relacionales que son perjudiciales, abusivas o simplemente insatisfactorias de manera crónica, el impacto en nuestro bienestar y, crucialmente, en nuestra capacidad de autodescubrimiento, puede ser devastador.
Una relación tóxica actúa como una maraña de enredos emocionales que nos inmovilizan, impidiéndonos movernos libremente hacia la exploración de nuestro interior. La energía que deberíamos invertir en conocernos a nosotros mismos se desvía hacia la gestión de conflictos, la mitigación de daños emocionales y el intento constante de complacer o apaciguar a la otra persona. En este estado de alerta perpetua, resulta casi imposible dirigir la mirada hacia adentro con la honestidad y la apertura necesarias para el autodescubrimiento.
Uno de los principales obstáculos que presentan las relaciones tóxicas es la erosión de la autoestima. La crítica constante, la manipulación, el menosprecio y la falta de apoyo socavan nuestra confianza y nos hacen dudar de nuestro propio valor. Cuando nuestra valía personal depende de la aprobación de otra persona, perdemos la conexión con nuestra propia brújula interna. ¿Cómo podemos discernir nuestros propios deseos y necesidades si constantemente estamos tratando de cumplir con las expectativas dañinas de alguien más?
Además, las dinámicas disfuncionales a menudo fomentan la codependencia, donde nuestra identidad y bienestar se entrelazan de manera malsana con la otra persona. En lugar de cultivar nuestra propia individualidad, nos volvemos excesivamente dependientes de la relación para sentirnos completos o seguros. Este patrón sofoca cualquier intento de explorar nuestros propios intereses, pasiones o valores independientes. El miedo a la soledad o al abandono nos mantiene anclados a una situación que nos impide florecer como individuos.
La falta de límites saludables en relaciones tóxicas también juega un papel crucial en el bloqueo del autodescubrimiento. Cuando nuestras necesidades no se respetan, nuestros límites se cruzan constantemente y no se valora nuestra autonomía, aprendemos a ignorar nuestras propias señales internas. Nos desconectamos de nuestras emociones y de nuestra intuición, las herramientas esenciales para navegar el camino del autoconocimiento.
El proceso de autodescubrimiento a menudo requiere introspección y reflexión solitaria. Necesitamos momentos de tranquilidad para escuchar nuestra voz interior, procesar nuestras experiencias y conectar con nuestras verdades más profundas. Sin embargo, las relaciones tóxicas suelen estar marcadas por el drama constante, la ansiedad y la necesidad de atención, lo que dificulta enormemente encontrar ese espacio mental necesario para la autorreflexión.
Aferrarse a relaciones que nos drenan emocionalmente también puede llevarnos a negar o reprimir aspectos de nosotros mismos para mantener la "paz" o evitar el conflicto. Podemos ocultar nuestras opiniones, silenciar nuestras necesidades o incluso adoptar comportamientos que no se alinean con nuestros valores auténticos. Esta desconexión con nuestro verdadero ser crea una barrera infranqueable para el autodescubrimiento.
Superar la tendencia a aferrarse a relaciones tóxicas o disfuncionales es, por lo tanto, un paso fundamental para desbloquear el proceso de autodescubrimiento. Requiere valentía para enfrentar la realidad de la situación, establecer límites firmes y, en algunos casos, tomar la difícil decisión de alejarse. Este proceso puede ser doloroso y desafiante, pero es esencial para reclamar nuestra autonomía y crear el espacio necesario para el crecimiento personal.
Al liberarnos de las cadenas de las relaciones dañinas, nos abrimos a la posibilidad de reconectar con nosotros mismos. Podemos comenzar a explorar quiénes somos realmente fuera del contexto de esa dinámica tóxica. Tenemos la oportunidad de identificar nuestros propios valores, perseguir nuestros propios sueños y construir una vida basada en la autenticidad y el autorrespeto.
El autodescubrimiento no es un destino, sino un viaje continuo. Al priorizar relaciones saludables y liberarnos de aquellas que nos impiden crecer, nos aseguramos de que este viaje esté lleno de aprendizaje, crecimiento y una conexión cada vez más profunda con nuestro verdadero ser. Aferrarse puede parecer seguro en el corto plazo, pero a largo plazo, nos roba la oportunidad de descubrir la plenitud y la autenticidad que reside en nuestro interior.

