LOS ELEGIDOS
Desde siempre me he preguntado qué es lo que hace que siendo tantas las personas en el mundo que tratan de ser espirituales, que se rigen por unos códigos morales elevados, que siguen unas disciplinas para alcanzar la liberación, o la fusión con el atman, etc., que meditan, hacen yoga, siguen innumerables disciplinas y técnicas, cantan mantrams y qué se yo. Pues eso, que habiendo tantos que aparentemente llaman a la puerta, sean tan pocos los escogidos ya que es extraordinariamente poca la gente que es capaz de sobreponerse a su condicionamiento (genética, ambiente, educación, prejuicios, etc.) y levantarse del fango en el que nos hallamos inmersos.
Por ello me gustaría comentar varios textos de diferentes autores.
Krishnamurti en "El conocimiento de uno mismo":
La terminación de todo deseo no puede ser obra de la coacción, de la devoción, de la oración de la concentración. Todo ello acentúa simplemente el conflicto del deseo en los opuestos. Más cuando todo eso cesa, la mente está de veras serena, y no sólo de manera superficial, en los niveles superiores, sino en lo íntimo y profundo. Sólo entonces es posible que ella reciba aquello que es inconmensurable. La comprensión de todo esto, no sólo de una parte, es meditación. Porque si no sabemos meditar, tampoco sabremos actuar. La acción, después de todo, es el conocimiento propio en la vida de relación; y el mero hecho de encerrarse en un recinto sagrado quemando incienso, leyendo acerca de ajenas meditaciones y de su significación, es absolutamente inútil, carece de sentido. Es una maravillosa evasión. Pero el percibir toda esa actividad humana que somos nosotros mismos: el deseo de lograr, el deseo de triunfar, el deseo de tener ciertas virtudes todo lo cual acentúa el “yo” cómo lo importante ahora o en el futuro, el devenir del “yo” el percibir todo eso en su totalidad, es el principio del conocimiento propio y el comienzo de la meditación. Entonces, si estáis realmente alertas, veréis que ocurre una transformación maravillosa que no es una expresión verbal, que no es “verbalización”, mera repetición, sensación. De un modo efectivo, real, vigoroso, ocurre algo que no se puede denominar, que no se puede definir. Y eso no es el don de unos pocos, ni un don de los Maestros. El conocimiento propio es posible para todos, si estáis dispuestos a experimentarlo, a intentarlo. No tenéis que ingresar a ninguna sociedad, leer libro alguno ni sentaros a los pies de ningún Maestro, pues el conocimiento propio os libra de todos esos absurdos, de las estupideces de invención humana. Y sólo entonces, mediante el conocimiento propio y la verdadera meditación, surge la libertad. En esa libertad se manifiesta la realidad, pero no podéis lograr la realidad por medio de procesos mentales. La realidad debe venir a vosotros; y sólo puede venir a vosotros cuando estáis libres del deseo.
Anthoni de Mello, en "Contacto con Dios":
"Pedid y se os dará; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abre" (Lc 11, 5-10). Las palabras sorprenden verdaderamente por su simplicidad: "todo el que": no se hace distinción entre santos y pecadores..." y otra: "Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo" (Ap 3,20). Dice ¡alguno! Por muy pecador que sea. Todo lo que tienes que hacer es oír su voz y abrirle la puerta..."
Vicente Bertran Anglada en una conferencia sobre Agni-Yoga ( 1982):
Respuesta a una pregunta sobre requisitos especiales para llegar a este tipo de yoga:
"Todos son llamados y todos elegidos, no hay distinción entre los que pueden y los que no".
Blay en SER:
P: Si persistimos en estos ejercicios, ¿todo el mundo puede conseguirlo?
R: Todo el mundo tiene aptitud para conseguirlo, pero yo diría que de hecho está más inmediato a conseguirlo aquel que siente la demanda y la necesidad, porque la demanda está indicando que la cosa está presionando para manifestarse en esa consciencia particular.
Y yo me pregunto, qué debemos estar haciendo mal para que la puerta no se abra. Me temo que la respuesta es que nuestra intención, nuestra aspiración, nuestro deseo NO es total. En catalán hay un dicho que dice: vol i dol" que viene a significar que por una parte lo quiere pero por la otra no lo quiere del todo porque ello supondría algún tipo de renuncia, etc.
Esto puede ser una causa. Otra posible razón puede ser que llamamos mucho pero escuchamos poco con lo que el proceso se estanca. Como dije en alguna entrada anterior, hay que llamar, y pararse a escuchar con todo el ser abierto.
Así que os animo a que llaméis, pero fuerte, con toda la intención y el corazón puesto allí, y con dos... y luego esperéis la respuesta, en silencio, recogidos, humildes, dispuestos a todo.
Autor desconocido