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PARA PODER SOLUCIONAR UN PROBLEMA HAY QUE SALIRSE DEL PROBLEMA.


En mi opinión, casi siempre actuamos mal cuando tratamos de solucionar un problema personal. Es curioso que casi todos tenemos una habilidad especial para resolver los problemas ajenos, pero… no somos capaces de hacerlo cuando se trata de los propios.

A pesar de que voy a repetir una y otra vez la palabra “problema”, porque de ese modo es más comprensible y porque la tenemos aceptada, personalmente trato de evitarla ya que lleva una pesada carga dramática incorporada y ante un “problema” nos vemos en inferioridad de condiciones y asustados por el prejuicio de que no vamos a poder con él y nos va a superar: nos aporta miedo e indefensión. Prefiero decir, aunque sea más largo, “asunto pendiente de resolver”, ya que así no hay dramatismo y no asusta.

Cuando uno está implicado en el problema y además se está jugando su estabilidad personal o emocional o económica o su bienestar… es comprensible que esa tensión haga perder la objetividad y ecuanimidad que son imprescindibles cuando se trata de observar un asunto con claridad para tratar de encontrar la solución más adecuada.

Por eso se usa a menudo el truco, muy efectivo para la mayoría de las personas, de imaginar o visualizar que lo que le está pasando a uno en realidad le está pasando a un amigo que nos lo está contando para que le demos nuestra opinión. Como el problema es “de nuestro amigo”, y no nuestro, nos resulta más sencillo el acceso a la imparcialidad y claridad necesarias, y así es más fácil darle a “nuestro amigo” la solución. El siguiente paso es hacer nosotros lo que le hemos dicho al otro que tiene que hacer.

Reflexionar bien es, precisamente, lo que no se hace bien cuando uno se enfrenta a un problema, porque lo que se suele hacer es darle vueltas a la misma cosa, sin avanzar, sin permitirse otro enfoque distinto para verlo de un modo distinto. “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”, dijo Albert Einstein. Si pensamos del mismo modo la respuesta no cambia.

Otro de los errores comunes al pensar en un problema es tener ya una respuesta, que puede que sea la que nos interese pero que no siempre es la acertada, y entonces dedicarse a buscar justificaciones que la avalen aunque no sea cierta. En eso perdemos mucho tiempo y no adelantamos nada. La verdad y la honestidad han de prevalecer por encima de cualquier otra cosa. El autoengaño es el peor de los pecados.

Los pasos correctos para afrontar problemas serían:

LA IDENTIFICACIÓN HONESTA Y REAL DEL PROBLEMA, sin engrandecerlo ni menospreciarlo, sin autoengaño, con valentía y sin prejuicios. Ver lo que es y tal como es. Mentirse es perjudicarse. No reconocer la verdad hará que cualquier cosa que se haga sobre una premisa falsa sea una mala decisión. Para afrontar los problemas hay que dejar de oponerse a ellos, no negarlos, reconocerlos y aceptarlos hasta el punto de poder conectar con su auténtica realidad. La verdadera honestidad en este trabajo es aceptar la realidad tal como es. Sea lo que sea, deprimirse no es una solución: es otro problema.

BUSCAR TODO TIPO DE SOLUCIONES, aunque puedan parecer descabelladas en un principio. Hacerlo como una lluvia de ideas en las que no se rechazan de primeras sino que se revisar y analizan posteriormente. Primero encontrar la solución real o la más efectiva y luego ya pensar cómo llevarla a cabo. No descartar nada hasta que esté plenamente verificado que no es eficaz. Si uno no se siente capacitado para hacerlo estará bien que pida opiniones a personas de plena confianza y de demostrada capacidad. Hay que estar abiertos a que la solución está en algún lado y que es posible que no sea de nuestro agrado, que no nos apetezca. “Los problemas nunca se acaban, pero las soluciones tampoco”.

APLICAR LA SOLUCIÓN, ya que ésta no es útil hasta que no se implementa. Y hay que hacerlo, por el bien de uno mismo, cueste lo que cueste, a pesar de esfuerzos y oposiciones. Atención plena a aplicarla, porque es un objetivo prioritario. Hay que saber dejar de quedarse en el problema y centrarse en la solución encontrada. “Identifique sus problemas, pero dele su poder y energía a las soluciones”. “La mayoría de las personas gastan más tiempo y energía en hablar de los problemas que en afrontarlos”, decía Henry Ford.

Ahora ya tienes otra visión sobre cómo afrontar los inconvenientes que te surjan y cómo empezar a resolver los asuntos pendientes de resolver.

Te dejo con tus reflexiones…
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COLABORACIONES: ARTÍCULOS INTERESANTES / ¿ES POSIBLE PERDONARSE A UNO MISMO?
« Último mensaje por antonio pina en Noviembre 05, 2024, 05:42:23 am »
¿ES POSIBLE PERDONARSE A UNO MISMO?