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LA FÓRMULA DE UNA ACTITUD MENTAL POSITIVA.
Víctor Küppers

charla de 83 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=rsz9A1MUt98
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¿Y SI SOLAMENTE HAY QUE ASPIRAR A LA FELICIDAD DEL TONTO?


En mi opinión, esta expresión popular de “La felicidad del tonto” admite varias interpretaciones y, de entre ellas, la que más me gusta es la que dice, más o menos, que SI UNO NO LE IMPONE GRANDES EXIGENCIAS A LA VIDA, LA FELICIDAD SE HACE MÁS ASEQUIBLE.

Se ha dicho durante mucho tiempo que los tontos son más felices -pero sin pretender decir que ser inteligente es un obstáculo para la felicidad-, haciendo referencia a que parece que no piensan tanto las cosas, no se complican ni se enredan en los por qué, disfrutan las cosas cuando aparecen, procuran que no les afecte el lado negativo de los sucesos, y evitan darle excesiva importancia a los inconvenientes y dificultades de la vida.

La vida, y lo que nos ocurre en ella, tiene varias lecturas y la más sencilla, la des-complicada –pero tal vez la más sabia-, es ser capaz de separar la vida como tal de los sucesos que nos ocurren en ella; los sucesos pasan, mientras que la vida es lineal y se mantiene continuamente. UNA COSA ERES TÚ Y OTRA COSA LO QUE TE PASA.

La mente puede ser una valiosa ayuda y nuestra amiga o puede ser implacable y martirizarnos con sus pensamientos y disquisiciones. Es un acierto evitar las preocupaciones innecesarias y es un error bastante común en los seres humanos darle a lo externo y ajeno el poder de decidir nuestra estabilidad emocional y psicológica. No se trata de negar la realidad, sino de no adjudicarle una importancia excesiva y valorarla en su justa medida. Tener claro el concepto de impermanencia nos puede ayudar mucho: todo se mueve en un continuo cambio, nada es para siempre, ni lo que va bien ni lo que va mal; No es la impermanencia lo que nos hace sufrir, sino el deseo imposible de querer que algunas cosas sean permanentes.

Relativizar las cosas es algo que nos será útil porque juega a nuestro favor; magnificarlas o depreciarlas puede ser un error. LAS COSAS SON LO QUE SON Y NO LO QUE NOSOTROS CREEMOS QUE SON, NI LO QUE NOSOTROS QUISIÉRAMOS QUE FUESEN. LO QUE NOS OCURRE, PASA, NO SE QUEDA. NOSOTROS, EN NUESTRA INTEGRIDAD PERSONAL Y HUMANA SÍ PERMANECEMOS, desde el nacimiento hasta el final. Los sucesos tienen una duración limitada y son algo circunstancial.

La cualidad de ser sencillo, como objetivo, es excelente. La sencillez es un modo amable y cómodo de vivir la vida y sus circunstancias. No se trata de impedir que algo nos afecte, sino de lograr que nos afecte en su justa medida y exclusivamente durante el tiempo necesario y ni un segundo más. Tenemos tendencia a engancharnos y regodearnos malsanamente en los males. Hay un masoquista victimista habitando en algunas personas y conviene deshacerse de él lo antes posible.

El estrés y la ansiedad van a alejarnos de la felicidad. Será bueno que nos preparemos para estar bien a pesar de lo que nos suceda. Preservar es una de mis palabras favoritas: “proteger, resguardar anticipadamente a alguien o algo, de algún daño o peligro”. Nosotros mismos, con una actitud insana y equivocada, podemos convertirnos en nuestro enemigo. Haremos bien en preservarnos de los efectos del malestar, del sufrimiento, de estancarnos en la rabia o el dolor, de permitir que la desazón se convierta en habitual.

