¿SUFRES EL SÍNDROME DE DESGASTE POR EMPATÍA?
La empatía es una cualidad que beneficia a nuestras relaciones personales. Además de ponernos -en parte- en el lugar de la otra persona, también nos permite percibir y comprender sus emociones. Sin embargo, empatizar demasiado puede hacer que, de manera progresiva, terminemos sufriendo el síndrome de desgaste por empatía, una definición que fue propuesta por el psicólogo Charles Figley.
Según el estudio “Cuidado profesional y mecanismos paliativos del desgaste por empatía”, la empatía puede ser peligrosa e inhabilitante si no se gestiona de manera adecuada. En el caso de no ser capaces de detener el desgaste por empatía a tiempo, éste puede causar cuadros severos de traumatización secundaria o convertirse en el inicio del síndrome de Burnout.
Normalmente, el síndrome de desgaste por empatía afecta a aquellos profesionales que lidian con pacientes o clientes que sufren, que tienen malestares o que padecen un gran dolor. Estamos hablando de psicólogos, trabajadores sociales o médicos, entre otros. La empatía es una parte importante de su labor. Sin embargo, sin las herramientas adecuadas, lo obtenido a través de esta herramienta puede terminar convirtiéndose en su propio enemigo.
EL DOLOR EMOCIONAL DE LOS DEMÁS
A pesar de que el síndrome de desgaste por empatía pueda afectar a determinadas personas que se dedican a algunas de las profesiones que ya mencionamos, también nosotros, sin ejercer ninguna de las llamadas profesiones de riesgo, podemos sufrirlo. Esto puede pasar debido a que somos muy empáticos y a que nos preocupamos de una manera excesiva por el dolor emocional de los demás.
No obstante, una cosa es entender el dolor ajeno y otra sentirlo. Esto último es lo que les ocurre a las personas que son muy empáticas. Es como si absorbiesen el dolor de los demás y la exposición prolongada (o una exposición muy intensa) a él les puede generar el síndrome de desgaste por empatía. Hablamos de agotamiento emocional, seguido con frecuencia por sentimientos de aislamiento, confusión y una tendencia a reprimir/contener las emociones.
Afortunadamente, como bien señalamos, existe la posibilidad de contar con determinadas herramientas que nos permiten lidiar con este síndrome y prevenirlo. Conocerlas es importante para evitar quedar atrapados por las emociones de los demás, guardar cierta distancia psicológica para proteger nuestro bienestar y regular nuestros estados de ánimo.
“De algún modo, vibra en mí lo que siente otra persona, y cuando las emociones a las que una persona se expone son de profundo sufrimiento, el impacto es evidente”.
-Bermejo-
HERRAMIENTAS PARA EL SÍNDROME DE DESGASTE POR EMPATÍA
A continuación, vamos a ver algunas herramientas que podemos poner en práctica si tenemos un trabajo que requiera estar en contacto con personas que necesitan ayuda o si somos altamente empáticos y eso nos causa pensamientos intrusivos, pérdida de energía, incremento de la ansiedad, somatización de emociones o apatía.
• Interacción con amigos: supone un alivio de la carga emocional, además de un intercambio de opiniones que pueden ser un gran apoyo para situaciones o casos complejos.
•
• Contención familiar: la familia es un elemento importante que nos permite dialogar, desahogarnos y abstraernos de los problemas que podamos, ya sea en el trabajo o a nivel personal.
•
• Actividades de ocio: realizar actividades relacionadas con algún deporte o afición, como cuidar de un huerto ecológico, nos ayuda a cuidarnos y a brindarnos tiempo para nosotros.
•
• Terapia psicológica: esencial no solo para conocer este tipo de herramientas, sino también para realizar ejercicios en la consulta que puedan ayudar a afrontar el síndrome de desgaste por empatía.
Otra serie de herramientas de las que nos habla el trabajo mencionado es la necesidad de saber desconectar, así como de informarse y capacitarse para poder gestionar el desgaste por empatía. Todo esto no implica eliminar nuestra capacidad para empatizar, sino poner determinadas estrategias en práctica para salvaguardar nuestro bienestar.
“No le pregunto a la persona herida cómo se siente. Yo mismo me convierto en la persona herida”.
-Walt Whitman-
El síndrome de desgaste por empatía puede llegar a hacernos sentir culpables: nos encontrarnos tan cansados psicológicamente que creemos que hemos perdido nuestra capacidad para empatizar. Esto no es más que una consecuencia de empatizar sin saber regularnos y protegernos de forma adecuada.
Esperamos que las herramientas de las que te hemos hablado te ayuden, no solo a lidiar con el desgaste por empatía, sino también a afrontar otra serie de problemas que puedas experimentar. Al fin y al cabo, cada una de ellas no son más que recomendaciones que deberíamos poner en práctica más a menudo para sentirnos mejor y disfrutar de un mayor bienestar.
En todo caso, si crees que sufres el síndrome de desgaste por empatía, no lo dudes, pide ayuda profesional. Un psicólogo te guiará para que encuentres aquello que te funciona y te acompañará en todo el proceso. Así, continuarás siendo una persona empática, aunque ahora contarás con recursos para proteger tu bienestar.
Raquel Lemos Rodríguez