EL ERRÓNEO DECÁLOGO DE LA PASIVIDAD
1 – Negar que haya problema alguno.
2 – Si hay problema, decir: “Ese no es mi problema”.
3 – Si es mi problema, comprobar que no tiene solución.
4 – Si tiene solución, asegurarme de que no la puedo encontrar por mí mismo.
5 – Si alguien me da la solución, contestar “Sí, pero…”
6 – Si encuentro una solución, torpedearé su viabilidad.
7 – Si la llevo a la práctica, lo que haré solamente probar, sin entusiasmarme demasiado.
8 – Si fracaso en el primer intento, no me preocuparé de buscar las causas del error.
9 – Si fracaso en el segundo intento, diré “no hay dos sin tres”.
10 – Si intento un tercer ensayo, huiré de querer cambiar algo, y volveré a la regla número uno.
Por supuesto que esto no pasa de la broma irónica. En realidad hay que darle la vuelta a todo y plantearlo de este modo:
EL CORRECTO DECÁLOGO DE LA ACCIÓN
1 – Es conveniente ACEPTAR que existe un problema.
2 – Hay que ASUMIR que hay un problema.
3 – Hay que BUSCAR la solución.
4 – Hay que ENCONTRAR la solución.
5 – No hay que OBJETAR las soluciones correctas, sino ponerlas en práctica.
6 – Hay que COLABORAR con la solución.
7 – Hay que IMPLICARSE con la solución del problema.
8 – Si fracasa el primer intento, hay que REPETIR hasta resolverlo.
9 – Si fracasa el segundo intento, diré “A la tercera va la vencida”.
10 – Si el tercer intento falla, regresar al punto 1 y VOLVER A EMPEZAR.