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 CONOCE TU SENSIBILIDAD (segunda parte)



Julio 06, 2011, 08:14:03 pm
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Desconectado lucía riaño

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CONOCE TU SENSIBILIDAD (segunda parte)
« en: Julio 06, 2011, 08:14:03 pm »
3. No te ocultes, ¡Presume!

La persona muy sensible se avergüenza de su intensidad emocional y se considera muy vulnerable. ¡Respetemos la sensibilidad como se merece!

En las sociedades antiguas, las más duraderas y prósperas culturas indoeuropeas, siempre utilizaron a las personas muy sensibles como consejeros, puesto que tenían una mayor tendencia a la reflexión, e
pensamiento y la intuición, servían para controlar los impulsos de los más belicosos que pretendían llevar a su pueblo a la lucha. Las personas muy sensibles, siempre advertían en contra de la precipitación, a la hora de declarar la guerra. Estas culturas valoraban la alta sensibilidad, del mismo modo que valoraban a las personas que servían para la guerra, pues ambos tipos, eran necesarios para su continuidad. Sin embargo, esta valoración no parece que se haya heredado en nuestros días.

La hipersensibilidad subestimada

El problema es que en la sociedad, las personas muy sensibles no siempre están bien consideradas, debido a su supuesta timidez o debilidad, aunque no siempre se muestran tímidos, o al hecho de que les afecte más que a otros, las malas formas y las salidas de tono. A menudo se confunde sensibilidad con debilidad, lo cual es un gran error, puesto que las personas muy sensibles son también muy resistentes, gracias a la habilidad que poseen a la hora de dirigir y encauzar de forma positiva sus emociones.
Por todo ello, valoremos la sensibilidad como se merece. Los que tenemos la suerte de poseer esta naturaleza, sabemos que nos aporta siempre valores y perspectivas necesarios para gozar de la vida con pasión y compromiso. No te sienteas mal por ser diferente, sin oagradecido y satisfecho por ser como eres.

No ocultes tu sensibilidad

Es importante que la gente a tu alrededor, comprenda y acepte tu sensibilidad, que sepan lo mucho que eres capaz de dar, pero para que esto ocurra, eres tú quien tiene que empezar dando ejemplo. Es lógico que por el hecho de ser sensible, hayas sufrido mucho, y hayas desarrollado un escudo protector bajo el que ocultarte, pues no quieres que te hagan daño. Sin embargo, es necesario que comprendas que no puedes esconderte de ti mismo.
No eres igual que los demás, pero ellos no podrán apreciar la sensibilidad que te hace diferente, hasta que no lo hagas tú, además sufrirás mucho más, al no poder desarrollarte de la forma que eres en realidad.

7 Pasos para devolverte tu autoestima:

1. Agradece a tu sensibilidad por aquellos momentos en los que te ha permitido ser enormemente feliz y vivir la vida de forma tan intensa. Es un enorme regalo, de verdad. Descubre en qué situaciones puedes aplicarla de forma positiva.
2. No te aflijas ni te empeñes en recordar las malas experiencias que viviste por ser muy sensible. Rcuerda otras vivencias positivas y tenlas siempre presentes. Otros tienen también sus carencias, no te sientas raro ni extraño por ser diferente.Piensa en todo lo que puedes aportar al mundo gracias a tu sensibilidad.
3. Identifica las grandes lecciones y el aprendizaje que realizas cada día, gracias a ser una persona muy sensible, pues eres capaz de aprender de forma subliminal, cosas que pasan desapercibidas para otros.
4. Si a veces te has sentido incomprendido, la parte positiva es que contigo, todos sienten que existe alguien capaz de comprenderles completamente, por ello, eres muy valorado y admirado entre los que te conocen, aunque no siempre te lo digan.
5. Si piensas que la mayoría no te conocen en realidad, asume que no siempre estás dispuesto a mostrarte al mundo como realmente eres. Pero cuando lo haces, resulta muy gratificante para ti y para los demás, pues sueles brillar con luz propia.
6. Si a veces te sientes solo en un mundo que en ocasiones no te sientes capaz de aceptar, también muchas veces eres tú quien busca esa soledad en la que te sientes tan a gusto. Uno puede sentirse más solo a veces, entre una multitud.
7. Recuerda el gran bienestar interior que sientes cuando te muestras como eres, con tu sensibilidad a flor de piel. En esos momentos es cuando te sientes realmente satisfecho de ti mismo. Permite que cada vez, sean más esos momentos en tu vida. ¿Temes que te hieran? No, si tienes el control de ti mismo.

