Buscandome

Bienvenido(a), Visitante. Por favor, ingresa o regístrate.

Ingresar con nombre de usuario, contraseña y duración de la sesión

 


Traductor Google

Mensajes recientes

Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 [9] 10
81
CÓMO CONVERTIRTE EN LA PERSONA QUE QUIERES SER.

Cuando afrontas un proceso de cambio o reinvención normalmente es porque te cuestionas  ¿estoy viviendo la vida que realmente quiero vivir? Eso implica tu entorno, tu trabajo, tus relaciones….
Sin embargo, ningún cambio que hagas fuera será realmente efectivo si no va precedido o acompañado de un cambio interno. No solo de mentalidad, que también, sino a un nivel más profundo y completo: tu identidad. Así que lo primero que tienes que preguntarte es ¿estoy siendo quien realmente quiero ser?
Hoy quiero invitarte a que lleves el foco a tí, que reflexiones acerca de la persona que estás siendo y si esa es la persona que sientes que quieres ser. La persona capaz de conseguir lo que quieres en tu vida.
Y para ello te traigo una reciente experiencia personal y mis reflexiones y aprendizajes sobre ella.
 
MI PROPIA EXPERIENCIA

Durante muchos años yo no estaba siendo la persona que realmente quería ser, que sentía que era. Esa que de alguna manera estaba enterrada en lo profundo de mí, bajo capas y capas de miedos, inseguridades, desilusiones….
Hoy estoy feliz y orgullosa de la persona en la que me estoy convirtiendo. Y sobre todo, de haber iniciado en su día este camino inverso de vuelta al Ser que es para mí la vida.
Y ello gracias a una decisión, casi juramento, que tomé hace muchos años, en un momento de gran cambio en mi vida. Antes incluso de iniciar mi camino de autoconocimiento y reinvención personal y profesional.


DECISIONES INCONSCIENTES

Debemos remontarnos a muchos años atrás para comprender el origen de la historia.
Era un sábado cualquiera de agosto de 2009 y había salido de excursión familiar a la Laguna Negra de Soria.
Me encontraba en un periodo de transición muy importante en mi vida y me sentía a la vez liberada, sola y desubicada. A la vez arrastraba una insatisfacción laboral que me provocaba ansiedad, frustración y ganas de desconectar de todo al salir del despacho.
Sentía que había dejado de ser yo, que de alguna forma me había conformado y estaba tratando de encajar en un traje que no era el mío. Y la forma que tenía en aquél momento de volver a encontrarme o de sentirme yo misma era disfrutar de cada momento sin pensar en las consecuencias.
Carpe diem.
Eso era lo que para mí en aquél momento significaba ser libre: hacer en cada momento lo que quisiera. Eso sí, dentro de mi escaso tiempo libre. El resto del tiempo obedecía a pies juntillas a mi jefe mientras odiaba mi trabajo. Así que en realidad estaba muy lejos de sentirme verdaderamente libre.
El caso es que durante un tiempo me sirvió, y me hizo reencontrarme con la alegría de vivir, y de paso anestesiaba la frustración de tener un trabajo y una profesión que aborrecía.
Dejé de cuidarme, dormía poco, comía mal, fumaba y bebía mucho…..
La vida sedentaria que ya llevaba desde hacía años y los recientes excesos me estaban pasado factura y me encontraba en un pésimo estado físico. 

 
EL CATALIZADOR DEL CAMBIO

Y en esa deplorable forma física es como me planté aquélla mañana de agosto.
Comenzamos a subir hacia la ruta de los picos de Urbión, donde nace el río Duero, y al poco tiempo ya empecé a sentir que me faltaba el aire, me pesaba todo y no podía con mi alma.
Aún quedaba un buen trecho y me hubiera dado la vuelta si no fuera porque era la única y me hubiera quedado sola.
Las piernas me flaqueaban, los pulmones apenas conseguían oxígeno y el culo me tiraba hacia abajo.
De pronto vi cómo la madre septuagenaria de mi mejor amiga me adelantaba por la izquierda, ascendiendo ágil, ligera y sin ningún atisbo de esfuerzo en su rostro. Como si alguien le estuviera sosteniendo desde arriba y a mí me estuvieran amarrando hacia abajo.
Y entonces lo sentí: ¿¿cómo puede ser que con 30 años me cueste mucho más subir una montaña que a una mujer de 70??
¿Cómo había llegado hasta ahí?
 No me reconocía.
No me gustaba la persona en la que me había convertido.
Me sentí tan mal conmigo misma, que en ese momento, a lo Scarlatta O´hara, lancé una promesa al universo: jamás volvería a estar en tan pésimo estado de forma.
 
NUEVAS DECISIONES CONSCIENTES, NUEVOS HÁBITOS, NUEVO YO

A partir de entonces empecé a cuidarme más, a moverme más. Aún estaba muy perdida y tuve altos y bajos, avances y retrocesos, no tenía buenas estrategias, ni mis hábitos eran los mejores, pero esa promesa siempre estaba presente.
Gracias a mi trabajo personal con el tiempo me di cuenta de todo lo que me había llevado a aquélla situación, descubrí heridas profundas que me llevaban a conductas insanas, y comprendí por qué no estaba siendo la persona que me gustaría ser. Por qué, entre otras cosas, no tenía el estado físico que quería.
Poco después comencé mi proceso de reinvención, de sanación y transformación. Con el tiempo me reconcilié con mi pasado, y conseguí cambiar hábitos más alineados con lo que quería ver en mí y en mi vida, especialmente en relación con mi cuerpo y mi salud.
El cambio y la evolución han formado parte de los últimos 10 años de mi vida. Dejé mi profesión, me  mudé de país varias veces y me convertí en madre. Y con tanto cambio y tantos frentes mi estado físico no siempre fuera prioritario.
Fue en la recuperación del embarazo cuando comencé a priorizarlo.
Yoga, caminatas, entrenamiento, alimentación equilibrada… Conseguí recuperar mi peso y sentirme más ligera, ágil y fuerte.
Tuve a mi hija con 40 años y la idea de no poder jugar con ella y seguir su ritmo me daba pavor, y esa fue una motivación aún más poderosa para ponerme en forma.
Sin embargo, aún había algo que me impedía estar al 100%:  un dolor casi constante en la zona lumbar que se agudizaba especialmente en los momentos más bajos a nivel emocional.
Además, arrancar mi nuevo camino profesional me había llevado a un nivel de sedentarismo casi idéntico al que tenía cuando trabajaba en un oficina 9 horas al día. Todo mi foco estaba en hacer despegar ese proyecto a la vez que comenzaba mi maternidad.
De nuevo mi autocuidado quedaba relegado al banquillo.
A medida que fue despegando mi proyecto y mi maternidad ya no me exigía tanto físicamente fui recuperando espacio para mí.
Y a finales del año 2020, que para mí había sido el año de sentar nuevas estructuras, decidí que 2021 sería el año del cuerpo y mi estado físico.
Me propuse una meta como “prueba del algodón” de mi estado físico: hacer la marcha Soria-Torreandaluz en 2022.  42 kilómetros caminando.
 
