NO SEAS INDECISA
Es curioso que te hayas pasado toda la vida tomando decisiones, en la educación de tus hijos y en resolver sus inquietudes, en la casa, en las responsabilidades de las que te han hecho cargo, por tus amigas y familiares, etc. etc. y en cambio te consideres indecisa.
¿Te has preguntado por qué?
Si quieres pensarlo ahora antes de seguir leyendo...
La indecisión, generalmente, proviene de una falta de Autoestima, de la influencia de un impulsor denominado SÉ PERFECTO muy riguroso, o de tenerse miedo a una misma y a las regañinas que vendrán despues “si se equivoca” en la decisión.
A lo largo de la vida hay que tomar3 o 4 decisiones que realmente son importantes porque pueden cambiarla considerablemente; el resto no merecen el esfuerzo de pensar en ellas (y te lo dice uno que hace unos días se pasó más de cinco minutos decidiendo si comprar una funda de gafas -que va a estar guardada en un cajón, y no va a salir de él- en color azul muy oscuro o negro)
Por eso lo sé. Porque entrar en una dinámica de pensar mucho las cosas te puede llevar a menospreciarte por no ser más decidida.
La falta de Autoestima ataca con sus golpes bajos: “tú no vales...”, “no eres muy lista…”, “otra vez te vas a equivocar...”
El impulsor SÉ PERFECTO (creo que lo conoces, y si no es así mira esto:
http://www.scribd.com/full/36979207?access_key=key-1rrmcmv3znd4dq3zx290 ) no te consiente que te equivoques ni en el pan que compras cada día: que no falte, pero como sobre...
Hay una especie de miedo a las “regañinas”, porque una se conoce y sabe que, si se equivoca, va a tener que aguantarse a sí misma durante unos cuantos días una serie de reproches.
¿CÓMO RESOLVERLO?
Aquí es donde hace falta esa conversación a dos bandas, que puede ser del estilo de esta:
“Mira, no soy perfecta ni me importa. Me doy permiso para equivocarme. ¿Pasa algo si me equivoco? No. Pues déjame vivir tranquila. Deja que me dedique a vivir en vez de estar dando vueltas y vueltas a los asuntos. Nada que haga va a ser tan grave como para que me esté reprochando por adelantado. Etc., etc.”
La conversación irá por donde tú creas conveniente, porque tú te conoces y sabes cómo tratarte bien, y sabes también cómo decirte las cosas para hacerte caso.
Lo importante es alcanzar un pacto por el que no vuelvas a agredirte a ti misma por tu indecisión.
Y puedas sacarlo del apartado de “cosas mías que no me gustan.”