Las excusas que nos ponemos para posponer y las mejores técnicas para destruir la postergación
La cosa más sencilla del mundo es encontrar una excusa que justifique nuestra falta de acción. Solemos convencernos con facilidad de que no lo hemos hecho porque estamos demasiado cansados, demasiado ocupados, demasiado estresados,…. y la lista podría continuar indefinidamente. ¡Qué fácil es encontrar una excusa cuando nos hace falta justificarnos!
Y por supuesto siempre encontraremos otras cosas que hacer que al menos nos auto engañen haciéndonos parecer ocupados: ordenar la mesa, leer emails, hacer algunas llamadas,… Pero lo que realmente hacemos con esto es evitar hacer lo que realmente deberíamos estar haciendo. ¿Te has preguntado alguna vez porque hacemos esto con tanta frecuencia los seres humanos? Ahí van algunas respuestas y algunas sencillas soluciones.
1.-Si pensamos que un trabajo no será agradable de realizar tendemos a posponerlo.
Es simplemente la naturaleza humana. A muchas personas les gustan las tareas que suponen un reto. Pero no sucede lo mismo con las tareas que etiquetamos como desagradables.
2.-Tendemos a posponer cosas que requieran mucho tiempo para completarse.
Cuanto más pensemos que nos llevará completar una tarea, más fácil resulta encontrar una buena excusa para no hacerla. Los seres humanos tendemos a sobrestimar el tiempo que no llevará realizar tareas que no nos gustan demasiado. Y hacemos lo mismo en el sentido contrario: tendemos a subestimar el tiempo que nos llevará realizar las tareas gratas y agradables. Por ello, siempre solemos anteponer lo agradable a aquello que es más pesado o requiere un mayor esfuerzo.
3.-Cuando creemos que algo es difícil tendemos a posponerlo.
Y no necesariamente esa tarea difícil ha de ser desagradable. Sucede incluso con proyectos que nos entusiasman y nos parecen súper interesantes. Pero si creemos que resultará difícil completarlos, también suele hacer su aparición la postergación. Un buen ejemplo de ello es el llamado “bloqueo” del escritor. Puede que le entusiasme la idea de escribir ese libro, pero el proyecto puede parecerle difícil o desbordante y tender a posponerlo.
4.-El miedo al fracaso es otra gran causa de la postergación.
Una manera de evitar el “fracaso” en algo es simplemente no intentarlo. Pero obviamente esto es una forma temporal de evitarlo, ya que si continuamos con esa dinámica el final será todavía mucho peor: el fracaso definitivo por ni siquiera haberlo intentado.
Generalmente esto les sucede a las personas que toman como algo definitivo el simple hecho de que algo les salga mal. Lo que simplemente es un intento fallido si vuelves a ponerte en marcha, estas personas lo ven como algo definitivo. Pero como decía Thomas Edison, el fracaso no existe. Solo existen resultados que no son los correctos y que son simplemente peldaños en el proceso de lograr el resultado deseado.
Generalmente la postergación lleva asociada sentimientos de culpa porque sabemos que no estamos haciendo lo que deberíamos hacer. Es como estar en cierto modo rompiendo nuestras promesas a nosotros mismos.
Veamos algunas sencillas técnicas que pueden ayudarnos a crear una cierta inercia y romper la postergación:
1.-Visualiza como te sentirás una vez que la tarea este completada.
Enfoca siempre en los resultados a obtener, no el proceso de realización de la tarea. Con el objetivo en mente es mucho más sencillo acceder al estado mental que nos pondrá en movimiento. Visualizar el resultado final y lo que aportará de positivo a nuestra vida enciende la chispa necesaria para motivarnos. Y eso generalmente es suficiente para comenzar a dar al menos los primeros pasos. Y generalmente cuando uno por fin se pone manos a la obra suele descubrir que la tarea era mucho más sencilla e lo que nos habíamos imaginado, de que no era para tanto.
2.-Divide y vencerás.
Cuando un proyecto te parezca por su envergadura tremendamente complejo o complicado, comienza a dividirlo en tantas etapas como necesites para comenzar a sentirte cómodo con el. A mucha gente le puede parecer tremendo tener que escribir 400 páginas. Pero cualquier podríamos escribir con facilidad dos párrafos.
Y una vez hayas establecido un plan de acción a tu medida, comienza a dar esos pasos uno tras otro. Pronto te darás cuenta de que has andado un buen trecho del camino utilizando este simple sistema.
3.-Valora tus “citas” contigo mismo igual que valoras tus citas con los demás.
Es importante respetar esos momentos que planificas para dedicar a las tareas importantes. Establece momentos específicos de tiempo en los que trabajarás en esos proyectos o tareas importantes que has de llevar a cabo. Se específico fijando con claridad cuando comenzará esa cita contigo mismo y a que hora terminará. Fijar esos periodos con el firme compromiso de atenerse después a ellos obra milagros a la hora de completar cualquier proyecto.
Y por encima de todo toma acción. La acción es lo que finalmente marca la diferencia entre una vida aprovechada al máximo y una vida en la que la máxima final sea “Bien pudo haber sido… y no fue”.
No dejes que la postergación mate tus sueños.
Y si es necesario utiliza el recurso definitivo: Cuando te entren tentaciones de postergar,… POSTERGA LA POSTERGACIÓN … Y ACTUA.
© 2012 José María Vicedo –
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