TUS HÁBITOS DEFINEN TU IDENTIDAD

A partir de ese verano empecé a salir a caminar prácticamente todos los días durante al menos una hora, alternando con rutinas de yoga y entrenamientos de cardio y fuerza.
Me di cuenta de que la disciplina es hija del propósito y el compromiso, y de que lo que antes era un sacrificio para un fin se había convertido en un fin en sí mismo,  del que disfrutaba un montón y no podía ni quería prescindir.
Ese fue otro de los mayores aprendizajes de mi proceso de reinvención personal y profesional: los resultados llegan cuando no pones el foco en la meta sino en disfrutar del camino.
Los avances en mi proceso personal y de sanación  emocional también ayudaron a sanar mi dolor crónico lumbar, y con ello a recuperar vitalidad y energía.
Es como una espiral de transformación, en la que todas nuestras dimensiones física, emocional, mental y espiritual se entroncan y retroalimentan.
Tenía herramientas de autoconocimiento, desarrollo personal, gestión emocional… Trabajé con coaches, terapeutas, mentores…
Y gracias a mi despertar espiritual comencé a conectar con mi Ser esencial, con mi Yo profundo, Yo Superior, Yo Cuántico o como lo quieras llamar. Ese espacio de infinitas posibilidades más allá de lo visible o predecible.
Y es que para mí el paso natural cuando comienzas un proceso de autoconocimiento y desarrollo personal es la conexión a un nivel más profundo.
Aún así, hay tantos caminos de crecimiento y evolución como personas en el mundo y un montón de herramientas y técnicas de  transformación personal donde elegir, pero nada funciona si no se hace el trabajo cada día.
¿Qué trabajo?
El de dejar de auto engañarnos y echar balones fuera, el de responsabilizarnos de lo que no nos gusta en nuestra vida y empezar el cambio desde dentro.
En todas nuestras dimensiones.
A mí no me gustaba mi forma física, y aún así siempre relegué el asunto a un segundo plano contándome historias como que era algo secundario, que no tenía tiempo para cuidarme, que no podía cambiarlo….
Pero a medida que profundizaba en mi dimensión espiritual me di cuenta de que es todo lo contrario: el cuerpo no solo es el templo que habita el Ser, sino el vehículo para el lenguaje del alma, las emociones.
Atendiendo y cuidando nuestro cuerpo cuidamos nuestras emociones, elevamos nuestro estado y podemos acceder más fácilmente a nuestro centro, esencia, Yo superior…. en definitiva a nuestra dimensión más divina..
En mi caso, además, sanar la relación con mi cuerpo me ha permitido empezar a honrarlo y cuidarlo, lo que a su vez me ha regalado dosis extra de autoconfianza y poder personal.
Por no hablar de la cantidad de energía disponible que he liberado para dedicarla a mi familia, a mi negocio, a mis amigos.
Este año se daban todas las condiciones para poder hacer la tradicional marcha Soria-Torreandaluz, ya estábamos viviendo en España y por fin habían terminado las restricciones por la Covid-19.
Así que decidí que era el momento.
 
LOS RETOS DEL CAMINO

Después surgieron algunos inconvenientes de logística que dificultaron la ejecución y me hicieron dudar de si eran señales para abandonar mi propósito. Pero decidí verlos como obstáculos a superar y conseguimos superarlos.
Pero lo que casi da al traste con la marcha fue una lesión en la zona lumbar a 5 días de la gran cita.
En el entrenamiento del martes hice un mal giro y me dañé la zona lumbar, mi parte débil. Estuve 2 días sin apenas poder moverme, hasta que el reposo y una sesión con mi osteópata lograron lo que parecía imposible y el viernes por la tarde me encontraba perfecta.
Hubo momentos en los que pensé que no iba a poder hacer la marcha, y a diferencia del pasado decidí aceptarlo como viniera. Parafraseando a Nadal:
¿Tenía muchísimas ganas de hacerla? Sí.
¿Me iba la vida en ello? No.
Ahí apliqué otro de mis grandes aprendizajes: deséalo con todas tus fuerzas pero no te apegues a ello.
¿Y qué significa apegarse?
Pues tratar de controlar la situación y que todo salga como tú quieres, de manera que si no sale bien sufres y te sientes frustrada y desdichada. 
El antídoto al apego y el  control es  la aceptación. Es estar dispuesta a que pase lo que pase estará bien.
Tener esa convicción interna de que todo es perfecto como es, y todo es como tiene que ser.
Y esa convicción no es algo que surja de forma espontánea, es algo que hay que entrenar cada día.
El caso es que, para mi sorpresa,  me resultó fácil aceptar que puede que no hiciera la marcha este año, y creo que justamente eso es lo que me dio el pase a ella.
El viernes ya estaba mejor, y el sábado ni rastro del dolor.
-. Voy a disfrutar y llegaré hasta donde llegue.– Ese era mi planteamiento al comenzar a caminar todavía de noche.
Disfruté con la curiosidad y la inocencia de un niño, tuve momentos en los que creí que no lo conseguiría, pero mi mente ya estaba preparada para ello y me repetía una y otra vez que estaba en forma y que era más que capaz de acabarla.
Y así fue.
 Eran las 15:00 h de la tarde cuando atravesaba la línea de meta con una mezcla de alivio, alegría y sobre todo una gran satisfacción, que hizo que todo hubiera merecido la pena.
-. Me he quitado una espinita que tenía clavada muy profundo.- le dije a mi compi de camino con los ojos humedecidos y una enorme compasión por aquella Maite del pasado que todavía no sabía de lo que iba a ser capaz.
Para mí no fue solo una cuestión de forma física, sino de transformación personal. De identificar y transformar programas limitantes, patrones de conducta, emociones bloqueadas…  De acercarme cada día un poco más a la persona que quiero ser desde la esencia.
 