El perdón hacia uno mismo es un tema que ha sido objeto de debate y reflexión en muchas disciplinas, desde la psicología hasta la espiritualidad. La capacidad de perdonarse es un aspecto fundamental para el bienestar emocional, la autoestima y la paz mental. Sin embargo, no es un proceso fácil, pues implica enfrentar sentimientos de culpa, arrepentimiento y, en muchos casos, una autoevaluación profunda de nuestros valores y decisiones. Entonces, ¿es realmente posible perdonarse a uno mismo?

¿QUÉ ES EL PERDÓN A UNO MISMO?

Perdonarse a uno mismo no significa olvidar o justificar las acciones que han causado dolor a otros o a uno mismo. Tampoco es minimizar el impacto de nuestros errores. Más bien, se trata de reconocer las faltas, asumir la responsabilidad y permitirnos aprender de la experiencia, sin castigarnos continuamente por lo que hicimos en el pasado. Es un proceso de sanación interna que nos ayuda a liberarnos de la autocrítica destructiva y a restablecer una relación más compasiva con nosotros mismos.

¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL PERDONARSE?

El principal obstáculo para el perdón a uno mismo es la culpa. Sentir culpa por nuestras acciones puede ser constructivo en cierta medida, ya que nos permite reflexionar y mejorar. No obstante, cuando esta culpa se convierte en vergüenza o en autodesprecio, puede ser incapacitante. La diferencia radica en que la culpa nos dice: “Hice algo mal”, mientras que la vergüenza nos dice: “Soy una mala persona”. Cuando caemos en la trampa de la vergüenza, perdonarse se vuelve casi imposible, ya que nuestra identidad queda ligada a nuestros errores.
Además, la falta de perdón hacia uno mismo suele estar vinculada a expectativas poco realistas y a un perfeccionismo extremo. Nos exigimos ser infalibles y, cuando fallamos, nos juzgamos con dureza. Aceptar que somos humanos, falibles y que podemos aprender de nuestros errores es un paso crucial hacia el perdón personal.

PASOS HACIA EL PERDÓN A UNO MISMO

1. Reconocer y aceptar la responsabilidad
El primer paso para perdonarse es reconocer el error y aceptar la responsabilidad de nuestras acciones. Esto no significa autocondenarse, sino ser honestos con nosotros mismos y con las personas a las que pudimos haber herido. Es importante hacer una distinción entre aceptar la responsabilidad y autoflagelarse, ya que el segundo solo perpetúa el ciclo de culpa y vergüenza.

2. Reflexionar y aprender del error
Perdonarse implica reflexionar sobre el error y preguntarse: ¿Por qué hice lo que hice? ¿Qué factores internos y externos influyeron en mi comportamiento? ¿Qué puedo aprender de esta experiencia? Esta reflexión no debe ser usada para justificarse, sino para entender el contexto en el que actuamos y cómo podemos evitar cometer el mismo error en el futuro.

3. Practicar la autocompasión
La autocompasión es esencial en el proceso de perdón. Nos permite vernos con los mismos ojos con los que veríamos a un amigo querido que ha cometido un error: con comprensión y ternura. Practicar la autocompasión implica hablarnos de manera amable, recordar que todos somos humanos y que nadie está libre de cometer errores.

4. Expresar el arrepentimiento de manera constructiva
El arrepentimiento es una parte natural del proceso, pero es importante canalizarlo de manera constructiva. Esto podría incluir disculparse con las personas afectadas, buscar maneras de enmendar el daño y comprometernos a actuar de manera diferente en el futuro.

5. Dejar ir la culpa y el arrepentimiento
Después de haber asumido la responsabilidad y haber aprendido de la experiencia, es fundamental dejar ir la culpa. Esto no significa ignorar las consecuencias de nuestros actos, sino liberarnos del peso emocional que nos impide avanzar. Dejar ir no es un acto de debilidad, sino de valentía, ya que implica aceptar nuestra humanidad y estar dispuestos a seguir creciendo.

EL PERDÓN COMO ACTO DE LIBERACIÓN

Perdonarse a uno mismo es, en última instancia, un acto de liberación. Nos permite soltar el pasado y abrir espacio para el crecimiento y la renovación. Sin el perdón personal, nos quedamos atrapados en un ciclo de resentimiento y autocrítica que puede afectar todas las áreas de nuestra vida, desde nuestras relaciones personales hasta nuestra salud mental.
No debemos olvidar que el perdón es un proceso que lleva tiempo. Habrá días en los que nos sentiremos más en paz con nosotros mismos y otros en los que la culpa puede reaparecer. Sin embargo, cada vez que elegimos perdonarnos, estamos eligiendo tratar de manera más amorosa a la persona que más necesita de nuestra compasión: nosotros mismos.

