COMER POR ANSIEDAD
Lo más importante para lograr adelgazar es lograr el control de la ansiedad de comida, ya que es una de las causas que impulsan a comer más y peor.
COMPRENDIENDO LA ANSIEDAD
La ansiedad es un estado emocional en el que la persona tiene sentimientos de angustia, desesperanza y de vacío interno.
Se trata de un trastorno que empieza afectando a la mente y que también puede tener repercusión física sobre diversos órganos del cuerpo, pudiendo llegar a producir: taquicardia, dolor estomacal, cefalea, diarreas, etc.
La ansiedad se calma, de manera puntual y pasajera pero eficaz, comiendo.
Para controlar la ansiedad por comer lo primero que debes hacer es conocer las causas de estos impulsos.
Es decir, de dónde viene la ansiedad .
La ansiedad no viene sola ni es natural, sino que tiene algo que la origina y esto es casi seguramente, un síntoma de que algo dentro de tu alma o tu afectividad, no está del todo bien.
Entonces, para saber cómo controlar la ansiedad por comer necesitas conocer las causas de este comportamiento.
Esto no es posible efectuarlo de un día para otro, ya que debes comenzar un proceso de autoconocimiento de tí mismo.
Mientras tanto, aquí tienes algunos consejos:
• Al sentir la ansiedad recurre a ejercicios físicos.
• Realiza ejercicios para el “alma”, como pueden ser los que brinda el yoga.
• Intenta comunicarte con otras personas de confianza para calmar la ansiedad.
• No tengas a mano alimentos calóricos.
• Antes de comer piensa, cuenta hasta 10 y repite para ti mismo: “voy a disfrutar de esta comida, de forma lenta y agradable”.
Busca actividades que no sean comer para calmar la ansiedad como por ejemplo:
-Una actividad física.
-Charlas con personas que quieres.
-Actividades artísticas como escribir, dibujar, actuar, etc.
• -Comer cada 4 horas. La ansiedad se domina mejor poniendo orden en la vida; comer a tiempo y con tiempo, varias veces al día, sin que pasen más de 4 horas entre una comida y otra, permita detectar con naturalidad la verdadera sensación de hambre.
-Dormir suficiente.
-Comer despacio. De esta forma la sensación de plenitud gástrica y de saciedad llega al cerebro, y éste dará la orden de dejar de comer a tiempo.
- Más triptófano. El aminoácido triptófano, componente de las proteínas, se transforma en serotonina, un neurotransmisor
cerebral relacionado con el buen ánimo y el control del apetito. Niveles bajos de serotonina se asocian con mayor ansiedad por
los dulces. Alimentos ricos en triptófano son soja, frutos secos, plátano, piña y aguacate.
• - Vitamina B6 y magnesio.
La B6 participa en la síntesis de serotonina a partir de triptófano, y en la formación de las neuronas, las células del sistema nervioso.
La deficiencia causa ansiedad.
El magnesio, por sus cualidades relajantes, es un buen complemento para calmar los nervios.
Abunda en germen de trigo, levadura de cerveza, nueces, higos secos, cereales integrales, legumbres, acelga y espinacas.
•
¿QUÈ ORIGINA QUE LA ANSIEDAD?
Algunas situaciones que pueden fomentar la ansiedad por comer son:
• Dietas desequilibradas, es decir deficientes en el aporte de macro (proteínas, hidratos de carbono y lípidos) y micro nutrimentos (vitaminas y minerales).
• Hacer ayunos prolongados, es decir realizar sólo 1 ó 2 comidas al día, o incluso 3 pero muy distanciadas entre ellas.
• Comer de prisa.
• Falta de descanso, entre otras.
Sin embargo es importante considerar que existen dos conceptos que suelen confundirse y por lo tanto malinterpretarse, lo que
puede llevar al individuo a incrementar la ingesta de alimentos, incluso de manera muy específica, es decir tener preferencia por
lo salado o lo dulce, son el hambre y el apetito.
Pero son distintos y se encuentran regulados por diferentes mecanismos.
Al apetito se le define como el deseo consciente de comer, que puede ser especifico, y se adquiere por experiencia.
En cambio el hambre es un estado primitivo, no aprendido, asociado a cambios psíquicos (irritabilidad, tensión), manifestaciones
vegetativas (vacío epigástrico, nauseas, etc.); es decir, el hambre es la necesidad del organismo de alimentarse, mientras que el
apetito son las ganas de comer algo especifico, “antojos”, aun en estado de saciedad.
Los hábitos alimentarios son los que influyen directamente sobre el apetito. Algunos hábitos pueden ser sensoriales como el
aroma, el aspecto del plato, situaciones socioculturales (como la disponibilidad de alimentos), factores económicos, de
comportamiento (tradición, prejuicios, valor social, errores populares, moda, etc).
Muchos hábitos suelen ser incorrectos, y sobre este punto debe trabajarse para una adecuada selección de alimentos para saciar el
apetito y que no ocurran desajustes en la alimentación que puedan conducir a alteraciones del estado nutricional ya sea por
exceso (sobrepeso) o por déficit (anemias por ejemplo).
El acto de alimentarse debe ser para saciar el hambre y proveer a nuestro organismo de los nutrientes necesarios para un correcto
desarrollo y mantenimiento del mismo, no para controlar las emociones.
Primero averiguar las causas de la ansiedad por la comida.
El naturismo siempre propone, como norma, que hagamos un poco de detectives de nuestro propio caso y que lleguemos al final de la
investigación de qué es lo que nos está haciendo comer así.
Así esta misma pauta nos valdrá para cualquier otro hábito como el fumar, el alcohol u otro tipo de adicción.