LOS 5 PILARES DEL CAMBIO PERSONAL

Si en este momento estás sintiendo que necesitas cambiar algún aspecto de tu vida pero  no sabes por dónde empezar,  ten en cuenta los pilares del cambio:
 
1. CONSCIENCIA Y RESPONSABILIDAD PERSONAL
Pregúntate en qué área de tu vida no estás teniendo los resultados que quieres. A veces no nos damos cuenta hasta que salimos de nuestro escenario cotidiano y hacemos algo diferente, como subir una montaña, cambiar de trabajo, de situación sentimiental, de país… Otras veces es la realidad la que nos enfrenta a situaciones que nos hacen «despertar», como una enfermedad, la pérdida de un ser querido, un confinamiento…..
Sea como fuere, observa tu realidad cada día y responsabilízate de aquello que no te gusta. Cada vez que esperas que los demás cambien pregúntate qué tienes que cambiar tú; cuando evitas situaciones, pregúntate de qué huyes y qué toca en tí que quizá hay que sanar; si no te gusta tu trabajo, pregúntate por qué y  haz algo para cambiarlo.
Un cambio a nivel identidad requiere decisiones valientes y rompedoras que te lleven a conductas totalmente diferentes. Aquí no valen medias tintas.
El victimismo es lo opuesto a la responsabilidad personal, y el principal enemigo de la auto realización. Por eso, cambiar tu actitud es el primer paso para desbloquear tu vida.

2. CLARIDAD Y PROPÓSITO
Una vez que has identificado lo que tiene que cambiar es importante que tengas claro hacia dónde lo quieres hacer, qué quieres conseguir, y sobre todo para qué. Cuál es tu motivación profunda para iniciar ese proceso de cambio y reinvención.
En mi caso, primero fue sentirme mejor conmigo misma, pero la motivación más grande y que más me impulsó a un cambio de verdad fue mi hija. No soportaba la idea de no poder acompañarla y disfrutar de ella con vitalidad y energía durante el máximo tiempo posible.
Tener claro tu objetivo y tu propósito (más allá de los resultados inmediatos) te pone en marcha.
 
3.  COMPROMISO Y PERSEVERANCIA
Habrá momentos en que el camino se haga cuesta arriba y surjan dificultades y obstáculos (internos y externos). Uno de ellos que suele pasar desapercibido y que es uno de las mayores amenazas de la reinvención y el cambio personal es la impaciencia. Por eso, no solo hay que tener un firme compromiso con tu proceso, sino renovarlo día a día.
Cultivar la paciencia y la perseverancia será lo que te mantenga en marcha.
 
4.- MONITORIZA  Y CELEBRA TUS LOGROS
Nuestro cerebro codifica la respuesta a los estímulos y busca más de aquello que nos hace sentir bien. Por eso, hemos de hacer hincapié en cada logro o reto superado en el proceso y celebrarlo. Así le estamos diciendo a nuestro cerebro que queremos más de eso, y pondrá el foco en desplegar todos los recursos a su alcance para conseguirlo.
No infravalores el poder de un buen y enérgico ¡Siiiiiii! o de un ¡toma! al estilo Nadal.
Además, hacerte consciente de tus avances y del camino recorrido te ayudará a no caer en la trampa del «no he avanzado nada». El ego tiene prisa, quieres todo ya y nunca tiene suficiente, dale argumentos para demostrarle que se equivoca y te librarás  de sus intentos de hacerte claudicar.
 
5. SUELTA Y CONFÍA
Aparte de querer controlar el proceso y el resultado, lo que más obstaculiza el cambio personal son todos aquellos programas inconscientes que nos retienen en el personaje que creemos ser.
Y es que si bien el alma busca crecimiento y realización, nuestro sistema nervioso busca la supervivencia, y esa contradicción es la que sabotea la mayoría de nuestras decisiones de cambio.
Tomar conciencia de cada momento en que el ego (sistema de supervivencia) está tomando el control y no dejarte llevar por él es clave para avanzar en la buena senda. Bajar de la mente al corazón y recuperar el foco y la serenidad a veces es tan fácil como cerrar los ojos y tomar unas respiraciones profundas.
Soltar expectativas, confiar en el proceso, y sobre todo disfrutarlo, es para mí una de las partes más difíciles de todo proceso de cambio, pero a la vez la más bonita. Y es que te conecta con tu parte divina, espiritual, cuántica… esa parte donde todo es posible, donde todo fluye y done ocurren los milagros.
Todo lo que sucede, conviene.
A veces no de la forma que nos gustaría. Pero te aseguro que si codificas tu mente para ver un aprendizaje u oportunidad en todo lo que te pasa y cambias el «por qué» por el «para qué» te empiezas a dar cuenta de que todo tiene su sentido y utilidad para tu proceso.
Y ahí es donde descubres que el regalo de todo proceso de cambio es tu crecimiento y evolución personal y espiritual.
 
IMPULSA TU PROPIA TRANSFORMACIÓN CON LITHA

En el mundo del desarrollo personal y espiritual se habla mucho del poder de la aceptación y el desapego, pero no eres consciente de hasta qué punto lo es hasta que no lo experimentas.
Te animo a que practiques la aceptación cada día, a que pruebes a soltar el control en tu día a día, empezando por pequeños gestos.
¿Qué intentas controlar en tu vida cotidiana?
¿Que no llueva, que no haya atasco, que me quieran como quiero que me quieran…?
¿Qué conductas automáticas te alejan de la persona que quieres ser?
Empieza por pequeñas cosas y verás cómo cuando llegue el momento de dar un paso importante en tu vida o en tu profesión lo harás con más confianza y serenidad, sabiendo que pase lo que pase estará bien. Aprenderás a ver y crear oportunidades en lugar de bloquearte por los miedos.
¿Y si dejo mi trabajo y no consigo ingresos para vivir? ¿Y si no descubro a qué dedicarme? ¿Y si fracaso?
Cuando soltamos el control salimos del miedo, y cuando salimos del miedo vibramos en la frecuencia de los milagros.

https://caminoinverso.com/como-ser-quien-quieres-ser/

82
PAREJA, FAMILIA Y RELACIONES / CÓMO CONVIVIR CON MI PAREJA A LA QUE NO AMO.
« Último mensaje por Irene Zambrano en Junio 07, 2025, 05:34:57 am »
CÓMO CONVIVIR CON MI PAREJA A LA QUE NO AMO.