CONCLUSIÓN

Sí, es posible perdonarse a uno mismo. Es un camino que requiere valor, introspección y mucha paciencia. El perdón no es un regalo que se otorga sin más, sino un proceso de sanación que nos devuelve a nuestro verdadero yo, libre de las cadenas de la culpa y el arrepentimiento. Al aprender a perdonarnos, no solo nos liberamos, sino que también aprendemos a ser más comprensivos y empáticos con los demás, reconociendo que todos somos seres en constante evolución y aprendizaje.

ARTÍCULO ESCRITO POR INTELIGENCIA ARTIFICIAL ChatGPT
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LA FALSA MODESTIA: UN ENEMIGO OCULTO DEL CRECIMIENTO PERSONAL Y PROFESIONAL.

La modestia es una cualidad valorada en muchas culturas, donde se espera que las personas sean humildes y conscientes de sus limitaciones. Sin embargo, en ocasiones, esta virtud se convierte en lo que se conoce como "falsa modestia". La falsa modestia, a diferencia de la humildad genuina, es una actitud superficial en la que alguien oculta sus logros o habilidades para ganar aprobación o evitar el juicio de los demás. Este tipo de modestia puede parecer inofensivo, pero a menudo es una trampa que limita el crecimiento personal y profesional, además de crear una percepción equivocada en quienes nos rodean.

¿QUÉ ES LA FALSA MODESTIA?

La falsa modestia ocurre cuando una persona se minimiza deliberadamente frente a los demás, no para ser humilde, sino para obtener algún beneficio indirecto. Puede parecer que alguien está siendo modesto, pero en realidad, lo hace para evitar envidias, generar simpatía, o incluso para recibir halagos. En lugar de mostrar sus verdaderas capacidades o logros, la persona finge tener menos éxito o habilidad de la que realmente posee.
Un ejemplo común es cuando alguien recibe un elogio por un logro y responde con frases como "No fue nada", "Tuve mucha suerte", o "No soy tan bueno como dices". A veces, esta respuesta puede ser sincera, pero en muchos casos se emplea con la intención de proyectar una imagen modesta o para provocar que los demás respondan con más elogios.

¿POR QUÉ SURGE LA FALSA MODESTIA?

La falsa modestia suele estar arraigada en la inseguridad, el miedo al rechazo o la necesidad de aprobación. Muchas personas se sienten incómodas al reconocer abiertamente sus logros porque temen ser percibidas como arrogantes o pretenciosas. Además, en una sociedad que a menudo castiga la presunción, la falsa modestia se convierte en una manera de protegerse del juicio de los demás.
También es común en entornos laborales competitivos, donde las personas pueden minimizar sus capacidades para no destacar demasiado y así evitar conflictos. La falsa modestia, en estos casos, actúa como un mecanismo de defensa, pero a largo plazo, puede sabotear la posibilidad de ascensos o de recibir el reconocimiento merecido.

EL IMPACTO NEGATIVO DE LA FALSA MODESTIA

La falsa modestia puede tener consecuencias tanto a nivel personal como en las relaciones con los demás. Algunos de los efectos más comunes son:

1.   Percepción de Inseguridad: Quienes se desvalorizan constantemente pueden proyectar una imagen de falta de confianza en sí mismos, lo cual puede hacer que otros duden de sus habilidades o valor.
2.   Limita el Crecimiento Personal: Al no reconocer nuestras capacidades, corremos el riesgo de no desarrollarlas al máximo. Aceptar nuestros logros es fundamental para seguir construyendo sobre ellos y mejorar.
3.   Genera Desconfianza: La falsa modestia puede percibirse como insinceridad. Las personas a nuestro alrededor pueden detectar que esta modestia es forzada, lo cual puede erosionar la confianza en la relación.
4.   Autoestima Dañada: Minimizar constantemente los logros y habilidades puede afectar la autoestima. Las personas que se involucran en esta actitud a menudo comienzan a creer en sus propias palabras, convencidos de que realmente no son tan capaces.

CÓMO EVITAR LA FALSA MODESTIA

1.   Acepta los Elogios: Cuando alguien te felicite por un logro, intenta responder con un simple "Gracias". No es necesario restarle importancia a tus éxitos.
2.   Reconoce Tus Logros: Aprende a valorar tus propios méritos. Ser consciente de tus capacidades no significa que seas arrogante; más bien, te permite seguir creciendo y aprendiendo.
3.   Evita Compararte: La falsa modestia a menudo surge cuando te comparas con otros y te sientes inferior. Recuerda que cada persona tiene sus propias fortalezas y debilidades, y no necesitas minimizarte para encajar.
4.   Sé Auténtico: La autenticidad genera respeto y confianza. Permítete ser honesto acerca de tus logros y fracasos. Mostrarte tal y como eres, sin exagerar ni minimizar, permite que los demás te valoren por lo que realmente eres.
5.   Trabaja en tu Autoestima: Aumentar la autoestima es clave para evitar la falsa modestia. Cuando confías en ti mismo, no necesitas restarte méritos para ser aceptado o valorado.