4. Vive sin causarte daño

Descubre cómo aplicar y tener en cuenta tu sensibilidad en todos los aspectos de tu vida, sin renunciar a vivir intensamente, a reír y a llorar.

¿Sueles hacer cosas que dañan tu sensibilidad? ¿Te gustaría elegir qué cosas quieres hacer y cuáles no, en lugar de hacer lo que hace todo el mundo? ¿Sientes a veces, que vas en contra de ti mismo?
Saber qué es lo que te hace daño y no hacerlo, es valorar tus diferencias con respecto a los demás, pero esto no quiere decir que debas sentirte inferior o creer que eres menos que nadie. No es así, sencillamente cada persona es un mundo, y de los distintos tipos de sensibilidades, depende mucho la forma de ser de una persona: lo que acepta o lo que rechaza, lo que asimila como propio o como ajeno, lo que le gusta o le disgusta, etc. Debes darte cuenta que en mayor o menor medida, todas las personas eligen lo que más les conviene en cada momento, y tú debes hacer lo mismo, pero siempre teniendo en cuenta tu sensibilidad. Así, no te harás daño, ni sentirás que te estás saboteando a ti mismo.

¡Ojo, sobreestímulos!

Lo que para unos es lo más normal del mundo, como por ejemplo ver una película violenta, para ti puede significar pasar un mal rato, tener pesadillas o revivir esas duras imágenes en la mente, torturándote durante días. Los cambios o las nuevas experiencias implican que tendrás sensaciones dentro de ti que van a provocarte un cierto estrés o sobre activación. Esto no quiere decir que no seas capaz de hacer lo que hace todo el mundo, al contrario, tu sensibilidad es incluso favorable a la hora de dar pasos nuevos, porque te capacita con una gran información nueva también, de la que dispones rápidamente, debido a tu habilidad de percibir y de prever acontecimientos.
El consejo: La estimulación significa que estás siempre más expuesto a sentir de forma intensa, todo lo que ocurre en tu vida, pero recuerda que esto es muy positivo, porque las personas necesitamos sentirnos estimuladas continuamente para ser felices.
Tu guía interna

Tus pensamientos y emociones, son como un libro abierto para ti y debes tenerlos en cuenta, pues tu sensibilidad hace de guía en tu vida. Del mismo modo, el cuerpo puede hacerte de guía interna, diciéndote con sensaciones físicas, entre las que pueden estar la angustia o incluso el dolor físico, qué es lo apropiado para ti y qué cosas te harán daño y perturbarán tu bienestar. Fiarte de pensamientos, emociones y sensaciones, es fiarte de ti mismo.
El consejo: Una persona muy sensible debe proteger su sensibilidad y cuidarse, pero también necesita sentir experiencias nuevas y la ilusión de llevarlas a cabo, pues no soporta la monotonía, a pesar de su rica vida interior.