Pocas situaciones generan tanta confusión emocional como convivir con una pareja a la que ya no se ama. A veces se trata de una certeza silenciosa que se arrastra desde hace tiempo. Otras veces, una realización repentina que sacude los cimientos de una vida construida juntos. Sea como sea, si estás en esta situación, es probable que te preguntes todos los días: ¿Qué hago aquí? ¿Puedo seguir? ¿Cómo convivo con alguien a quien ya no amo sin traicionarme ni herirle más?
La respuesta no es simple. No hay fórmulas universales, pero sí hay caminos posibles, dependiendo de tu historia, tus valores y tus razones para permanecer. Este artículo no busca juzgar, sino acompañarte a reflexionar y a encontrar claridad.
________________________________________
1. Reconoce la verdad sin disfrazarla
Lo primero y más doloroso es aceptar lo que sientes (o ya no sientes). Amar no se puede forzar. Puedes seguir admirando, cuidando o respetando a tu pareja, pero si el amor se ha ido, fingir solo te llevará a un desgaste emocional profundo, tanto para ti como para el otro.
Reconocerlo no te convierte en una mala persona. Te convierte en alguien honesto. Y la honestidad, aunque duela, siempre será mejor que una convivencia basada en el autoengaño.
________________________________________
2. Pregunta clave: ¿por qué sigues ahí?
Esta pregunta es crucial. ¿Sigues con esa persona por miedo a estar solo? ¿Por los hijos? ¿Por dependencia económica? ¿Por costumbre? ¿Por compromiso? ¿Por no querer hacerle daño?
Responder con sinceridad te ayudará a comprender qué te retiene y si esa razón es suficiente para seguir en esa relación, aunque el amor haya desaparecido. Algunas personas deciden quedarse por una mezcla de afecto, historia compartida y responsabilidad. Otras descubren que están más motivadas por la culpa o el miedo que por un deseo real de continuar.
________________________________________
3. Diferencia entre amar y no odiar
No amar a tu pareja no significa necesariamente que haya odio o conflicto. Puede haber convivencia pacífica, respeto mutuo, incluso cariño. Algunas parejas transforman el vínculo romántico en una alianza de vida, una especie de amistad profunda o sociedad afectiva.
Pero es importante que no confundas paz con plenitud. ¿Estás conforme con esta nueva forma de relación? ¿O estás sobreviviendo emocionalmente?
________________________________________
4. La comunicación honesta es inevitable
En algún momento, hablar será necesario. El silencio puede parecer una estrategia para evitar el dolor, pero en realidad solo lo prolonga. Hablar desde el respeto, sin culpas ni reproches, puede abrir caminos: tal vez el otro también siente lo mismo. Tal vez juntos puedan redefinir el vínculo. Tal vez sea el inicio de una despedida o una transformación.
El diálogo sincero, aunque incómodo, es más humano que la actuación constante.
________________________________________
5. Explora qué tipo de relación deseas construir (o reconstruir)
Hay relaciones que, aunque pierden el enamoramiento, pueden reconstruirse desde nuevos acuerdos. Pero para eso se necesita voluntad mutua y un deseo genuino de reinventarse como pareja.
Pregúntate:
•   ¿Estoy dispuesto a intentarlo?
•   ¿El otro también lo está?
•   ¿Queremos lo mismo?
Si no hay deseo de construir, mantener una convivencia forzada solo aumentará el desgaste emocional.
________________________________________
6. Cuidado con las fugas emocionales
Cuando no se ama a la pareja, muchas personas comienzan a buscar escapes: una vida paralela, una aventura emocional, una rutina externa que los desconecte de la realidad del hogar. Estas fugas pueden parecer alivios, pero suelen generar más culpa, confusión y dolor a largo plazo.
Es mejor enfrentar la situación con valentía, aunque implique tomar decisiones difíciles, que anestesiarla con distracciones que solo la postergan.
________________________________________
7. Si decides quedarte: cambia el foco
Si decides, por ahora, seguir conviviendo con tu pareja a la que no amas, intenta cambiar el enfoque:
•   Deja de esperar que sea una relación romántica si ya no lo es.
•   Cultiva el respeto, la amabilidad y los acuerdos básicos de convivencia.
•   Establece límites claros y espacio personal.
•   Cuida tu bienestar emocional: mantén tu red de apoyo, tus intereses, tu autonomía.
No se trata de vivir como extraños, pero tampoco de forzar una intimidad que ya no existe. Se trata de convivir con dignidad mientras decides qué hacer a largo plazo.
________________________________________
8. No ignores las consecuencias emocionales
Vivir con alguien a quien no amas puede tener efectos profundos: frustración, vacío, ansiedad, irritabilidad, tristeza. También puede afectarte físicamente: insomnio, fatiga, enfermedades psicosomáticas.
No minimices lo que sientes. Escúchate. Y si necesitas ayuda profesional para procesarlo o tomar decisiones, búscala. Un terapeuta puede ayudarte a ver con más claridad lo que a veces desde dentro no se distingue.
________________________________________
9. Si hay hijos, no uses el amor como excusa para el desamor
Muchos permanecen en relaciones sin amor “por los hijos”. Pero los hijos no necesitan padres juntos: necesitan adultos emocionalmente sanos. Crecer en un ambiente lleno de tensión, indiferencia o afecto fingido también deja heridas.
Si decides quedarte por ellos, hazlo de forma consciente: crea un hogar basado en el respeto y la cooperación, no en el sacrificio y el silencio. Y si decides separarte, también será una oportunidad para mostrarles que el amor propio y la honestidad son valores que se viven, no solo se enseñan.
________________________________________
10. No postergues indefinidamente lo inevitable
Puedes quedarte por un tiempo, por una razón, por una etapa. Pero pregúntate sinceramente:
👉 ¿Cuánto tiempo más quiero vivir así?
👉 ¿Qué vida merezco realmente?
👉 ¿Qué me estoy negando al seguir aquí por miedo o culpa?
El tiempo no siempre cura. A veces solo desgasta si no se toman decisiones. Y tú mereces una vida en la que el afecto sea genuino, no un acto de supervivencia emocional.
________________________________________
CONCLUSIÓN

Convivir con una pareja a la que no amas es una situación compleja, pero no imposible. Todo dependerá de tu nivel de conciencia, tus valores y tu capacidad de actuar desde la honestidad.
No estás obligado a amar. Pero sí estás llamado a vivir con verdad y responsabilidad emocional.
Sea que decidas quedarte, transformar el vínculo, o marcharte, que sea una elección desde el respeto hacia ti y hacia el otro.
Porque vivir sin amor es soportable por un tiempo. Pero vivir sin verdad… eso, a la larga, termina rompiéndonos por dentro.

