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 ¿TE SACRIFICAS EN EXCESO POR TU RELACIÓN DE PAREJA?



Septiembre 21, 2015, 06:30:49 am
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Desconectado Irene Zambrano

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¿TE SACRIFICAS EN EXCESO POR TU RELACIÓN DE PAREJA?
« en: Septiembre 21, 2015, 06:30:49 am »
¿TE SACRIFICAS EN EXCESO POR TU RELACIÓN DE PAREJA?
Por Ana Muñoz



Las relaciones requieren hacer algunos sacrificios de vez en cuando y los estudios nos muestran que aquellas parejas que están dispuestas a hacer sacrificios el uno por el otro son más felices y permanecen más tiempo juntas.

A menudo se trata solo de pequeños sacrificios de la vida cotidiana, como renunciar a ver un determinado programa de televisión o acudir con tu pareja a una fiesta a la que no te apetece nada ir.

En cambio, en otras ocasiones se trata de sacrificios mayores, como dejar tu ciudad, trabajo y amigos para irte a vivir a otro lugar con tu pareja. Al fin y al cabo, te sientes feliz al hacer ese tipo de cosas por tu pareja y sabes que él o ella haría lo mismo por ti… ¿o no?

A veces, los sacrificios ni siquiera llegas a percibirlos como tales porque existe una buena relación entre vosotros y os hace felices hacer cosas por la otra persona aunque eso suponga renunciar a algo que deseas. Es decir, la emoción positiva que sientes al hacer algo que hará feliz a tu pareja es mayor que el dolor que puedas sentir por perder algo que deseas (el supuesto sacrificio). Y dado que ambos hacéis sacrificios o concesiones por el otro cuando llega el momento, la relación es equitativa y ninguno siente que hace más sacrificios o cede más que el otro. En una relación así, vuestros sacrificios os unen todavía más.

La anterior sería la situación ideal dentro de una relación de pareja. Pero las cosas no siempre suceden así.

A veces, uno de los miembros de la pareja se está sacrificando mucho más que el otro. Esto crea también una situación de desequilibro de poder. El que casi nunca se sacrifica tiene todo el poder en la relación, hace lo que quiere y espera que su pareja se adapte a sus necesidades y renuncie a las propias. Esto acaba generando infelicidad, resentimiento y baja autoestima porque sientes que tu pareja no te está valorando lo suficiente.


Para saber si el sacrifico vale la pena o si te estás sacrificando en exceso puedes tener en cuenta los siguientes puntos:

1. ¿Por qué deseas sacrificarte? La respuesta a esta pregunta puede darte mucha información sobre el estado de tu relación de pareja. No es lo mismo sacrificarte porque deseas lo mejor para que la relación siga adelante que porque deseas evitar el conflicto. Si tan solo deseas evitar el conflicto es que algo marcha mal en la relación y las decisiones tomadas por este motivo suelen ser malas decisiones, pues llevan a la insatisfacción y el resentimiento. Al fin y al cabo, si cedes para evitar conflictos, en realidad no lo has hecho voluntariamente, sino que te has visto, de algún modo, obligado porque sabes que tu pareja reaccionará con enfado, te llamará egoísta, etc. Es decir, estás en una relación en la que no eres del todo libre para expresarte.
Si deseas sacrificarte para que tu pareja se vea obligada a hacer otro sacrificio después, tampoco es un buen motivo; es más bien una especie de transacción económica, algo en lo que no debería convertirse una relación de pareja.

2. El compromiso. El sacrifico y el compromiso mantienen una estrecha relación entre ellos. Casi nunca merece la pena sacrificarse por una persona con quién no estás comprometido, sino que el sacrificio solo tiene sentido cuando se trata de una persona con la que deseas pasar el resto de tu vida y ves con claridad vuestro futuro juntos. Si tu pareja no está realmente comprometida, ten cuidado con los sacrificios que hagas.

3. La equidad. ¿Haría tu pareja lo mismo por ti? Como decía más arriba, este es un aspecto muy importante a tener en cuenta. Tal vez al principio te sientas feliz dando más de lo que recibes porque amas a esa persona y no te importa sacrificarte pero, con el tiempo, empezarás a sentir resentimiento y a tener la sensación de que solo importa la felicidad de tu pareja pero no la tuya. Por otra parte, si tu pareja consigue un ascenso que implica irse a otra ciudad, cualquiera de los dos puede hacer un sacrificio: tú podrías dejar tus ciudad y trabajo para irte con tu pareja pero tu pareja podría renunciar a su ascenso para quedarse contigo. ¿Estáis los dos dispuestos a hacer ese sacrificio? ¿Quién debería hacerlo? Una pareja unida y con una relación equitativa no necesariamente piensa en términos de quién debería sacrificarse de los dos, sino cuál es la mejor solución para la pareja, para la relación en sí misma y ambos están dispuestos a sacrificarse por igual y optar por lo mejor para la relación, sin importarles quién tenga que sacrificarse.
Por el contrario, si las cosas no son así en tu relación, si tu pareja no está dispuesta a sacrificarse y se limita a esperar que lo hagas tú, entonces puede que tu sacrificio no valga la pena, pues su nivel de compromiso no es el suficiente.

4. ¿Te da tu pareja las gracias por tu sacrificio? O, en otras palabras, ¿es consciente de que lo que has hecho o vas a hacer supone un sacrificio para ti? Si tu pareja no es consciente de eso, significa que no está teniendo en consideración tus sentimientos y deseos. Si es así tendrías que preguntarte: ¿vale la pena que te sacrifiques por alguien así?

5. ¿Hace alguno de los dos sacrificios excesivos como un modo de atrapar al otro? A veces una persona hace sacrificios innecesarios, sin que su pareja se lo pida, una y otra vez, como un modo de que su pareja esté en deuda, por así decirlo, y retenerla a su lado. Este es un modo de actuar muy peligroso porque puede acabar destrozando la relación. Los sacrificios deben ser realistas y sinceros, no intentos de manipulación.

6. ¿Está tu pareja dispuesta a negociar? No siempre hay que elegir entre cuál de los dos debe hacer el sacrifico. A veces, pueden encontrarse soluciones intermedias. Por ejemplo, si tú quieres ir de vacaciones a la playa y tu pareja quiere hacer turismo por las calles de alguna gran ciudad, podríais buscar alguna alternativa que sea atractiva para ambos. Si tu pareja no está dispuesta a negociar sino que se empeña siempre en hacer lo que desee, piénsatelo dos veces.

 

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