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 PRESERVARSE (Ponerse a salvo)



Enero 05, 2014, 06:02:29 am
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Desconectado Francisco de Sales

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PRESERVARSE (Ponerse a salvo)
« en: Enero 05, 2014, 06:02:29 am »
PRESERVARSE (Ponerse a salvo)


PRESERVAR: “Proteger, resguardar anticipadamente a una persona, animal o cosa, de algún daño o peligro”.
(Diccionario de la Real Academia Española)

SALVAR: “Amparar, favorecer, defender”. “Resguardar a una persona, animal o cosa de un perjuicio o peligro.”
(Diccionario de la Real Academia Española)


En mi opinión, no nos preparan para vivir la vida. Y es imprescindible partir de la comprensión, profunda y con total claridad, de este principio, de esta certeza tan rotunda, porque eso nos debería quitar la responsabilidad de algunas de las decisiones erróneas que hemos tomado y de aquellas situaciones de nuestra vida que después se ha demostrado que no fueron acertadas.

Que no nos hayan preparado nos descarga de la responsabilidad de las anteriores decisiones erróneas –de las que ya han pasado-, pero no de las que sucedan a partir de este mismo instante en que ya somos conscientes de nuestra responsabilidad en nuestra propia vida, y que sabemos que tenemos la obligación de prepararnos, por nuestra cuenta, para hacerlo bien.

De todas las “equivocaciones” y “errores” de nuestro pasado nos culpamos a nosotros mismos, y de un modo automático –no consciente- también nos castigamos, o nos enemistamos con nosotros mismos, o nos menospreciamos a la vista de tanto hacerlo mal, y casi llegamos a renegar de nosotros.

En mi opinión actual –cuando escribo esto-, uno jamás ha de llegar a esos estados de auto-enemistad, sino, más bien al contrario, sería conveniente aceptarse en la inocencia y la inculpabilidad de la inexperiencia y el desconocimiento.

Repito: No nos han preparado para vivir la vida. Y vivir no es sencillo. Lo que es sencillo es respirar, pero no me refiero a eso cuando digo VIVIR.

Vivir es manejarse en la vida, enfrentarse a las pruebas y situaciones nuevas que nos propone –o nos impone- continuamente, tener que resolver lo que no sabemos cómo tenemos que resolver, encontrarnos con preguntas cuya respuesta desconocemos, relacionarnos con otros Seres Humanos con más voluntad que conocimiento, hacer uso de la intuición sin estar entrenados y tirar para adelante de todos modos, de cualquier modo, a pesar de, como sea, pero seguir porque la vida no se para, ni siquiera cuando no estamos seguros de hacia dónde queremos ir, o cuando no sabemos nada de nada, ni cuando no queremos enfrentarnos a lo que no nos queremos enfrentar.

Vivir es tomar mil decisiones al día, aunque no nos demos cuenta de muchas de ellas, aunque no seamos nosotros quienes las tomemos sino que sean ellas solas, en algunos casos por nuestra dejadez u omisión, y en otros casos porque nuestro miedo nos paraliza.

Cuando descubrimos que no fue acertada una decisión, o la inacción, nos reprochamos y nos exigimos como si fuésemos expertos, como si estuviéramos preparados y lo cierto es que no lo estamos: nos hemos acostumbrado a sobrevivir más que a vivir.

Pero cuando se produce un descontento a causa del resultado de algo de lo que hemos hecho o de lo que no hemos hecho, nos acusamos, nos juzgamos, nos criticamos, nos reprochamos, nos agredimos emocionalmente, nos despreciamos, nos deshonramos, nos ofendemos, nos descalificamos, nos calumniamos, nos acusamos… y justo en el peor momento, en el momento que más necesitamos de nuestra comprensión más generosa, de nuestra protección maternal, de nuestro cuidado exquisito, de nuestro amor más intenso, de nuestra adhesión incondicional, de nuestra defensa a ultranza, de nuestro apoyo sin restricciones…

Es en esos casos que parece que todo se quiere volver contra nosotros cuando más nos necesitamos, cuando tenemos el deber ético y la obligación moral de preservarnos sacándonos del banquillo de los acusados, y eso es Amor Propio.

Ahí es donde se demuestra el respeto, la dignidad, la compasión, la comprensión. Uno se siente mal por dentro y no es necesario regodearse en el dolor, ni es obligatorio avivar el sentimiento violento, ni es bueno quedarse en lo más profundo y, además, con nuestro propio pie aplastándonos.

Preservarse de las cosas, situaciones, y personas que nos desequilibran es amor, es respeto, es cuidado.

Salvarse de que afecten los juicios propios y ajenos es adecuado, es digno, es noble, es reconfortante.

Evitar los conflictos desestabilizantes que minan la Autoestima y la relación con uno Mismo, mientras que no aportan nada positivo, es loable, admirable, tierno, afectuoso, y hasta caritativo.

No permitirse caer o decaer es bueno, es honrado, es justo, es notable, es eficaz, es estabilizante, es una inyección de moral y agradecido por la Autoestima.


Hay una frase que a mí me ha ayudado mucho a preservarme: “PROMETO NO ABANDONARME NUNCA MÁS”.
Ya he contado alguna vez que cuando se me ocurrió, cuando me di cuenta de ella y me di cuenta de su carga de fuerza, la escribí en muchos folios que fui distribuyendo por toda la casa para recordarla a cada momento, hasta que la integré en mí y la memoricé en el alma.

No te abandones.

Cuídate. Demuéstrate tu Amor Propio, tu dignidad y tu respeto. No te hagas más daño y protégete de cualquier cosa que te pueda destruir. Defiéndete de quien atente contra tu integridad. Sé tu más fiel amigo y tu mejor cuidador. Presérvate. Siempre. Ponte a salvo de cualquier daño o mal.


Te dejo con tus reflexiones…
« Última modificación: Mayo 04, 2023, 05:26:54 pm por Francisco de Sales »

 

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