CONCLUSIÓN

La falsa modestia es un mecanismo que, lejos de ser beneficioso, puede dañar las relaciones y limitar el crecimiento personal y profesional. Aunque puede parecer una forma de protegerse o de ser más agradable a los demás, en realidad nos aleja de nuestro verdadero potencial y de quienes valoran nuestra autenticidad. La humildad genuina no significa restarse valor, sino tener una percepción equilibrada de nuestros logros y limitaciones. Al dejar de lado la falsa modestia y aceptar nuestros méritos con honestidad, nos acercamos más a quienes somos y a quienes queremos llegar a ser.

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CONFERENCIAS... CHARLAS... ENTREVISTAS... PROGRAMAS... / TODO ESTÁ BIEN PERO YO NO ESTOY BIEN.
« Último mensaje por dona en Noviembre 05, 2024, 05:40:22 am »
TODO ESTÁ BIEN PERO YO NO ESTOY BIEN.
Depresión Funcional
Psicología Cruda

charla de 64 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=RCKkDf79pso


"Todo va bien pero yo no estoy bien", "estoy cansado de vivir, aunque no me pasa nada malo" o "No le veo sentido a nada, aunque no identifico por qué estoy mal" son expresiones que cada vez más, las oímos a nuestros pacientes en la consulta.

Para explicar este fenómeno, cada vez más psicólogos postulamos la existencia de la "Depresión Funcional", que se caracterizaría más por la sensación de vacío, cansancio y falta de disfrute que por la incapacidad y la tristeza profunda.

¿Qué se esconde detrás de estas frases? ¿Por qué es cada vez más frecuente? ¿Cómo podemos superarla? En este capítulo te explico en qué consiste, por qué se da y posibles opciones para su tratamiento.
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DORMIR PROFUNDAMENTE Y EN PAZ.

Meditación de 29 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=TV3fD4aLQUc
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LA CODEPENDENCIA EMOCIONAL: UNA RELACIÓN TÓXICA QUE AFECTA A AMBOS MIEMBROS.
Redactado por Marta Guerri .


El uso del término codependencia se remonta a los años cincuenta cuando en los Estados Unidos a las esposas de los alcohólicos se les llamaba co-alcohólicas. Posteriormente en los setentas, con la proliferación de las “dependencias a sustancias químicas” el término se transforma y a las personas vinculadas en el plano emocional a los adictos se les comenzó a nombrar “codependientes”.
El o la codependiente, es aquella persona que sufre de ansiedades, tristeza, enojo, confusión mental y trastornos psicosomáticos.
…debido a una fuerte dependencia emocional y vida conflictiva con el enfermo adicto.  Ahora bien, el padecimiento se ha extendido ya que la codependencia abarca tanto a los que se relacionan con los que usan cualquier tipo de sustancia tóxica al organismo, como a los que se vinculan con personas que presentan algunas tendencias obsesiva-compulsivas al trabajo, al juego o a las compras, al sexo, ante la comida y/o que tienden a relacionarse con los “adictos” a las relaciones destructivas.

CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA CODEPENDIENTE

Según la literatura especializada (Beattie, 1990; Cantú, 1995; Kalina, 1995) sobresalen en la persona codependiente:
1.   La presencia de conflictos emocionales expresados en fragilidad y dependencia emocional, frustración, ansiedad, enojo y tristeza;
2.    Daños y heridas narcisísticas reflejadas en baja autoestima, sentimientos de vacío, abandono y necesidad de reconocimiento externo.
3.   Dificultades en las relaciones interpersonales por la dificultad en marcar límites, la aceptación de conductas destructivas, de rechazo y maltrato físico y/o psicológico y por ser aferradas, celosas y controladoras.

