A LOS DOCE AÑOS TUYOS
A los doce años tuyos,
jovencita
y casi inmaculada para lo que es la vida,
tienes pendiente descubrir
el mundo la vida el amor
los desencantos los desengaños el miedo
el silencio de las catedrales
Nueva York Londres Toledo
las cataratas en los ojos
los Ángeles en la tierra
los entierros y sus efectos posteriores
la luna de los enamorados
los terremotos que te recorrerán
cómo coger al amor de la mano
cómo surcar mares de secano
lo besos como aún nunca los has besado
los amaneceres envuelta en lágrimas
la maternidad en tus entrañas
el invierno en pleno agosto
el infierno latiendo en tu corazón
cuánto cuesta decir adiós cuando no quieres decirlo
no poder volar con las alas de la imaginación
los achaques de un cuerpo muy usado
o qué lejos se los lleva la muerte
la sordera que se come los sonidos
el tacto brusco de la piel avejentada
cómo el olvido te roba los recuerdos
cómo el pasado cada vez es más lejano
cuánto duelen las emociones apáticas
cuánto mata la soledad
dónde se acumulan los quejidos
de qué está hecha la nostalgia
cómo se acallan los lamentos
de qué hablan los silencios
cómo es tener cuarenta años
o cincuenta o sesenta
cuánto acompaña un libro
usar los pasatiempos como anestesia
y algunos olvidos como autodefensa
lo duro que es mirarse en el espejo
y no emitir reproches ni sentencias
el color funesto del pesimismo
la largura de algunas esperas
o la vida corriendo hacia el pasado
mientras el futuro mengua delante de ti.
Esto pasa a los doce años tuyos,
jovencita,
y casi inmaculada para lo que es la vida.