Sería estupendo convertir la felicidad, o por lo menos un agradable y continuo bienestar, en un estilo de vida. En nuestro modo de ser y estar. Hay que decidir “ser feliz” y no dejarlo en manos del azar o del destino. Sí, se puede estar mal y a pesar de ello ser feliz. Y sí, es una sana aspiración mantenerse a flote a pesar de los lastres.

Nos ayudará mucho  saber discernir entre aquello a lo que le damos importancia y lo que es importante. En este artículo doy mi opinión sobre esto:
https://buscandome.es/index.php/topic,1828.msg3017.html#msg3017

Te dejo con tus reflexiones…

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REFLEXIONES CON FORMA DE POESÍA / MAGIA Y VENENO.
« Último mensaje por Francisco de Sales en Mayo 24, 2025, 06:10:34 am »
MAGIA Y VENENO


Todas las vidas tienen entre sus pliegues
algunos de esos momentos
que se merecen una canción
o ser el guión de una película.

La maravilla nos visita a veces,
la magia nos invade en ocasiones,
el milagro se realiza de vez en cuando
y entonces estamos y nos sentimos
ufanos, Reyes, bendecidos, felices,
disfrutando totalmente,
con una sonrisa en los labios y en el alma,
plenos, completos, vivos.

La vida nos da premios
y a veces son leves y nos pasan desapercibidos
y a veces son explosivos premios fastuosos.

Y ahí estamos, recogiéndolos todos,
creando nuestra biografía
con oro y con retales,
almacenando unos recuerdos
y borrando otros.

La vida es la suma
de los errores y los horrores
más las sonrisas del alma
y las carcajadas incontrolables,
y las lágrimas de fuego,
y las noches sin fin,
y los días esplendorosos.

Vivir es conciliar las propias contradicciones,
es brillar cuando corresponde,
no eludir los llantos,
naufragar en la pena,
romper el silencio con las carcajadas,
amanecer dando las gracias,
estar abrazados.

La magia nos persigue.
Conviene dejarse atrapar.


Francisco de Sales
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LA PREGUNTA QUE TIENES QUE HACERTE NO ES “¿QUÉ PASA SI CAMBIO?”, SINO “¿QUÉ PASA SI NO CAMBIO?”
Un llamado a la reflexión sobre el poder de la transformación personal

Cuando pensamos en cambiar, muchas veces lo primero que aparece es el miedo. Miedo al fracaso, a equivocarnos, a perder lo que conocemos. Miedo a salir de la zona de confort. Y con ese miedo vienen preguntas cargadas de ansiedad: “¿Qué pasa si cambio?”, “¿y si no sale bien?”, “¿y si me arrepiento?”. Estas preguntas son válidas. Cambiar puede ser desafiante, incierto, incómodo. Pero hay una pregunta que rara vez nos atrevemos a formular, y que es mucho más importante: “¿QUÉ PASA SI NO CAMBIO?”
Esa es la verdadera cuestión. Porque si bien cambiar puede implicar riesgos, quedarse igual, cuando ya no somos felices, cuando ya no crecemos, cuando la vida nos empuja hacia otro lugar, es el riesgo más grande de todos. Es el riesgo de estancarse, de perderse, de apagarse lentamente sin darse cuenta.

EL ESPEJISMO DE LA COMODIDAD

Una de las grandes trampas del ser humano es confundir estabilidad con seguridad. Nos aferramos a rutinas, trabajos, relaciones o pensamientos que ya no nos nutren, solo porque son conocidos. “Mejor lo malo conocido…”, decimos, sin darnos cuenta de que esa lógica nos mantiene atrapados en una versión disminuida de nosotros mismos.
No cambiar, cuando el alma lo pide, no es una señal de madurez, sino de resignación. Es como quedarse en una casa en ruinas solo porque alguna vez fue hogar. Es como llevar un abrigo en pleno verano solo porque un día te protegió del frío.
El problema es que esa falsa comodidad se paga caro: con frustración, con insatisfacción crónica, con un vacío que se disfraza de rutina, pero que en el fondo es dolor.

