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 SIETE COSAS QUE CAMBIARÁN TU VIDA PARA SIEMPRE



Enero 21, 2016, 07:40:26 am
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SIETE COSAS QUE CAMBIARÁN TU VIDA PARA SIEMPRE
« en: Enero 21, 2016, 07:40:26 am »
La única constante en nuestra vida es el cambio. Hay cambios acumulativos, de los que prácticamente no nos damos cuenta, y hay cambios que llegan como un huracán y ponen nuestra vida patas arriba. En cualquier caso, lo mejor es no resistirse y aprender a adaptarse a las nuevas circunstancias, aprovechando al máximo las ventajas que nos pueden aportar.


En muchas ocasiones los cambios radicales provienen de eventos inesperados que provocan verdaderas crisis existenciales, puntos de inflexión en nuestro camino. Esos cambios son más dolorosos y difíciles de aceptar, sobre todo porque nos toman por sorpresa. Sin embargo, podemos prepararnos para afrontar esos cambios, generando pequeñas transformaciones en nuestro interior que nos convertirán en personas más resilientes.


Podemos cambiar, crear nosotros mismos las oportunidades y prepararnos para la vida. Para lograrlo, podemos abrazar algunos hábitos que probablemente cambiarán tu forma de ver el mundo para siempre y la manera en que te relacionas con tu "yo".

PEQUEÑOS CAMBIOS, TODOS LOS DÍAS, NOS LLEVAN LEJOS


1.   Encontrar un sentido a tu vida. Hay personas que pasan por la vida sin saber que han vivido. Y hay otras que abrazan la vida con tantas ganas que su alegría y entusiasmo son contagiosos. Cuando finalmente nos respondemos a preguntas como ¿Qué quieres lograr en tu vida? ¿Qué te ilusiona? ¿Qué te hace verdaderamente feliz?, podrás darle un propósito y una dirección a tu vida. Eso no significa que no te perderás por pequeños callejones pero podrás reencontrar rápidamente la vía principal porque ya no estarás vagando sin rumbo, esperando que los demás determinen tu dirección.


2. Escribir tus sueños. Cuando éramos niños teníamos muchos sueños, pero estos se han ido quedando a lo largo del camino, como si se tratase de piedras que pesaban demasiado. Sin embargo, vivir sin sueños es como morir un poco cada día. Por eso, una de las técnicas más antiguas de la filosofía budista consiste en escribir nuestros deseos, aunque nos parezcan imposibles. Y cuantos más, mejor. De hecho, la mayoría de las personas solo logra escribir cinco o siete deseos, pero lo verdaderamente interesante y transformador de esta idea llega cuando vas más allá, porque te obligas a mirar dentro de ti y preguntarte exactamente qué es lo que quieres, no lo que se supone que debes querer.


3. Plantearte objetivos. Plantearse objetivos es un arte que no es difícil de aprender, pero a menudo el inconsciente juega en nuestra contra. De hecho, no hay nada peor que plantearse los mismos objetivos continuamente, como las personas que siempre quieren perder peso, y no lograrlos. La sensación de frustración es tan grande que se convierte en una loza para tu autoestima. Por eso, los objetivos deben ser precisos y mensurables, no importa si son a corto o a largo plazo. Cuando los objetivos que te plantean son demasiado vagos, generalmente es porque esconden en el fondo una resistencia, es porque algo dentro de ti te lleva en el sentido opuesto y no quiere que se cumplan. Descubrir esta dinámica te cambia la vida por completo porque te convierte en una persona proactiva, artífice de su destino.


4. Deshacerte de los remordimientos. Los remordimientos son piedras pesadas que cargas en la mochila de tu vida. No te dejan avanzar porque te hacen mirar continuamente al pasado y te roban la fuerza, cuando lo que necesitas es mirar hacia el futuro. Aprender a asumir las consecuencias de nuestras acciones y decisiones, sin remordimientos, es extremadamente liberador porque nos ofrece una seguridad que no conocíamos, una seguridad que nos brinda mayor libertad y atrevimiento para emprender nuevos caminos. Un buen ejercicio para deshacerse de los remordimientos consiste en escribirlos en un globo y simplemente dejarlos ir con el viento. Y mientras los ves alejarse, sientes como te liberas.


5. Enfrentar tus miedos. A medida que crecemos el listado de las cosas que nos atemorizan aumenta. Nos dejan de dar miedo los monstruos debajo de la cama y en el armario pero toman su lugar monstruos aún peores, que nos paralizan, como el miedo al fracaso. Por eso, un excelente ejercicio consiste en elegir alguna de las cosas que más nos atemorizan y atrevernos a hacerlas. Enfrentar nuestros miedos y darnos cuenta de que la mayoría de ellos son infundados nos da una sensación de empoderamiento increíble que nunca antes habíamos experimentado. En ese momento te das cuenta de que los verdaderos límites están en tu mente, no en el mundo.


6. Amarte incondicionalmente. Probablemente el ejercicio más difícil de todos consiste en amarnos tal como somos, aceptar que cometemos errores, que no somos perfectos y que probablemente en algunas ocasiones incluso tenemosactitudes tóxicas con las personas que más queremos. Sin embargo, aún así, en vez de recriminarnos, elegimos amarnos. Y se trata de amarnos, que no es lo mismo que aceptarnos. De hecho, el amor es un sentimiento mucho más profundo que existe independientemente de los errores y de la razón. Se trata de convertirnos en nuestro mejor aliado cuando nos equivocamos y de no vapulearnos cruelmente sino de darnos ánimos, una actitud radicalmente diferente a la que nos han enseñado, en una sociedad donde solo se premia el logro y se castiga cruelmente el error.


7. Vivir el momento. A menudo nos concentramos tanto en ser felices que perdemos la oportunidad de ser felices. De hecho, hace poco leí una frase que se me quedó marcada: “desde que no me busco me encuentro mejor”. Y es que aunque tenemos que tener objetivos y saber hacia dónde nos dirigimos, también es fundamental aprender a disfrutar del aquí y ahora, sin más pretensiones ni expectativas que vivir lo que está ocurriendo. Cuando aprendes a vivir el momento, algo cambia para siempre dentro de ti porque quieres sacarle el zumo a la vida, y te das cuenta que para lograrlo basta con estar plenamente presente, disfrutando de todas esas cosas que antes no veías porque tu propia velocidad te confundía.

Recuerda que cada día es una decisión. Está en tus manos elegir una u otra dirección.

 

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