Muy a menudo, la ansiedad por la comida es producida por factores como el estrés o el exceso de preocupaciones.
En este caso hemos de reflexionar si ese tema tiene solución y si no la tiene, ver que cambio de actitud podemos tomar nosotros.
Nutrición ideal para reducir la ansiedad por la comida.
Hemos de reducir excitantes como el café, el té, el azúcar, el chocolate, que sólo harán que agravar el problema, en cambio,
tomar más líquidos como jugos de frutas, infusiones de plantas relajantes como la Pasiflora, flor de Azahar, Valeriana,
Manzanilla, Melisa y sobre todo mucho agua.
Los líquidos en general ayudan a disminuir la sensación de hambre, por eso es bueno antes de comer tomar primero uno o dos vasos de agua.
Hemos de aumentar la frecuencia de las comidas para evitar llegar al punto de alarma roja que es aquel en el qué la ansiedad por
la comida es tal que empezamos a comer de forma compulsiva.
Cuidado con los bajones de azúcar o glucosa.
Las personas que padecen ansiedad por la comida deberían de tomar un poco de proteína en cada comida ya que a menudo lo que hay
detrás es una Hipoglucemia y esas subidas y bajadas de azúcar (glucosa) en la sangre son las responsables de los ataques de
hambre.
Las proteínas saludables, se encuentran en las legumbres, los frutos secos, el Seitan o gluten, el Tofu, los germinados, la
levadura de cerveza, el alga espirulina.
Los oligoelementos Zinc junto al Níquel y el Cobalto o el mineral Cromo ayudan a calmar ese hambre voraz ya que equilibran los
niveles de glucosa.
Tomar media hora antes de la comida principal,1 comprimidos de alga Espirulina o de fucus.
El ejercicio físico es indispensable en casos de ansiedad por la comida, ya que ayuda a descargar las tensiones y a oxigenarnos
con lo cual disminuye la ansiedad por la comida.
Practicar la respiración consciente o el Yoga , la meditación, caminar...también será beneficioso.
Hay que tener en cuenta que cuando estamos más nerviosos o angustiados siempre cambia nuestra respiración que se vuelve más
superficial y rápida.
Hay que tomar consciencia de la respiración y aprender a controlarla.
Si respiramos de un modo más pausado y profundo nuestro estado de ansiedad también tiende a desaparecer.
Aunque no lo parezca es una de las pautas básicas para el tratamiento de la ansiedad por la comida.
Ansiedad por la comida y necesidad de amor.
Cuando alguien se siente feliz dice a menudo que se siente satisfecho, lleno de felicidad.
Es evidente que hemos de reflexionar sobre las emociones que tenemos habitualmente y hemos de sanar esos aspectos negativos como
los celos, la ira, la envidia o la ambición desmedida.
Al principio del artículo hemos comenzado diciendo que hemos de hacer un poco de detectives de nosotros mismos y es a nivel emocional donde hemos de hacer un análisis más profundo.
Normalmente siempre que hay ansiedad por la comida o a cualquier otra cosa (alcohol, drogas, relaciones de pareja destructivas, etc.) siempre hay una gran falta de autoestima.
Aprender a querernos un poco más, aceptándonos como somos y valorando nuestras virtudes es un primer paso para amarnos y sentirnos amados.
Es el primer paso para sentirnos llenos.
Sintiéndonos satisfechos de nuestra vida tendremos un mayor control sobre lo que comemos ya que no dependeremos de algo externo para sentirnos por fin satisfechos.
Aunque no tengas ganas de desayunar, debes hacerlo obligatoriamente para prevenir los ataques de ansiedad de la tarde.
El “Cerebro de Gordo” no es tan difícil de curar y pronto estarás acostumbrado a desayunar.
Alimentos para controlar la ansiedad.
Estos son los vegetales y cereales con una mayor cantidad de vitamina B y magnesio.
Cabe destacar que justamente, las propiedades principales son fundamentales para el buen funcionamiento del sistema nervioso central, además de ser antioxidantes.
Lo más recomendable es incluir en la dieta diaria, a modo de remedios naturales contra la ansiedad, una importante ración de
cereales integrales como trigo, avena o cebada y también frutos secos como las avellanas, almendras o nueces .
Las verduras como la col , coliflor , espinaca , endibias , rábanos , lechugas y judías entran dentro de esta categoría y
pueden ser empleadas para aquietar los ánimos ansiosos.
La levadura de cerveza , por su alto contenido en vitamina B.
El germen de trigo, ya sea en su estado natural o en forma de aceite, también queda incluido dentro de los más efectivos
“tranquilizantes naturales”.
Un poco de ejercicio y un cambio en la forma de enfrentar la vida, terminarán siendo el complemento perfecto para superar –o sobrellevar- este mal.
VITAMINA B.
La vitamina B es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, así como para muchos de los procesos metabólicos.
Veremos los alimentos ricos en cada clase de vitamina B:
-Vitamina B1 o Tiamina: levaduras, legumbres, cereales integrales, papas, maíz, frutos secos, avena, nueces o las leguminosas arroz, trigo, o harina integral.
- Vitamina B2 o Riboflavina: vegetales verdes, levaduras, cereales.
- Vitamina B3 o Niacina: en los tomates, batatas, zanahorias, espárragos, brócoli, hongos y vegetales de hojas.
- Vitamina B9 o ácido fólico: La encontramos en legumbres, espinacas, escarolas, guisantes, alubias secas, cereales, en las
semillas de girasol y frutos secos (especialmente la almendra).
- Vitamina B12 o cianocobalamina: presente en la levadura de cerveza.