LO QUE REALMENTE ESTÁ EN JUEGO

Cuando nos preguntamos “¿qué pasa si cambio?”, generalmente pensamos en lo que podríamos perder: estabilidad, relaciones, identidad, tiempo, certezas. Pero cuando nos preguntamos “¿qué pasa si no cambio?”, nos damos cuenta de lo que podríamos estar perdiendo si no lo hacemos: oportunidades, libertad, crecimiento, felicidad, sentido de vida.
El verdadero peligro no está en cambiar. Está en negarnos a hacerlo cuando el corazón nos lo pide. Está en ignorar los síntomas de un alma que ya no encaja en el lugar donde está. Está en anestesiarse frente a una vida que ya no nos representa, solo porque cambiar parece un salto al vacío.
¿Y si no cambias? Puede que sobrevivas, sí. Pero ¿vivirás de verdad?

EL TIEMPO NO ESPERA

El tiempo no se detiene. No cambiar no es quedarse igual. Es, muchas veces, empezar a involucionar. Lo que hoy toleras con resignación, mañana puede volverse insoportable. Lo que hoy reprimes, mañana puede explotar. Lo que hoy evitas, mañana puede perseguirte.
La vida está en movimiento constante. No cambiar es quedarte atrás de ti mismo. Es negarte el derecho a explorar quién podrías llegar a ser. Y eso, con los años, suele convertirse en arrepentimiento.
En lugar de preguntarte qué pasa si cambias y fallas, tal vez deberías preguntarte: ¿qué pasará si nunca intento ser quien realmente quiero ser?

CAMBIAR ES ELEGIRTE

Cambiar no siempre significa hacer algo radical. A veces es un pequeño giro: dejar una costumbre que te daña, empezar a decir que no, buscar ayuda, probar algo nuevo, tener una conversación incómoda, atreverte a soñar otra vez.
Pero cada uno de esos pasos es una declaración: “me elijo”. Me elijo por encima del miedo. Me elijo por encima de la costumbre. Me elijo porque no quiero seguir viviendo una vida que me queda chica.
Cambiar es una forma de lealtad contigo mismo. Es una manera de decir: “mereces más”, “puedes más”, “aún estás a tiempo”.

EL CAMBIO NO GARANTIZA EL ÉXITO, PERO QUEDARSE IGUAL GARANTIZA EL ESTANCAMIENTO

Es cierto: cambiar no asegura que todo saldrá bien. Hay riesgos. Hay errores. Habrá momentos de duda y retroceso. Pero también hay crecimiento, descubrimiento, expansión. En cambio, no cambiar te garantiza una sola cosa: que seguirás viviendo en los mismos límites que hoy te incomodan.
Cambiar implica un salto de fe. Pero no cambiar es quedarse paralizado ante la posibilidad de ser más. Y si bien es legítimo tener miedo, no deberíamos dejar que ese miedo decida por nosotros.

CONCLUSIÓN: LA PREGUNTA QUE PUEDE TRANSFORMAR TU VIDA

La próxima vez que sientas que algo en ti pide cambio, no te detengas en la pregunta habitual. No te quedes solo en el “¿qué pasa si cambio?”. Haz también la pregunta que de verdad importa:

¿Qué pasa si no cambio?

Esa pregunta puede doler. Pero también puede despertarte. Puede mostrarte que lo que estás evitando no es el fracaso, sino tu propia evolución. Puede ayudarte a ver que, muchas veces, lo peor no es cambiar… sino quedarte atrapado en una versión antigua de ti.
Porque al final, cambiar no es traicionarte.
Es atreverte a encontrarte.
Es darte la oportunidad de crecer.
Es elegir una vida más honesta, más libre, más viva.
Y tú, ¿estás dispuesto a hacerte esa pregunta?