83
PAREJA, FAMILIA Y RELACIONES / CÓMO CONVIVIR CON MI PAREJA, QUE NO ME AMA.
« Último mensaje por Irene Zambrano en Junio 07, 2025, 05:34:03 am »
CÓMO CONVIVIR CON MI PAREJA, QUE NO ME AMA.

Pocas situaciones duelen tanto como mirar a la persona que amas y darte cuenta —o sospechar con certeza— que ya no siente lo mismo por ti. A veces lo notas en su distancia, en su tono de voz, en su ausencia emocional. Otras veces, lo sabes porque te lo ha dicho de frente: “Ya no siento lo mismo”. Pero aun así, por diferentes razones, la convivencia continúa. Y entonces surge una pregunta difícil, dolorosa, pero necesaria: ¿cómo se convive con alguien que ya no te ama?
Este artículo no pretende darte respuestas fáciles. Convivir con una pareja que ya no te ama es una experiencia compleja, que desafía tu autoestima, tu sentido de dignidad y tu capacidad de sostenerte emocionalmente. Pero también puede ser una oportunidad para despertar, para mirar con honestidad y para tomar decisiones que te devuelvan a ti mismo.
________________________________________
1. Reconoce la realidad, aunque duela
El primer paso es aceptar lo que está pasando. Aceptar que algo ha cambiado. Que ya no hay muestras de afecto genuino, que las palabras dulces han desaparecido, que el interés por ti se ha apagado.
No te engañes. No racionalices lo que en el fondo sabes. No idealices a alguien que ya no te incluye en su mundo emocional. Aceptar la realidad no significa rendirse, significa dejar de luchar contra una ilusión.
________________________________________
2. Hazte esta pregunta con total honestidad: ¿por qué sigo aquí?
¿Qué te retiene? ¿El miedo a estar solo? ¿La dependencia económica? ¿La esperanza de que todo vuelva a ser como antes? ¿Los hijos? ¿La costumbre?
Responder a esta pregunta con valentía es clave. No para juzgarte, sino para conocerte. Entender tus razones te permitirá tomar decisiones más conscientes, menos impulsadas por el miedo o la necesidad.
________________________________________
3. No confundas presencia física con vínculo emocional
Puede que esa persona aún viva contigo, comparta la mesa o duerma en la misma cama. Pero eso no significa que haya un verdadero vínculo afectivo. El amor necesita más que rutinas compartidas: necesita atención, ternura, cuidado mutuo.
Aprende a diferenciar el hábito de la conexión. El estar “juntos” no siempre implica estar realmente unidos.
________________________________________
4. No te humilles por amor
Uno de los mayores riesgos al convivir con alguien que no te ama es empezar a rogar cariño, atención o validación. Como si tu valor dependiera de esa persona. Como si amar fuera un mérito que debes ganarte constantemente.
No te rebajes. No negocies tu dignidad. El amor no se mendiga. Si alguien ha dejado de amarte, no es culpa tuya. Y no tienes que convertirte en una versión más “perfecta” para recuperar su afecto.
________________________________________
5. Establece límites emocionales claros
Aunque todavía compartan techo, es necesario poner límites internos:
•   No todo comentario frío debe afectarte.
•   No todas sus decisiones deben definir tu estado de ánimo.
•   No tienes por qué seguir intentando conquistar a quien ya no quiere ser conquistado.
Empieza a cuidar tu mundo emocional. Recupera espacios solo tuyos. Establece rutinas que te reconecten contigo. En otras palabras: protege tu corazón sin volverte de piedra.
________________________________________
6. No hagas del dolor un proyecto de vida
Estar con alguien que no te ama puede volverse una forma crónica de sufrir. Pero el dolor, aunque inevitable, no debe convertirse en tu identidad. No te encierres en el papel de víctima. No alimentes la esperanza ciega si todo lo que recibes es indiferencia.
El sufrimiento sostenido termina desgastando tu autoestima. Y lo peor que puede pasarte no es que el otro no te ame: es que tú dejes de amarte a ti mismo.
________________________________________
7. No involucres a terceros como moneda de cambio
Si hay hijos, amigos o familiares de por medio, evita ponerlos en medio del conflicto o usarlos para justificar decisiones que tú aún no te atreves a tomar. Los hijos, por ejemplo, necesitan ver vínculos sanos, no convivencias llenas de tensión emocional.
Hazte cargo de tu dolor sin proyectarlo en los demás. Ellos no deben cargar con la responsabilidad de una relación rota.
________________________________________
8. Cuida tu mundo interior
Empieza a reconstruir tu identidad más allá de la pareja. Redescubre tus intereses, tus amistades, tus pasiones dormidas. Retoma lo que te hacía bien antes de que el amor se apagara.
Haz cosas que te conecten contigo, aunque al principio no tengas ganas. La tristeza paraliza, pero moverse, aunque sea un poco cada día, es una forma de resistencia. De renacimiento.
________________________________________
9. Considera ayuda profesional
Convivir con alguien que no te ama puede dañar profundamente tu salud emocional. La confusión, la esperanza, el miedo, la culpa… todo se mezcla y se vuelve pesado.
Hablar con un terapeuta o consejero puede ayudarte a ordenar lo que sientes, a tomar decisiones con claridad y a reconstruir tu autoestima.
Pedir ayuda no es debilidad. Es inteligencia emocional.
________________________________________
10. Y finalmente… considera si esto es vida para ti
Tarde o temprano tendrás que hacerte una pregunta crucial:
👉 ¿Quiero seguir viviendo así?
👉 ¿Quiero una vida en la que el amor sea ausente o indiferente?
👉 ¿Me quedo por lo que fue… o por lo que es?
No se trata de tomar decisiones apresuradas. Pero sí de asumir que mereces algo más que convivir con alguien que ya no te ama. No por orgullo. Sino por amor propio.
________________________________________
REFLEXIÓN FINAL

Amar y no ser amado duele. Pero seguir en ese lugar sin mirar hacia dentro duele aún más. Convivir con alguien que no te ama puede parecer un acto de lealtad, de resistencia o incluso de sacrificio. Pero, si te lleva a traicionarte, ¿de qué sirve?
A veces el mayor acto de amor —incluso hacia el otro— es soltar.
Otras veces, el acto de coraje es quedarse un tiempo más, pero con conciencia.
Sea cual sea tu camino, recuerda: no estás aquí para que te quieran a medias, ni para convertirte en un fantasma en tu propia vida.
Tú mereces presencia, ternura, verdad.
Mereces una vida donde el amor no sea un esfuerzo constante, sino una elección recíproca.
Y si eso hoy no lo tienes, al menos empieza por darte algo aún más importante: tu propia compañía.

