NUNCA SE SABE HASTA DÓNDE
Nunca se sabe hasta dónde se puede llegar hasta que no te enfrentas realmente con la realidad en la que estás, cuando te tienes que plantear tú misma la vida y no que la planteen los demás por ti, cuando ya empiezas a ser lo que debes, y eres esa persona que sabe cómo, dónde y por qué estás aquí y no en otro lado, cuando la vida te va mostrando toda su crudeza y aun así te da la oportunidad de elegir en tu día a día.
Nunca se sabe hasta dónde se puede llegar hasta que no te decides por ti misma a considerarte, a dejar tus miedos, tus excusas y tus reproches, para no avanzar, hasta que te decides a aprender de todo lo que te rodea sin dejarte arrastrar por la corriente de lo más sencillo, que puede ser tan oscuro como claro, pero que no eres tú la que lo has hecho, si no que te lo han dado ya, cuando te responsabilizas de tus actos y no necesitas buscar excusas, para no hacer y ser coherente, cuando aprendes que por el camino del odio, de la desesperación, de la queja, de las culpas ,de todo lo que cierra tu forma no te ayuda a saber vivir, a saber optar por los senderos, no te facilita el que tú puedas empezar a ser quien quieres ser de verdad.
Nunca se sabes hasta dónde puedes llegar hasta que la vida no te da lo suficiente, para aprender de tus actos, de tu manera de enfrentar las adversidades, hasta que no aprendes a serenar tu alma y buscar ese rumbo que es necesario encontrar, a pesar de saber que siempre puedes equivocarte y perderte, pero que si lo tienes claro volverás a cogerlo y te levantarás con una sonrisa, pues te darás cuenta que más allá de lo que tú quieres y piensas existe un mundo, unas personas, unos motivos y unos sueños que siempre podrás alcanzar mientras no seas tú misma la que te cierres las puertas por tu impotencia, por siempre estarte comparando o buscando la aceptación y la valoración de los demás, pues así no se llega a saborear del todo lo que realmente tienes, pero con el tiempo te das cuenta que siendo tu misma, dando lo mejor que hay en ti, confiando y dejando atrás la impotencia de aquellos que solo se miran su ombligo, es entonces cuando empiezas a vivir de verdad, a conocerte y a darte la oportunidad de ser feliz, que consiste en ser lo que tú eres sin más pretensiones que la de vivir dignamente.
Nunca se sabe hasta dónde puedes llegar hasta que no dejas tus egocentrismos, tus individualidades y te das cuenta que no estás sola en esté mundo, que todos tenemos algo que aportar, que todos somos especiales, que cada uno es de una manera y que todo esto lleva a formar y construir cosas más bellas de las que se ven y se sienten, pues aun sabiendo que siempre encontrarás cosas menos bellas, tropezaras y te caerás, también averiguarás que todo depende de ti, de tu actitud, de tu forma de expresar lo que sientes, de tus momentos, de tus circunstancias, y así poder no perderte en el vacío de la vida cuando no tiene sentido ni dirección.
Nunca se sabe hasta dónde se puede llegar, pero sí sabes lo que eres, cómo eres, lo que intentas, lo que tratas y que hoy es hoy, el pasado te enseñó y el futuro lo estás haciendo con tu manera, tu coherencia, y tu saber estar, y eso es algo que poco apoco se va adquiriendo y es bello y grande.
Esther Sánchez Orantos