QUÉ ORIGINA LA CODEPENDENCIA

Son múltiples los autores que encuentran en el seno familiar disfuncional, los factores determinantes que predisponen el desarrollo de la conducta o personalidad codependiente. Cuenta en estas familias una niñez triste en combinación con patología en el seno familiar en donde destacan: enfermedad psicológica en los padres, fuertes y continuos traumas, no laborados o elaborables, que incluyen abandonos, por ausencia o muerte de las personas significativas de la familia, separaciones múltiples, divorcio y/o abuso físico o emocional en la familia, prácticas de crianza violentas, erráticas, problemas de uso de alcohol y drogas en sus miembros y familiares que ya padecen de y/o actúan los patrones codependientes. Asimismo frecuentemente hallamos padres violentos y distantes, madres abandonadoras  y sometidas, hecho que hace que el niño(a) no tenga de donde “agarrarse” y/o nutrirse afectivamente.
Si seguimos la línea del pensamiento que plantea Diamondstein (1994) en torno a la dependencia a las drogas, en donde señala que el origen de las mismas se genera por el efecto que tiene sobre la personalidad del sujeto los vínculos familiares enfermantes que se manifiestan en un déficit de narcisización, un vacío, en el cual el sujeto coloca la droga, en relación a la codependencia, acontece lo mismo, es decir, el codependiente presenta una similar deficiencia de narcisización, resultado de una historia familiar caótica y desorganizante, que se refleja en un profundo vacío emocional, el cual el codependiente trata de llenar con el adicto.
En ese sentido, debido a los daños en la autoestima el o la codependiente desarrolla un mecanismo de captación inconsciente (en otras ocasiones muy consciente) de que quien tiene una enfermedad adictiva es una fuente ideal de estima y reconocimiento, el cual anhela el codependiente.  Algo que es llamativo en los codependientes es la existencia de una exagerada tendencia, casi obstinada a vincularse con personalidades narcisistas (alcohólicos y adictos en general) (Castrellón, 1997) o sujetos con defectos de carácter en donde destacan l@s orgullos@s y soberbi@s , iracund@s, lujurios@s, egoist@s e envidios@s, resentid@s, perezos@s, avar@s y gulient@s.  Esto lo expresan de manera muy clara mujeres quienes mencionan en la consulta que: ”mire Dr., yo puedo llegar a un baile atiborrado de hombres, inicialmente mirar a todos a los ojos y siempre me quedo con el más patán”.

CÓMO CURSA LA CODEPENDENCIA

Al respecto, habría que tomar en cuenta que la codependencia presenta un curso como enfermedad y su proceso tiene grados. Así, según (Cantú, 1995) están
1.   Las personas que actúan en forma codependiente por estar mal informadas, en un segundo lugar
2.   Están las personas que poseen rasgos codependientes y en tercera instancia, se encuentran
3.   Las que padecen el cuadro completo de codependencia.
Desde una perspectiva histórica, aspectos socioculturales y religiosos en México determinan en mucho a las esposas y a las “mamás” a desempeñar roles codependientes como una forma de expresar afecto. En ese sentido, una visión implícita desde lo cultural de la dinámica codependiente se refleja en la actitud vincular del macho mexicano y la conducta abnegada de la mujer mexicana.
Por otro lado, desde el plano familiar el prototipo de la “madre buena” o el “papito bueno”  proyectan a sus hij@s la figura de una mujer u hombre protectores quienes se preocupan por el bienestar de ell@s, creando una situación de dependencia emocional evitando así que se alejen de ellos cuando lleguen a la madurez, provocando otros de los males involucrados en la codependencia como es el de la “mamitis o papitis aguda”, tanto en hombres como en mujeres y que se traduce de igual manera en fuertes demandas de afecto y atenciones a la pareja a las cuales se les inviste erróneamente con imágenes de  “ma- y/o de pa”.

EL DISCURSO Y LAS ACTUACIONES CODEPENDIENTES

Dentro de sus actuaciones están descripciones que hacen referencia a circunstancias en donde la persona codependiente menciona en la consulta cosas como por ejemplo: “Dr., yo me arremolino en la cama con tal de satisfacerlo”, también pueden mencionar: “yo solita giro alrededor de él”, otr@s expresan que: “yo trato de marearlo, con tal de salirme con la mía” (o sea controlarlo). Frecuentemente piensan: “si yo fuera mejor esposa,  mejor cocinera,  ama de casa o madre, él no tendría necesidad de “la otra” y van “a escondidas” a conocer “a la otra” para aclarar que atributos tiene “esa” (la otra) buscando cualidades que siente que ellas no poseen. Expresan frecuentemente que: “si no fuera por mis hijos, ya me hubiera salido de la relación”, auto catalogándose entonces ell@s como sacrificad@s y aguantadoras, siendo típico que se identifiquen con personajes públicos sufridos y “ardidos” (Pedro Infante, José José, Paquita la del Barrio, Lupita D´alessio, entre los más representativos).