84
CÉNTRATE EN TI HASTA GANAR Y TU VIDA CAMBIARÁ PARA SIEMPRE.
Deepak Chopra

charla de 105 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=TkHie1C5qUY
85
CÓMO SIMPLIFICAR TU VIDA

Filosofía MINIMALISTA

Henry David Thoreau

vídeo de 29 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=FticqAj7MRA
86
REFLEXIONES CON FORMA DE POESÍA / SERÍA YO
« Último mensaje por Francisco de Sales en Junio 06, 2025, 06:08:12 am »
SERÍA YO

Si yo supiera
reír sin cortapisas ni pudor,
implicarme en ello
lo mismo que quien llora al cien por cien,
sin rendijas ni altibajos,
como el que maldice
con rabia y odio y violencia,
o como el que ama bien
y no le importan los inconvenientes
ni los silencios a veces,
ni cuando un día parece que el amor flojea.

Si yo pudiera
saber quién soy
y luego ser quien soy,
le pese a quien le pese,
aunque me lluevan puñales,
aunque eso me cueste
alguna pérdida importante
o un poco de muerte,
sería más feliz,
más íntegro y entero,
más real y más cierto.

Sería yo, que aún no sé serlo.


Francisco de Sales
87
¿CÓMO SER SINCERO CONMIGO MISMO?

Ser sincero con uno mismo es una de las habilidades más fundamentales y liberadoras que podemos desarrollar. No se trata de un acto puntual, sino de un proceso continuo de autoconciencia y honestidad radical sobre nuestros pensamientos, sentimientos, deseos, miedos y acciones. En un mundo lleno de expectativas externas y autoengaños sutiles, la sinceridad interna es el pilar sobre el que se construye una vida auténtica y plena.
________________________________________
1. Desarrolla la autoconciencia: el primer paso

No puedes ser sincero contigo mismo si no sabes qué hay dentro de ti. La autoconciencia es la capacidad de observar tus estados internos sin juicio.
•   Practica la introspección: Dedica tiempo regular a reflexionar sobre tus experiencias. Pregúntate: "¿Cómo me siento realmente en esta situación?", "¿Por qué reaccioné de esa manera?", "¿Qué necesito en este momento?".
•   Sé un observador, no un juez: Cuando observes tus pensamientos o emociones (especialmente aquellos que consideras "negativos"), evita criticarte. Simplemente nótalos, como si vieras las nubes pasar en el cielo. La aceptación es clave para entenderlos.
•   Lleva un diario: Escribir tus pensamientos y sentimientos sin censura puede ser una herramienta poderosa para descubrir patrones, miedos ocultos y deseos profundos que quizás no sabías que tenías.
________________________________________
2. Reconoce tus emociones, todas ellas

Tendemos a etiquetar las emociones como "buenas" o "malas", y a menudo reprimimos aquellas que nos resultan incómodas (ira, tristeza, miedo, celos). Sin embargo, todas las emociones son mensajeras.
•   Permítete sentir: Date permiso para experimentar la gama completa de tus emociones. Si sientes tristeza, déjate estar triste. Si sientes ira, reconoce su presencia sin actuar impulsivamente sobre ella.
•   Nombra tus emociones: Articular lo que sientes ("estoy frustrado", "tengo miedo", "me siento solo") les da una forma y las hace menos abrumadoras.
•   Explora su origen: Una vez que las nombras, pregúntate por qué están ahí. ¿Qué evento o pensamiento las desencadenó? Esta indagación te dará pistas sobre tus verdaderas necesidades y lo que es importante para ti.
________________________________________
3. Cuestiona tus creencias y narrativas internas

A lo largo de la vida, absorbemos creencias de nuestra familia, cultura y experiencias. Algunas nos empoderan, otras nos limitan, y a menudo operan en el subconsciente.
•   Identifica tus "deberías": ¿Cuántas veces te dices a ti mismo "debería ser más esto" o "no debería sentir aquello"? Identifica estas autoexigencias y pregúntate si realmente son tuyas o si las has adoptado de otros.
•   Examina tus auto-narrativas: ¿Qué historia te cuentas a ti mismo sobre quién eres, lo que eres capaz de lograr o lo que mereces? A menudo, estas historias son limitantes y no reflejan tu verdadero potencial.
•   Busca evidencia: Si crees que "no eres bueno para X", busca momentos en tu vida en los que sí demostraste habilidades en X. Desafía activamente tus propias creencias limitantes.
________________________________________
4. Alinea tus acciones con tus valores

La verdadera sinceridad se manifiesta cuando hay coherencia entre lo que piensas, sientes, dices y haces.
•   Define tus valores fundamentales: ¿Qué es lo más importante para ti en la vida? (honestidad, libertad, conexión, creatividad, seguridad, crecimiento, etc.). Escríbelos.
•   Evalúa tus decisiones: Antes de tomar una decisión importante, pregúntate: "¿Esta acción está alineada con mis valores más profundos?". Si hay una desconexión, es una señal para reevaluar.
•   Sé valiente para decir "no": Decir "sí" a algo que en el fondo no quieres hacer es una forma de autoengaño. Aprender a establecer límites y decir "no" cuando no es sincero para ti es crucial.
________________________________________
5. Acepta tus imperfecciones y vulnerabilidades

Nadie es perfecto. La sinceridad con uno mismo implica aceptar tanto nuestras fortalezas como nuestras debilidades, nuestras luces y nuestras sombras.
•   Abraza tu vulnerabilidad: Reconocer tus miedos, tus errores y tus puntos débiles no te hace débil; te hace humano. La negación de estos aspectos consume mucha energía y te impide crecer.
•   Practica la autocompasión: Trátate a ti mismo con la misma amabilidad y comprensión que le ofrecerías a un amigo cercano. Cuando cometas un error, en lugar de culparte, pregúntate qué puedes aprender.
•   Libérate de la necesidad de aprobación: La búsqueda constante de la aprobación externa es un gran obstáculo para la sinceridad interna. Cuando te preocupas más por lo que piensan los demás que por lo que sientes tú, te alejas de tu verdad.
________________________________________
Ser sincero contigo mismo es un viaje, no un destino. Habrá días en los que te resultará más fácil y otros en los que te sentirás más desconectado. Lo importante es mantener la curiosidad, la paciencia y la compasión contigo mismo a medida que exploras las profundidades de tu propio ser. Al hacerlo, no solo te conocerás mejor, sino que también sentarás las bases para relaciones más auténticas, decisiones más acertadas y una vida con mayor sentido y propósito.

