LA AMABILIDAD CON LOS NIÑOS
En una sociedad donde la violencia parece estar bastante presente en nuestras vidas y, por supuesto, en la de nuestros hijos, en algo tan inocente como pueden ser unos dibujos animados, muchos padres se preguntan de qué modo pueden educar a sus hijos en valores tales como la amabilidad, la empatía y la compasión hacia los demás, entre otros, y a partir de qué edad comienzan a adquirirlos.
Los niños son capaces de mostrar signos de empatía, de comprensión del otro y son capaces de ponerse en el lugar del otro desde una edad muy temprana. Estos resultados ponen de relieve la necesidad de fomentar, tanto desde el contexto educativo como familiar, la conducta prosocial no violenta como un instrumento para el desarrollo de la personalidad durante la infancia y la adolescencia.
En este sentido, los padres deben actuar como modelos de empatía y de valores socio-morales positivos, alentando a sus hijos a ser amables, justos y responsables.
Una serie de pautas que pueden llevarse a cabo desde el ámbito familiar podrían ser:
1.Es importante hacer ver a los niños lo mucho que significa para nosotros que se comporte con amabilidad y responsabilidad. Cuando veas a tu hijo actuando de forma desconsiderada e irresponsable, debes hacerle saber de inmediato que no estás de acuerdo con ese tipo de conductas. Habla con firmeza y honestidad, criticando el acto en sí, no al niño. Por ejemplo: "Esto que acabas de hacer no ha sido muy amable" en lugar de "Tú no eres amable". Además, hay que darle una explicación del por qué desaprueba esta conducta, por ej.: "Mira, Juan está llorando. Llora porque te has llevado su juguete, y eso no ha estado bien".
Es importante que los niños sepan hasta qué punto te preocupa su comportamiento hacia los demás. Si ven que para ti es importante, también lo será para ellos.
2. Se honesto y directo con tus hijos acerca de qué comportamientos son adecuados y cuáles no. Da explicaciones directas y concisas: la idea es enseñarles, no hacerles sentir culpables.
3. Los niños suelen buscar "pistas" en sus padres y otros adultos sobre la manera en que deben comportarse. Si actúas consistentemente de forma amable y compasiva, es probable que tus hijos también lo hagan.
4. Ten en cuenta que si dices una cosa y haces otra, tus hijos prestarán mucha más atención a lo que haces. La advertencia "Haz lo que yo digo, no lo que hago" simplemente no funciona, sobre todo cuando se trata de enseñar normas de conducta.
5. Intenta que tu hijo se rodee de personas amables y comprensivas, para que disponga de varios modelos a seguir.
Si tratas a tus hijos con tolerancia, respeto y consideración, les ayudarás a entender que todos los seres vivos deben ser tratados de igual forma, y actuarán en consecuencia, respetando estos valores.
Los expertos señalan que cuando los niños perciben que son queridos y que tienen una base segura en el hogar, tienden a prestar más atención a los demás. En cambio, si se sienten privados de amor y de atención, suelen centrarse en sí mismos y en sus propias necesidades.
Nuria Sánchez Daparte
Psicóloga Colegiada
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