LA SOBREPROTECCIÓN, OTRO SIGNO DE CODEPENDENCIA

Nace a veces de la situación de madres o padres que han perdido a su pareja y los hijos pasan por tanto a llenar el vacío que dejo el o la espos@. En la codependencia también se aparenta mucho amor, pero es egoísmo, desconfianza y relación condicionada: «te amo si cambias», «si no haces lo que digo, te recrimino, te persigo, me siento tú víctima, y trataré de manipular hasta el último de tus huesos». La codependencia es la imagen de la complacencia e incondicionalidad, cuando algo les molesta tratan de ser dulces y calmados debido al miedo al rechazo.
En lo emocional el codependiente sufre de constantes crisis fallidas de desintoxicación a través de sus enojos, los cuales tienen una acción antidepresiva o antiansiógena momentánea. También levantan “paredes” a  través de la amenaza o el silencio, de esta forma no permiten que otras personas se les acerquen y por tanto se acompañan de dolores de cabeza, dificultades para concentrarse, insomnio, alteraciones en el apetito, el deseo sexual y de trastornos gastrointestinales. También son frecuentes los accidentes de todo tipo con lastimaduras graves, incapacidades y deseos de que el otro cuide y rescate en el fondo. Las cirugías y largas jornadas de gimnasio para embellecimiento y así agradar a la pareja son muy frecuentes en estas personas.
Un ejemplo de como se expresa en un grupo la resistencia en una persona codependiente es el que sigue: Una mujer de 46 años “esta duro y duro” con el deseo de viajar para evitar quedarse a participar de una sesión prolongada previamente pactada.  Durante esa sesión se había “dizque” cuestionado el porque ella seguía durmiendo en la misma cama con la madre (una señora colérica marca diablos). Se negaba rotundamente a quedarse a la sesión y amenazaba con dejar el grupo, por lo que se le confrontaba con el que si se iba del grupo  “era como se si subiera a un avión y se aventase sin paracaídas”. Desde los cuestionamientos de los miembros del grupo y del terapeuta, lo trágico en ese abandonar, era que no sabíamos a donde iba “a parar”, o sea, era una actuación de su parte enferma. Ella presurosamente dice: (en son de broma)  “¿y si caigo en el mar?”. Yo y el grupo le insistimos de que efectivamente iba a caer en “la mer” – (“en la madre?”) , o sea, que iba a quedarse con la madre en su relación codependiente.
En ese sentido, es necesario tener cuidado al tocar a las figuras objetos de las relaciones codependientes. En muchas ocasiones al primer movimiento para trabajar la relación codependiente, estos se pelean con el terapeuta o con los miembros del grupo y hasta abandonan el tratamiento, como una forma de preservar estos vínculos codependientes.
Es oportuno mencionar que para poder superar la codependencia el primer paso para salir de la enfermedad es reconocerla, en ese sentido, en el proceso de recuperación es necesario lidiar con los resentimientos a través del perdón y así sanar de las experiencias dolorosas. La persona tendría que entender que a la única persona que uno puede controlar es a sí misma, tendría que vivir y dejar vivir  con actos de desapego, tener presente que al momento de negociar los conflictos, se hace necesario aprender a combinar la emoción con la razón, no tomar los problemas o las diferencias de modo personal abandonando los estandartes de víctima-victimarío y midiendo el que tomar demasiados pasos de acción puede constituir una conducta controladora. Lo que se observa clínicamente es que el codependiente se mantiene en una ilusión de control, aunque generalmente su vida es ingobernable.
También es  necesario saber encarar a otros miembros codependientes del círculo familiar que apapachan las adicciones (abuel@s, ti@s, herman@s).  Habría que combatir los argumentos favoritos, (casi míticos) de que: “al dejarse la droga se sufre mucho”; o que: “se padece mucha culpa y ansiedad por el desapego hacia el adicto” y que a este: “le puede pasar algo”  y por eso no se emprende el cambio o se tienen frecuentemente las recaídas en los intentos de recuperación.
Hay que tener presente que un cambio en un miembro de la pareja puede provocar cambios en la otra parte. Si su pareja o familiar no busca ayuda, muévase usted a buscar las alternativas. Es útil mencionar que la psicoterapia, los grupos de apoyo (CODA) y los libros de autoayuda pueden ser buenos medios para alcanzar la recuperación.

“Todo relación amorosa que no produce paz, sino angustia o culpa, está impregnada de codependencia”. Dr. Jaime A. Castrellón D

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COLABORACIONES: ARTÍCULOS INTERESANTES / ¿REALMENTE SABES VIVIR?
« Último mensaje por antonio pina en Noviembre 04, 2024, 06:24:42 am »
¿REALMENTE SABES VIVIR?

En el ajetreo de la vida cotidiana, pocas veces nos detenemos a reflexionar si realmente estamos viviendo de la manera que queremos. Pasamos días, semanas e incluso años inmersos en la rutina, sin preguntarnos si estamos disfrutando del presente o solo sobreviviendo. Entonces, surge la pregunta: ¿realmente sabes vivir?
Vivir plenamente no significa llenar la agenda de compromisos, ni acumular bienes materiales o éxitos profesionales. Tampoco se trata de evitar el dolor a toda costa o buscar la felicidad en cada momento. Vivir, en su esencia más pura, es aprender a conectar con lo que somos y lo que sentimos, apreciando lo que nos rodea y aceptando tanto lo bueno como lo malo.