88
SER FELIZ (O, POR LO MENOS, ESTAR BIEN) / CÓMO SER FELIZ.
« Último mensaje por buscador en Junio 06, 2025, 06:05:54 am »
CÓMO SER FELIZ.

La felicidad es uno de los grandes anhelos de la humanidad. Aunque no existe una fórmula mágica, hay ciertos hábitos y enfoques que pueden ayudarnos a cultivar una vida más plena y satisfactoria. En este artículo, exploraremos diversas estrategias para encontrar la felicidad en el día a día.

1. Entender qué es la felicidad
La felicidad no es un estado permanente ni una meta única, sino una serie de momentos y emociones positivas que varían según la persona. Para algunos, la felicidad se encuentra en logros profesionales, para otros en relaciones personales, y en muchos casos en pequeños placeres cotidianos. Entender que la felicidad es subjetiva nos ayuda a definirla de manera personal.

2. Vivir el presente
Frecuentemente nos preocupamos por el futuro o nos lamentamos por el pasado, lo que nos impide disfrutar el presente. Practicar la atención plena (mindfulness) nos ayuda a estar más conscientes del ahora, apreciando lo que tenemos en este momento sin quedar atrapados en lo que fue o lo que vendrá.

3. Cultivar relaciones significativas
Las conexiones humanas son esenciales para el bienestar emocional. Pasar tiempo con personas que nos apoyan, con quienes compartimos valores y afecto genuino, aumenta nuestra sensación de felicidad. Priorizar relaciones saludables y aprender a establecer límites con personas tóxicas es clave para una vida emocionalmente equilibrada.

4. Cuidar la salud física y mental
El bienestar físico tiene un impacto directo en la felicidad. Dormir bien, alimentarse de manera saludable y realizar actividad física regularmente contribuyen a un mejor estado de ánimo. A nivel mental, es fundamental aprender a manejar el estrés, identificar pensamientos negativos y buscar ayuda profesional cuando sea necesario.

5. Tener un propósito y objetivos
Sentir que nuestra vida tiene sentido es fundamental. No se trata solo de grandes aspiraciones, sino de encontrar propósito en acciones diarias, como ayudar a los demás, aprender nuevas habilidades o contribuir positivamente a la comunidad. Establecer metas alcanzables y trabajar por ellas nos da un sentido de dirección y satisfacción.

6. Practicar la gratitud
Apreciar lo que tenemos en lugar de enfocarnos en lo que nos falta es una de las claves de la felicidad. Llevar un diario de gratitud o simplemente recordar tres cosas positivas cada día ayuda a cambiar nuestra perspectiva y a valorar más lo que nos rodea.

7. Aceptar las emociones negativas
Ser feliz no significa estar contento todo el tiempo. La tristeza, el enojo y el miedo son parte natural de la vida. En lugar de luchar contra ellas, es mejor aceptarlas, comprender su origen y aprender de ellas. La resiliencia emocional es la capacidad de recuperarse de momentos difíciles, y es esencial para una felicidad duradera.

8. Aprender y crecer constantemente
Desarrollar nuevas habilidades, adquirir conocimientos y buscar experiencias enriquecedoras nos ayuda a mantenernos motivados y entusiasmados con la vida. La felicidad también está en el camino de aprendizaje, no solo en las metas alcanzadas.

9. Dedicar tiempo a actividades que generan placer
Cada persona encuentra felicidad en diferentes cosas: música, arte, naturaleza, viajes, lectura, cocina, etc. Dedicar tiempo a lo que nos apasiona nos llena de energía y nos ayuda a desconectarnos del estrés diario.

10. Ser amable y ayudar a los demás
Diversos estudios han demostrado que ayudar a los demás nos hace más felices. La amabilidad genera una sensación de bienestar, fortalece la conexión social y nos da propósito. Pequeños actos como escuchar a alguien, ofrecer apoyo o hacer una donación pueden generar satisfacción interna.


En conclusión, la felicidad no es un destino, sino un camino. Cultivarla requiere intención, paciencia y compromiso con nosotros mismos. Cada persona tiene su propia versión de la felicidad, y el secreto está en encontrar lo que realmente nos llena y nos hace sentir plenos.

89
SEXO Y SEXUALIDAD / ¿CÓMO LE DIGO A MI FAMILIA QUE SOY LESBIANA, GAY, BISEXUAL…?
« Último mensaje por Irene Zambrano en Junio 06, 2025, 06:04:52 am »
¿CÓMO LE DIGO A MI FAMILIA QUE SOY LESBIANA, GAY, BISEXUAL…?

 
Uno de los motivos de no contar que eres lesbiana, gay, bisexual… es porque os posicionáis mucho en el lugar de vuestros padres y seres queridos (pensáis más en su bienestar que en el vuestro) o lo hacéis sin tener en cuenta que eso también les afecta a ellos. Parecéis un elefante en una cacharrería destrozando todo por dónde pasa.

LO IDEAL ES ENCONTRAR UN EQUILIBRIO: TENER PRESENTE AL OTRO SIN PRIVARTE DE LA LIBERTAD DE SER.

