El cielo o el infierno.
Cierta vez, le pregunté a Ramesh, uno de mis maestros de la India:
– Por qué existen personas que salen fácilmente de los problemas más complicados, mientras que otras sufren por problemas muy pequeños, muriendo ahogadas en un vaso de agua?
El simplemente sonrió y me contó esta historia…
“Era un sujeto que vivió amorosamente toda su vida, cuando murió todo el mundo dijo que se iría al cielo, además un hombre tan bondadoso como él solamente podría ir al Paraíso.
Ir al cielo no era tan importante para aquel hombre, pero igual se fue para allá; en esa época el cielo todavía no había tenido un programa de calidad total y la recepción no funcionaba muy bien, la chica que lo recibió dio una mirada rápida a las fichas que tenía sobre el mostrador y como no vio el nombre de él en la lista, lo orientó para ir al Infierno.
En el Infierno, Ud. sabe cómo es, nadie exige credencial o invitación, cualquiera que llega es invitado a entrar. el sujeto entró allí y se fue quedando.
Algunos días después, Lucifer llegó furioso a las puertas del Paraíso para pedirle explicaciones a San Pedro:
– Esto es sabotaje! Nunca imaginé que fuese capaz de una bajeza semejante.
Eso que Ud. está haciendo es puro terrorismo!
Sin saber el motivo de tanta furia, San Pedro preguntó, sorprendido, de qué se trataba.
Lucifer, trastornado, gritó:
– Ud. mandó a ese sujeto al Infierno y él está haciendo un verdadero desastre allí.
El llegó escuchando a las personas, mirándolas a los ojos, conversando con ellas.
Ahora, está todo el mundo dialogando, abrazándose, besándose. El Infierno está insoportable, parece el Paraíso!
Y entonces hizo un pedido:
– Pedro, por favor, agarre a ese sujeto y tráigalo para acá!”
Cuando Ramesh terminó de contar esta historia me miró cariñosamente y dijo:
– Vive con tanto amor en el corazón, que si por error, fueses a parar el Infierno, el propio demonio te lleve de vuelta al Paraíso.
Los problemas forman parte de nuestra vida, pero no dejes que ellos te transformen en una persona amargada. Las crisis siempre sucederán y a veces no tendrás opción.
Tu vida está sensacional y de repente puedes descubrir que un ser querido está enfermo; que la política económica del país cambió y que infinitas posibilidades de preocupación aparecen.
En las crisis no puedes elegir, pero puedes elegir la manera de enfrentarlas.
Y al final, cuando los problemas sean resueltos, más que sentir orgullo por haber encontrado la solución, sentirás orgullo de ti mismo, de la manera cómo afrontaste y enfrentaste las situaciones y que a pesar de tanta turbulencia saliste triunfante.
Autor desconocido.