Como evitar la preocupación
ESCRITO POR ANTONIO PABLO
¿Eres de los que centra su atención en lo que tienes o en lo que te falta?
Muchas veces nos agobiamos hasta la extenuación por las cosas que sentimos que no tenemos, por el reconocimiento que no llega, por las metas no alcanzadas, en general por todo. Con frecuencia nos preocupamos mucho más de lo que creemos y entonces la preocupación empieza a convertirse en un hábito.
Consideramos la preocupación como algo positivo, ya que asumimos que de esta manera estamos haciendo gala de nuestra responsabilidad, afrontando y evitando posibles problemas. Cuando pensamos así, nos sentimos relativamente bien al preocuparnos y rechazamos la posibilidad de no hacerlo. Ahora bien, la preocupación es positiva, solo cuando dura sólo el tiempo necesario para encontrar una solución y actuar. Si no hay solución o no está en nuestras manos, preocuparse es una pérdida de tiempo.
Tú puedes cambiar la percepción que tienes de tu desdichada vida, si le dedicas unos minutos al día a fijar la atención y agradecer todo aquello que tienes. Por favor, aprende a valorar lo que tienes y dejar de preocuparte por lo que no tienes.
A la mente le gusta la seguridad y tiende a anclarse en lo conocido. La preocupación es un síntoma de un miedo profundo que experimentas cuando tienes que enfrentarte a lo desconocido. Cuanto mas energía le das a tus miedos, más preocupación y ansiedad generas.
En realidad, todas las formas de preocupación representan una falta de confianza. Aún cuando las cosas pueden cambiar de diferentes formas, una persona preocupada suele tener una tendencia a creer que las cosas van a cambiar para peor en vez de mejorar.
Cuando no estamos ocupados, nuestras mentes tienden a llenarse con pensamientos y emociones para mantenernos ocupados, pero como no podemos hacer nada, en vez de ocuparnos lo que hacemos es preocuparnos. Estas preocupaciones pueden llevarnos a situaciones de pérdida de energía, de ansiedad y de angustia mental. Cultivemos el hábito de vivir la vida día a día, lo cual no significa que no hagamos esfuerzo alguno para preparar el futuro. Pero si tu mente está constantemente en el futuro, es difícil pensar en el presente, por lo que pierdes la capacidad de experimentar la vida aquí y ahora. Claro que es necesario cuidar del mañana por todos los medios, meditando, proyectando y preparándose. Pero sin ansiedad ni preocupaciones. El mejor modo de prepararse para el mañana es concentrarse, con toda la inteligencia y entusiasmo, en el ahora, de forma excepcional.
Con respecto al pasado solo hay una manera en que este puede ser constructivo y consiste en analizar con calma nuestros errores, aprender de ellos, sacar provecho…y olvidarlos
Como he comentado en anteriores artículos, son nuestros pensamientos lo que nos hacen como somos. Nuestra actitud mental es el factor que determina nuestro destino. El mayor problema que toda persona enfrenta es la elección de los pensamientos acertados. Si somos capaces de realizar correctamente esta elección, estamos en el camino que conduce a la solución de nuestros problemas. Como decía Dale Carnegie en su libro “Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida”, si tenemos pensamientos felices, seremos felices. Si tenemos pensamientos temerosos, tendremos miedo. Si tenemos pensamientos enfermizos, nos vamos a enfermar. Si nos dedicamos a compadecernos, todo el mundo huirá de nosotros. Existe una gran diferencia entre inquietarse y preocuparse: la inquietud significa comprender los problemas y tomar con calma las medidas para solucionarlos. La preocupación significa dar vueltas inútiles a un asunto.
Hay muchas cosas que te ocurren diariamente, son cosas agradables y desagradables, sobre las que podemos hacer algo al respecto para cambiarlas o no. De todas esas cosas analiza cuales sientes que tú puedes hacer algo para cambiarlas y entonces no te preocupes por ellas, sino que lo que tienes que hacer es ocuparte de ellas. Por otra parte las que no sientas que puedes hacer algo por cambiarlas, simplemente déjalas ir, ya que te están consumiendo energías y creándote preocupaciones. A este respecto, te invito a que te centres tal y como indicaba Stephen Covey en su libro de los 7 hábitos de las personas altamente eficaces en tu circulo de influencia. Recuerda que las personas proactivas centran siempre sus esfuerzos en el círculo de influencia, se dedican a las cosas con respecto pueden hacer algo, su energía es positiva, por lo que terminan ampliándolo. Las personas reactivas centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación, su foco está en los defectos de los demás, en los problemas del medio (clima, delincuencia, etc.) y en las circunstancias sobre las que no tienen ningún control, su energía es negativa y se combina con la desatención del círculo de influencia, haciendo que este se encoja.
Cuando estamos sumamente agobiados por los pesares de la vida, por los múltiples quehaceres, por los problemas que parecen no tener solución, debemos parar y pensar: “un paso a la vez, una tarea cada vez.”.
A este respecto, como la preocupación está causada por una sensación de falta de control, organización, preparación y acción, la simplicidad es el camino para llegar a la sofisticación. Entonces, siguiendo el mismo principio de dividir las grandes tareas para distribuir el esfuerzo y desvanecer una falsa sensación de dificultad, podemos conseguir lo mismo con nuestras preocupaciones a través de la segmentación de la actividad, utilizando, por ejemplo la metodología de gestión del tiempo GTD a través de sus cinco fases: 1) RECOPILA en una lista 2) PROCESA y decide q hacer 3) ORGANIZA y prioriza 4) REVISA tu lista 5) HAZ!!
GTD (“Getting things done”) es una metodología inventada por David Allen para poder manejar todas las cosas en nuestra vida personal y profesional. La idea básica de GTD es la de capturar todas las cosas que requieren de nuestra intervención y transformarlas en acciones que se pueden medir y rastrear. En resumen, GTD es un sistema de organización que busca ayudarte a ser más productivo y sentirte en control de tu vida. Aplicándolo podrás ocuparte en eliminar las tareas pendientes que se traducen en una carga mental que te quita energías, cultivando el hábito de no acumular tareas que al final se traducen en preocupaciones que frenan tu automotivación. A este respecto te invito a que profundices en el conocimiento y uso del GTD (Libro: Organízate con Eficacia de David Allen).
Y ahora, crea tu propia suerte. No te preocupes, ocúpate. ¿Quién vas a elegir ser frente a las circunstancias (buenas o malas) de la vida? ¿Quieres ser Proactivo o Reactivo? ¿Víctima o Protagonista?
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