Es posible que ahora estés pensando: “Con mi madre/padre es imposible encontrar el equilibrio porque no acepta que sea lesbiana, gay o bisexual”.
Yo creo que, ante estas situaciones, también se puede encontrar un equilibrio. Quizá en este caso no sea solo entre ellos y tú, quizá sea un equilibro interno dónde tú te encuentras en esa línea de “vale, hasta aquí llego y aquí me quedo”.
Recuerda que no es una cuestión de salirte con la tuya o tener la razón. Por ese camino, solo vas a encontrar un choque de trenes. Es una cuestión de respeto mutuo. Y eso sí, la empatía y la comprensión hacía el otro ha de estar presente. En algún momento os tendréis que posicionar en el lugar del otro, y si ellos no lo hacen, ¡no dejes de hacerlo tú! Eso te ayudará a transitar todo tu proceso de una manera más tranquila.
Yo propongo que tengas en cuenta varios aspectos que te pueden ayudar con este tema.

PORQUE (PARA QUE) NO LO DICES:

Si eres de la primera opción que no lo cuentas porque piensas mucho en el bienestar de tus padres, estaría bien que profundizaras que hay detrás de eso.
Este comportamiento es todo lo contrario a estar en equilibrio. Quizá tengas ganas de expresar que eres lesbiana, gay o bisexual, pero antepones como se sentirán tus seres queridos.
Lo que no te paras a pensar es que esa decisión no es gratuita. Pasa factura. De alguna manera hace que te distancies de ellos. Que dejes de compartir la vida (alegrías y penas), y experiencias. Que llegue un momento que no puedas acudir a ellos porque ya te sientes muy lejos.

CUANDO TE POSICIONAS MÁS EN EL OTRO Y DEJAS DE TENER PRESENTE QUE NECESITAS PARA ESTAR BIEN, ¿DE QUÉ TIENES MIEDO? ¿QUÉ ESTÁS EVITANDO?

No sé cuál es tu motivo, pero normalmente hay uno y es grande: decepcionarles tanto que te dejen de querer.
Aquí los estás protegiendo, pero también te estás protegiendo tú de algo. Se trata de un mecanismo de defensa que utilizas para no decepcionar, para que no destaques y eso te aparte de tu clan (familia, amigos, colegas, sociedad, etc.).
¡Ojo con ese motivo! No se sustenta en nada. Es solo una creencia tuya que está impidiendo hacer lo que realmente quieres hacer. Le has dejado el poder a esa idea y estás perdiendo el poder de manejar tu vida.
Y para los que estáis pensando: “es que a mí me dejarían de querer”. Otra vez, ¡ojo! Sigue siendo una creencia tuya llevada al extremo.
Que tus padres no acepten que seas lesbiana, gay o bisexual no quiere decir que te dejen de querer. Aquí es dónde has de encontrar el equilibrio.
Y si ellos deciden alejarse de ti (que no es lo mismo que dejarte de querer): Tienes un gran trabajo que hacer intrapersonal. Descubrir que quieres en la vida, si una familia que no te acepta o tu propia aceptación y vivir en plenitud.

UTILIZA TUS RECURSOS:

Te cuento mi caso. Yo tengo mucho sentido del humor y ese fue mi recurso para decírselo a mi madre. En ningún momento utilicé un tono de “te voy a contar algo que te fastidiará la vida”.
Me costó decirlo, pero mi sonrisa (entre otras cosas por los nervios), siempre estuvo presente.
Para mí, ponerme delante de mi madre seria y dándole más importancia, era como un enfrentamiento conmigo misma. Ese fue mi recurso.
Seguro que tú tienes el tuyo. Algo que te caracteriza y que es un potencial a utilizar para decir que eres lesbiana, gay o bisexual.
Quizá el tuyo sea que eres muy cariños@ y te gusta abrazar, ¡pues hazlo! O a lo mejor puedes ir intercalando frases como “yo estoy bien”, “soy feliz”. Ayuda mucho si el que te escucha recibe mensajes de que estás bien.
Aun así, te invito a que utilices más el sentido del humor, si es posible. No hagamos más serio el tema de lo que para algunos puede ser.
Haz esta conversación lo más natural que puedas y no te posiciones como si fuera un problema, porque eso es lo que estás transmitiendo a tu interlocutor e irremediablemente se pondrá a la defensiva.

CUÉNTALES TU HISTORIA:

Cuando les digas que eres lesbiana, gay o bisexual, sé sincer@. Es tu momento de decirles como te sientes. Tú tienes una historia que contar.
Hay un refrán que dice “de perdidos al río”, pues aquí lo mismo. Es poner todo a disposición de ellos para que sea más fácil que te entiendan. Que se puedan poner en tu lugar y comprender lo que estás pasando.
Decir sólo “soy lesbiana, gay o bisexual” y callar con la aspiración que ellos ya tienen que entender y aceptarlo, bajo mi punto de vista es exigir demasiado.
Una vez dicha tu orientación sexual, cuéntales tu historia. Cuando empezaste a sentirte así. Como lo has vivido estos años. Como te afecta ahora. Porque (para que) no se lo has dicho antes. Como quieres vivir tu vida y algo muy importante, que quieres de ellos.
A la gran mayoría de los padres los educan con unos parámetros y unas normas. Y que ahora uno de sus hij@s le suelte que es lesbiana, gay o bisexual, debe de ser como una bomba interna. Aunque lo acepten y te digan “ah vale hija, si tú eres feliz”, pero algo interno se acaba de mover. Cuando lo pienso veo como si dos glaciares se separaran, con todo el daño colateral que ello supone.
Pueden tener dudas y preguntas y ahí es importante que les digas que quieres de ellos. Que esperas y deseas. Como quieres que sea la vida en familia y como vas a vivir la tuya para que lo tengan presente.
Y por último y no menos importante: ¡escucha! Ellos también tendrán algo que decir, tan importante como para ti lo que le acabas de decirles. Escucha y toma nota de que les está pasando, que les preocupa e intenta responder a las dudas que te planteen.

Bajo mi experiencia, la mayoría de personas, después de hacerlo me han comentado que sorprendentemente no ha sido tan catastrófico como pesaban.

Ahí está el problema, nos posicionamos en el peor de los escenarios y eso nos impide tomar la decisión. Muchas de esas posibles desgracias que pueden pasar, no se sostienen sobre nada. Son solo tus creencias e ideas preconcebidas.
Y aunque así fuera ¿cuánto tiempo más vas a estar viviendo la vida de los demás?

 
Sandra Toledano.  LGTBI Coach

90
ME LLEVÓ 44 AÑOS DARME CUENTA DE LO QUE TE CONTARÉ EN 9 MINUTOS.

Borja Vilaseca

charla de 9 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=RkKIduJIOTo
Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 [9] 10

TinyPortal 1.6.5 © 2005-2020