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LA PROCRASTINACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA REGULACIÓN EMOCIONAL.
Redactado por Carlos Sánchez Morcillo .


Quizá hayas sentido cómo, últimamente, las tareas importantes que has de realizar se vuelven tan pesadas y aburridas que decides posponerlas para más tarde. Posiblemente hasta que no te quede opción de seguir postergándolas más y, entonces, actúas de forma errática y achacando a excusas como la falta de tiempo o de recursos.
Aunque parezca paradójico, es algo mas normal de lo que parece y, además podemos ponerle nombre: procrastinación.
Para definir procrastinación, postergación o posposición debemos atender a la acción o hábito de retrasar actividades importantes que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo a afrontarlas o pereza a realizarlas.
Esta palabra proviene del latín y ella misma se define, “pro” significa adelante y “crastinus” que significa mañana.
Cuando alguien siente que procrastina suele ser habitual sentirse avergonzado, frustrado e incluso enfadado por ello. A nuestro cerebro no le gusta admitir que somos los responsables de esta forma de proceder, por lo que no dudará en responsabilizar, en la gran mayoría de casos, a una falta de tiempo.
Se dice que el 75% de los españoles tiende a la procrastinación, ya sea académica, laboral, personal, social, etc. Sus consecuencias se asocian con el estrés, la ansiedad, dificultades para dormir y problemas de salud, así como con la baja autoestima, altos sentimientos de culpa, incompetencia, frustración y lo que es más paradójico, una considerable angustia a la hora de reducir la procrastinación.

CARACTERÍSTICAS DE LA PROCRASTINACIÓN

1.   Debe ser un acto manifiesto o encubierto de retraso.
2.   El inicio o el retraso de este acto es intencionado.
3.   El acto es necesario o de importancia personal.
4.   Es voluntario y no impuesto por cuestiones externas.
5.   Es innecesario o irracional.
6.   Se lleva a cabo a pesar de ser consciente de sus potenciales consecuencias negativas.
7.   Va acompañado de malestar subjetivo.

LA PROCRASTINACIÓN Y SU COMPONENTE IRRACIONAL

El componente irracional y consciente de postergar acciones importantes para más tarde podría ser debido, principalmente, a que muchas de nuestras responsabilidades suelen generar emociones negativas como pueden ser aburrimiento, ansiedad, preocupación, inversión de mucho tiempo con respecto a la satisfacción que ofrece, frustración, etc. De ahí que procrastinar tenga como misión inconsciente la regulación de esas emociones negativas.
Esta regulación es, per se, disfuncional ya que implica un retraso innecesario de las tareas generando consecuencias negativas con respecto al rendimiento y el bienestar subjetivo. Además, el problema se agrava cuando la procrastinación se convierte en el hábito principal de regulación emocional al que accede una persona, ya que la facilidad de no hacer algo, a pesar de sus consecuencias, logra instalarse en nuestra manera de actuar de forma tan sutil que nos empuja a una regulación emocional satisfactoria de forma inmediata.

PROCRASTINACIÓN Y REGULACIÓN EMOCIONAL

La regulación emocional comprende diversas estrategias que supervisan y alteran la frecuencia, intensidad y duración de las reacciones emocionales y se han encontrado componentes en cuanto a la dificultad a la hora en la que una persona se regula emocionalmente que está asociada a la procrastinación que incluyen (Rad et al., 2025):
1.   Dificultad en la realización de conductas intencionadas, es decir comportamientos intencionados sobre las decisiones que uno toma y los hábitos que creas pensando en el crecimiento personal.
2.   Falta de conciencia emocional, siendo esta una dificultad para entender a los demás, ponerse en su lugar y cultivar relaciones satisfactorias. Al no identificar bien sus emociones, no saben expresar adecuadamente lo que sienten, generando malos entendidos y conflictos.
3.   Acceso limitado a estrategias de regulación emocional y en donde entre ellas se ha instalado la procrastinación como una de las primeras opciones.
4.   No aceptación de respuestas emocionales o reacción negativa de las respuestas emocionales de uno mismo o de los demás.
5.   Dificultad en el control de impulsos.
6.    Falta de claridad emocional o percepción sobre las propias emociones.

