OTRO LAMENTO
Se me escapan los días de mi vida
por las inevitables rendijas de mis manos;
se me escurren como agua inquieta
y no puedo retenerlos alegando
la torpeza arcaica de mi desatención,
ni mi falta de cuidado,
ni recurriendo a la súplica
de querer instalarme eternamente
en esta mediana edad que disfruto o padezco.
Se me escapan a borbotones.
Todos los días pierdo muchos días.
Las horas se fugan rápidamente hacia el pasado,
con el firme propósito de no regresar;
los minutos se evaporan;
los segundos no duran lo suficiente
como para contabilizarlos.
Me quedo sin tiempo,
que es vida.
Me quedo sin vida,
que soy yo.
Me quedo sin mí que,
indistintamente,
soy todo
o soy nada.
Francisco de Sales
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