EL ARTE DE ESTAR PRESENTE

El primer paso para vivir verdaderamente es aprender a estar presente. En lugar de preocuparte por el futuro o lamentarte por el pasado, ¿cuánto tiempo dedicas a estar en el aquí y ahora? Las pequeñas cosas, como disfrutar de una taza de café, caminar sintiendo el sol en la piel o escuchar con atención a un ser querido, son momentos que marcan la diferencia. Estar presente es observar la vida como un espectador curioso, dejando de lado las prisas y valorando cada instante.

CONECTAR CON TUS VERDADEROS DESEOS

A menudo, seguimos caminos trazados por las expectativas ajenas: estudiar lo que nos recomendaron, trabajar en un lugar que otros consideran prestigioso, perseguir un ideal de vida que no se alinea con nuestros valores. Pero, ¿qué es lo que realmente deseas? ¿Qué te mueve? Identificar esos deseos genuinos implica un trabajo introspectivo que puede resultar incómodo, pero es necesario para evitar vivir con la sensación de vacío.

ACEPTAR EL DOLOR Y LAS DIFICULTADES

Parte de saber vivir consiste en aceptar que la vida no siempre es fácil. Intentar evitar el dolor solo genera más sufrimiento. La capacidad de aceptar las dificultades y aprender de ellas nos permite crecer. Así, en lugar de ver los momentos difíciles como obstáculos, los podemos percibir como oportunidades de desarrollo personal.

CONSTRUIR RELACIONES SIGNIFICATIVAS

Vivimos en un mundo cada vez más conectado tecnológicamente, pero irónicamente, nuestras relaciones pueden ser más superficiales que nunca. Saber vivir implica también rodearse de personas que aporten y compartir momentos genuinos con ellas. Relaciones donde haya apoyo mutuo, confianza y respeto, en lugar de interacciones superficiales o basadas en intereses.

ENCONTRAR EL EQUILIBRIO ENTRE LA AMBICIÓN Y LA GRATITUD

Saber vivir también se trata de encontrar un equilibrio entre desear más y agradecer lo que ya tenemos. Es natural querer mejorar y buscar nuevas metas, pero sin caer en la trampa de creer que solo seremos felices cuando las alcancemos. La gratitud por lo que ya se posee, por las experiencias vividas y por lo que se aprende cada día, es lo que nos ayuda a mantener una sensación de bienestar constante.

CUIDAR DE UNO MISMO

No puedes vivir plenamente si no te cuidas. La salud física y mental son pilares fundamentales. Cuidar de ti mismo no es egoísta, sino necesario. Un cuerpo sano y una mente en calma te permiten disfrutar más de las experiencias y enfrentar con mayor serenidad los desafíos que se presenten.

CREAR UN PROPÓSITO

Al final, saber vivir es encontrar un propósito. No tiene que ser algo grandioso o complejo; puede ser tan sencillo como contribuir a la felicidad de los demás, ser un buen amigo, crear algo significativo o dejar el mundo un poco mejor de lo que lo encontramos. Un propósito nos da dirección y sentido, y eso nos hace sentir vivos.
En definitiva, vivir no es solo respirar y pasar los días. Es mirar atrás y sentir que hiciste lo mejor que pudiste, que amaste con intensidad, que sufriste y aprendiste, y que aprovechaste cada oportunidad para ser más auténtico. Porque, al final, saber vivir es saber ser uno mismo en toda su plenitud. ¿Tú, realmente sabes vivir?

ARTÍCULO ESCRITO POR INTELIGENCIA ARTIFICIAL ChatGPT
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PAREJA, FAMILIA Y RELACIONES / ¿QUÉ HACER CUANDO NO SE HA TENIDO UN BUEN MODELO PATERNO?
« Último mensaje por antonio pina en Noviembre 04, 2024, 06:24:01 am »
¿QUÉ HACER CUANDO NO SE HA TENIDO UN BUEN MODELO PATERNO?

La figura paterna cumple un rol importante en la vida de cualquier persona, ya que puede influir en el desarrollo emocional, social, y hasta profesional de un individuo. Sin embargo, no todas las personas han tenido la suerte de contar con un padre que haya sido un buen modelo. Algunos crecieron con figuras paternas ausentes, inestables o incluso perjudiciales para su crecimiento. Esta situación plantea un desafío importante: ¿cómo enfrentar y superar la falta de un buen modelo paterno?

1. RECONOCER LA SITUACIÓN SIN CULPAS NI RESENTIMIENTOS

El primer paso para avanzar es aceptar la realidad tal cual es. No es raro que quienes no tuvieron un buen modelo paterno se sientan frustrados, enojados o incluso avergonzados. Reconocer estos sentimientos sin culparnos por ellos es un acto de autocompasión y autoconocimiento que nos ayudará a gestionar la situación de manera constructiva.
El resentimiento o la negación solo agravan el problema, mientras que aceptar la situación y reconocer que podemos hacer algo al respecto es un paso positivo hacia el cambio.