PROCRASTINACIÓN Y CONDUCTA DIRIGIDA A METAS

La capacidad para regularnos emocionalmente también produce una amplia gama de emociones con las que comunicarnos, p. e. si estamos enfadados tenderemos hacia una conducta determinada que será contraria a si estamos alegres o frustrados. Esto es así particularmente en el contexto de la conducta dirigida a metas (Mehralian et al., 2023).
Una conducta dirigida a metas es una representación mental de los resultados que pretendemos lograr con nuestra conducta. Estas juegan un papel decisivo en la motivación y, a través de esta, en la eficacia de nuestras acciones (Infocop, 2011). En este sentido, las metas solo se podrán alcanzar si se actúa en consecuencia, es decir, si se muestra algún tipo de comportamiento que nos acerque a la meta. Ese comportamiento suele estar asociado a una recompensa y aunque este atractivo percibido podría parecer una característica fija, en realidad, varía en función del contexto y del tiempo que se pasa en ella; p. e. el atractivo de estudiar una noche determinada para el examen de la semana que viene puede disminuir si aparece un amigo/a que te invita a salir a tomar algo para aliviar el aburrimiento (contexto), pero ese atractivo de estudiar puede aumentar a medida que se acerca la hora del examen (tiempo).

PROCRASTINACIÓN Y CÓMO PODEMOS EVITARLA

Existen acciones que te ayudarán a reducir tu tiempo de procrastinación:
1.   Cambiar tu enfoque:  se trata de focalizarnos en el resultado (me gustaría ver la cocina recogida), en vez de en la tarea misma (tengo que recoger la mesa, fregar los platos y ponerlos en el lavavajillas…). Posiblemente, pensar en la cantidad de cosas que hay que realizar para conseguir nuestro objetivo nos abrume.
2.   Hazlo sin pensar: comienza a realizar la tarea sin pararte a pensar, ya que la procrastinación utiliza tu pensamiento para convencerte de que no lo hagas ahora y lo hagas más tarde. Después de pasados 5 minutos analiza la situación y decide si dejas la tarea o continúas con ella hasta terminarla. A nuestro cerebro no le gusta dejar las cosas a medias y, seguramente no lo harás.
3.   Recompénsate: Se trata de dejar para después de la tarea, por ejemplo, el postre, una chocolatina, ver tu serie favorita, un café, las redes sociales, etc. Tras un buen trabajo, la recompensa te producirá una muy buena satisfacción contigo mismo.

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CÓMO SUPERAR MIEDOS Y FACTORES QUE DEPRIMEN LA FELICIDAD.

Psicólogo Rafael Santandreu

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En este fascinante episodio, conversamos con Rafael Santandreu ( ?@SantandreuRafael? ), psicólogo cognitivo, escritor y creador de contenido. Con siete libros publicados, incluido su más reciente éxito, No Hagas Montañas de Granos de Arena, Rafael nos revela las claves para superar miedos, derribar barreras internas y alcanzar la verdadera felicidad. ¿Qué aprenderás en este episodio? ? La verdadera definición de felicidad según Rafael Santandreu. ? Los 3 factores que limitan nuestra felicidad y cómo superarlos. ? Hábitos comunes en personas felices. ? Herramientas prácticas y secretos para vivir una vida plena. ? Mitos sobre la felicidad que deberías dejar de creer. Rafael combina su experiencia como psicólogo cognitivo con enseñanzas prácticas para ayudarte a transformar tu mentalidad y vivir una vida más libre y feliz. ¿Estás listo para dejar atrás los miedos y encontrar tu camino hacia la plenitud?
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