¿SABES LO QUE PIDES CUANDO PIDES?
A lo largo de la vida, si uno está atento, se va dando cuenta de muchas cosas. Es sólo cuestión de observación.
Hace unos días me di cuenta de que al principio de este camino, cuando le pedía algo a Dios, siempre estaba relacionado con asuntos materiales: trabajo, dinero, que las cosas me fueran bien…
Más adelante, cuando empecé a considerarme más “espiritual”, cuando creía tener un conocimiento más real de la vida y su escala de valores, en aquel momento en que pensaba que estaba rozando la Iluminación, que ya había madurado, y comprendía que las cosas materiales había que trascenderlas, entonces resumí todas mis peticiones en una palabra.
Pedía “Paz”.
Ahora, cuando pido, sigo pidiendo sólo una cosa, pero es otra cosa. Ahora pido “Aceptación”.
Ahora, aunque no sé si tendré que cambiarla más adelante, la petición es de aceptación.
Lo que deseo es ser capaz de aceptar todo lo que me pase, lo que la vida me ponga por delante, a mí mismo en los momentos más complicados, a la gente con la que me tengo que relacionar, y las experiencias que Dios, el destino, o yo mismo, quien sea, me va a poner por delante.
Estoy convencido, hoy, de que la “Paz” es el resultado de la “Aceptación”.
(Por cierto, que en mi lenguaje, “Aceptar” sólo quiere decir darme cuenta y admitir, sin negación ni oposición obstinada, que lo que está pasando está pasando, que veo lo que veo, que siento lo que siento… pero no confundo aceptación con rendición, y aceptar no quiere decir gustar).
Si te interesa mi opinión sobre la aceptación, puedes leer esto:
http://www.scribd.com/full/36893402?access_key=key-1a7ylmhbw9u7xwq9res5