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 LA VIDA CASI NUNCA ES COMO UNO QUISIERA



Octubre 09, 2014, 11:07:41 pm
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Desconectado Francisco de Sales

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LA VIDA CASI NUNCA ES COMO UNO QUISIERA
« en: Octubre 09, 2014, 11:07:41 pm »
LA VIDA CASI NUNCA ES COMO UNO QUISIERA


En mi opinión, es casi imposible que en todos los componentes de una vida se alcancen a cumplir todos los sueños o propósitos que uno se marca.

Y esto, que es tan evidente, tan comprensible, y tan lógico y habitual, no debiera llegar a afectar lo suficiente como para que se pueda llegar a pensar o sentir que la vida no es completa porque no se cumplieron todas las previsiones ni se hicieron realidad todas las ilusiones.

Ya sabemos que las ilusiones son solamente ilusiones (o sea utopías, figuraciones, imaginaciones, ficciones…) y no siempre tienen todas las probabilidades de llegar a convertirse en realidad; que las previsiones o expectativas que nos formamos pueden llegar a ser excesivas, irreales e inalcanzables; que todos los componentes de una vida son muchos como para que lleguen a ser realizados en su totalidad (que es una tarea que roza la imposibilidad, sin duda), y que los sueños, por el fantasioso hecho de haber sido soñados o imaginados y conviene recordar que la imaginación no se topa con los límites imposibles que tiene la realidad.

La vida casi nunca es como uno quisiera.

Hay demasiados deseos que nunca, jamás, se cumplirán. Y eso hay que aceptarlo con humildad y resignación, sin drama, sin culpabilizaciones, sin frustración ni rabia, sin enojo ni dolor.

Hay que tener muchísimo cuidado, porque uno puede llegar a renegar de su vida , y considerar que en su conjunto es un fracaso –y no sería cierto- si no es capaz de conformarse con el lado positivo de las cosas que sucedan, que siempre lo tienen; o si no es capaz de disfrutar de lo que es, de quien es, de lo que sí ha logrado, de lo que sí es real, y en cambio se regodea de un modo masoquista en lo que no es, en lo que no logró ni logrará, o en lo que no existe en su vida y tampoco va a llegar a existir. O por lo menos, de momento.

La vida no casi nunca es como uno quisiera.

Y uno no es experto en todo como para poder hacerlo todo bien, ni tampoco uno es Dios ni tiene poderes especiales para hacer milagros de los grandes, ni se han alineado todos los planetas ni se han aliado todos los espíritus para beneficiarle, ni un cúmulo de circunstancias especiales han confluido en una persona para hacer de su vida un paraíso, un paseo relajante y feliz por la playa, o un camino alfombrado, ni ha tenido uno las posibilidades de un rey ni a todos los magos a su servicio.

Parece como si nos hubieran incrustado la frustración en alguna parte, para que nos recrimine continuamente con su argumentario de quejas, con su insaciabilidad de reproches, o con su eterna rabieta de eterno malhumorado.

En cambio, sería bueno acostumbrarse a renunciar a lo que no está a nuestro alcance sin que ello sea motivo de catástrofe, de auto-reproche, de depresión o de fracaso, y sería positivo entender que ante cualquier deseo o sueño tal vez sólo existe una posibilidad de realización mientras que existen miles de trabas o imposibilidades para que se cumplan. Un dato tan estadístico como este, analítico y real, podría ser suficiente para que una mente desenrabietada pudiera aceptarlo.

Pero no. Siempre aparece un protestón defraudado, un quejica inconsolable, un idiota obtuso y sin razón, alguien que se opone a una realidad tan potente e indiscutible con la única oposición de su falta de comprensión y su rabieta absurda e infantil.

Sabemos que es bueno disponer de una gran capacidad para poder tolerar la frustración sin que eso se vuelva contra nosotros, aceptándola como parte indisoluble de la vida, como otra de las posibilidades –aunque sea la menos deseada-, y que solamente uno es el perjudicado en la inútil oposición a aceptar lo que es. Aceptar lo que es demuestra humildad y sabiduría.

Todo lo anterior no pretende justificar que uno no se ha de esforzar en conseguir lo que quiera conseguir, ya que esforzarse es muy digno y loable… siempre que lo que se pretenda conseguir no tenga todas las posibilidades de ser algo imposible.

Los objetivos han de ser alcanzables. No fácilmente alcanzables, pero tampoco absolutamente inalcanzables. Y en esto conviene ser muy pero que muy realistas.

¿Cuántas posibilidades reales tienes?, ¿Una de cien? Adelante, si quieres. Si eres optimista o confías mucho en ti, inténtalo. Tienes una a tu favor. Y si no lo consigues te queda la satisfacción de haberlo intentado, que no deberá ser enturbiada por el hecho de no haberlo conseguido.

¿Cuántas posibilidades reales tienes?, ¿Cincuenta de cien? Adelante, si quieres. No te quedes sin intentarlo. El resto de tu vida podría ser un bucle de quejas preguntándote que hubiera pasado “si lo hubieras intentado”. Eso sí, si decides hacerlo, hazlo como si las opciones fueran del cien por cien, en cuanto a poner empeño y confiar, pero con el realismo del cincuenta por ciento en el caso de que no llegue a cumplirse, para que puedas reconfortarte.

La vida casi nunca es como uno quisiera.

Que lo llegue a ser no siempre es posible en el cien por cien de los asuntos, pero sí que cada uno, con su tenacidad, resolución y esfuerzo, puede lograr que la vida se aproxime lo máximo posible a ese ideal, ese noble y ambicioso proyecto. Son la ilustre aspiración de mejorar y el sano deseo de perfeccionar quienes han hecho progresar el mundo.

Y cada uno es el responsable y cada uno el Dios de su Universo Personal, y está plenamente capacitado para hacer pequeños milagros.


Te dejo con tus reflexiones…
« Última modificación: Noviembre 01, 2020, 05:08:13 pm por francisco de sales »

 

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