Para resolver los problemas de relación, sigue esta fórmula: “Respétate a ti mismo y a los demás”.
¿Cómo te respetas?
Opinando, no callándote, diciendo lo que te molesta… pero en un tono adecuado.
Y, ¿Cómo respetas a los demás?
Escuchando sus opiniones y siendo reforzante con ellos. Es decir, igual que les decimos lo que nos molesta, también les felicitamos cuando hacen o dicen algo que nos gusta.
(Irene Alonso)