Pasos para una sensibilidad sana:

Esforzarte en hallar el equilibrio, es la mejor manera de tener una sensibilidad sana. Puedes ser tu mismo y ser altamente sensible al mismo tiempo, solo necesitas aprender a aplicar tu sensibilidad en todo lo que realices, evitando hacerte daño.
Nuestros padres o educadores lo hicieron lo mejor que sabían, pero no siempre de la manera más acertada. Algunos han sido educados en la sobreprotección y otros todo lo contrario. El cuidado que te dieron al educarte, con respecto a tu cuerpo en los primeros años de vida, afecta directamente tu salud, tu felicidad, tu longevidad, y tus contribuciones al mundo. De modo que, es necesario que te pares a reflexionar y a hallar las semejanzas entre la forma de actuar de tus educadores y el modo en que tú cuidas de ti mismo ahora.
1. Reflexiona sobre tu forma de cuidarte. Según Elaine Aaron, hay dos formas generales, que utilizan las personas muy sensibles para cuidar de sí mismas.
. Puede que te fuerces demasiado en intentar vivir hacia fuera, en continua estimulación debido al trabajo o al ocio, asumiendo muchos riesgos, explorando la vida e intentando vivir como todo el mundo. Es posible que te hayas dado cuenta y hayas querido cambiar pero sientes que no puedes.
. Quizá estés haciendo todo lo contrario, evitando salir y correr riesgos, para evitar el estrés; o intentando crearte un mundo en soledad en el que crees no necesitar a nadie, por temor a que te hagan daño. Ambas formas están equivocadas y pueden dañar tu sensibilidad.
2. Encuentra tu equilibrio. Para vivir de acuerdo a cómo eres y sientes, practica una acción que equilibre ambas actitudes. Si vives demasiado hacia dentro, date cuenta que tu sensibilidad es necesaria en el mundo, y si vives demasiado hacia fuera, sé consciente de que llevarás a cabo mucho mejor cualquier responsabilidad si descansas e interiorizas de vez en cuando.
3. Descansa todo lo que puedas. Las personas muy sensibles necesitan dormir mucho y profundamente. Respeta un horario para el ocio y el esparcimiento. Practica la relajación, la meditación, o cualquier otra actividad que te ayude a conectar con tu interior mientras recuperas fuerzas y energía.
4.Conoce todo acerca de tu sensibilidad, para que puedas cuidar de ti mismo de la forma adecuada. Es imprescindible que te protejas y salvaguardes, como persona sensible que eres, para que tu sensibilidad esté siempre sana y feliz. Por eso no hagas cosas que puedan dañarla. Por ejemplo, si las discusiones te lastiman o incomodan, no permitas que nadie te enrede en una de ellas.
5. Lo importante es la expresión de ti mismo.
Sé siempre como eres y quieres ser. Cuando hables, cuando escuches, cuando realices cualquier actividad, e incluso cuando disfrutes de tus ratos de ocio, permítete ser tú mismo, con tus errores y tus aciertos, tus virtudes y tus defectos. Sé tú mismo sin importarte lo que puedan pensar o decir los demás.
6. Ríete y llora cuando lo necesites. La risa y el llanto son dos necesidades fisiológicas y aunque la risa debe aparecer en muchas más ocasiones, también es importante dejar que el llanto se manifieste cuando lo necesitemos. No obstante, esfuérzate por reír y sonreír cada día, incluso aunque estés solo y nadie pueda verte. Tú sí te ves a ti mismo.

Según Elaine Aaron, las personas muy sensibles, no son mejores ni peores, sino sencillamente distintos y necesitan vivir de un modo diferente, si quieren estar en armonía con su organismo. Carl Jung habló en su trabajo de las ventajas de ser muy sensible, y puede que hasta el momento solo hayas percibido la parte más negativa de tu sensibilidad: la timidez, el miedo, inhibición, o una estresante sobre activación. Esto es precisamente porque has intentado vivir haciendo cosas normales y corrientes, cuando en realidad tú no lo eres, pero en esta definición, la sociedad es y ha sido muy responsable. Si la sociedad hubiera sido capaz de aceptar con naturalidad los rasgos de las personas muy sensibles, nada de esto te habría ocurrido. Habrías vivido tu vida sin ver la parte negativa de tu sensibilidad, pues nadie habría estado ahí para recordarte erróneamente que eres débil, raro, o maniático.


Mar Cantero Sánchez
Escritora y Coach Creativa



 

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