2. IDENTIFICAR LAS ÁREAS EN LAS QUE NECESITAS APOYO O GUÍA

No todas las personas necesitan lo mismo de una figura paterna. Algunas personas pueden necesitar un modelo de estabilidad emocional, mientras que otras anhelan una guía en la toma de decisiones o el desarrollo de habilidades sociales. Reflexionar sobre los aspectos específicos en los que sentimos que nos ha faltado un modelo paterno puede ayudarnos a buscar alternativas concretas.
Pregúntate:

•   ¿Qué aspectos de la figura paterna creo que me faltaron?
•   ¿Cómo me afecta esa carencia en mi vida actual?

Este ejercicio puede ayudarnos a enfocarnos en áreas clave de nuestra vida que requieren atención y desarrollo.

3. BUSCAR FIGURAS DE APOYO EN OTROS CONTEXTOS

Si no has tenido una buena figura paterna en la familia, eso no significa que no puedas encontrar un modelo positivo en otros espacios. Mentores, familiares, amigos mayores, líderes en el trabajo o en actividades extracurriculares pueden ser un excelente apoyo. Estas figuras pueden brindarnos orientación, apoyo emocional o modelos de comportamiento a seguir.
Es importante que estas personas inspiren confianza, sean respetuosas y estén genuinamente interesadas en ayudarnos a crecer. Además, pueden ofrecernos perspectivas y experiencias valiosas que complementen las áreas en las que sentimos que carecemos de un modelo paterno.

4. DESARROLLAR LA CAPACIDAD DE AUTORREFLEXIÓN Y AUTOGUÍA

Aunque un modelo paterno ideal es una guía importante, también podemos aprender a ser nuestro propio referente y construir los valores y habilidades que necesitamos. A través de la introspección y el autoanálisis, podemos identificar nuestras necesidades y los valores que queremos desarrollar. La meditación, el diario personal y la psicoterapia son algunas herramientas que ayudan a profundizar en este proceso.
La auto-guía no significa hacer todo en soledad, sino aprender a identificar las decisiones que son más afines a nosotros y encontrar maneras de actuar en consecuencia.

5. TRABAJAR EN LA AUTOACEPTACIÓN Y EL AMOR PROPIO

El proceso de sanar la falta de un buen modelo paterno es también una oportunidad para desarrollar una relación saludable contigo mismo. La autoaceptación y el amor propio pueden ser claves para liberarte de los estándares externos o las comparaciones innecesarias. Esto incluye perdonarte por los errores del pasado y permitirte crecer sin la presión de ser perfecto o de seguir un modelo preestablecido.
Los pensamientos autocompasivos y el autocuidado en la rutina diaria son herramientas efectivas para reforzar la autoestima y ayudar a enfrentar la falta de una figura paterna de manera positiva.

6. CONSIDERAR LA AYUDA DE UN PROFESIONAL

Un psicólogo o terapeuta puede proporcionar orientación y apoyo en el proceso de comprender y superar la falta de una figura paterna. La terapia es una herramienta poderosa para sanar heridas emocionales y encontrar maneras efectivas de construir una vida plena, independientemente de la historia familiar.
Además, un profesional puede ayudarte a identificar patrones de comportamiento o pensamiento que podrían estar influidos por la ausencia de una figura paterna positiva. De esta forma, puedes entender mejor tus reacciones, aprender a gestionarlas y a enfocarlas de manera más constructiva.

7. CREAR TU PROPIO MODELO DE PATERNIDAD

Finalmente, la ausencia de un buen modelo paterno puede transformarse en una motivación para construir tu propio concepto de lo que significa ser una buena figura de guía. Esto puede incluir valores como la empatía, la responsabilidad, la integridad o el respeto, que a menudo buscamos en un modelo paterno ideal. Al desarrollar y practicar estos valores en tu vida diaria, puedes ser una influencia positiva para ti mismo y para quienes te rodean.

CONCLUSIÓN

La falta de un buen modelo paterno puede ser un desafío, pero no una condena. Con autoconocimiento, apoyo, y un compromiso para crecer, es posible llenar esos vacíos con experiencias y aprendizajes valiosos. Aunque el proceso puede requerir tiempo y esfuerzo, convertirte en la persona que quieres ser, con o sin un modelo paterno, es una meta alcanzable y liberadora.

ARTÍCULO ESCRITO POR INTELIGENCIA ARTIFICIAL ChatGPT
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LA VOZ DE TU ALMA: CÓMO DETECTAR TU PROPÓSITO DE VIDA SEGÚN LA CÁBALA.

Mario Sabán

charla de 76 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=g0oG7E5FlfE
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VIDEOS DE FRANCISCO DE SALES EN YOUTUBE / Re:HAY QUE TENER PACIENCIA CON UNO MISMO
« Último mensaje por gozo en Noviembre 03, 2024, 06:52:37 am »
Pues sí... ha que tener paciencia. Gracias.
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