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 LA IMPERMANENCIA ES UNA INNEGABLE REALIDAD.



Julio 27, 2022, 07:20:17 am
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Desconectado Francisco de Sales

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LA IMPERMANENCIA ES UNA INNEGABLE REALIDAD.
« en: Julio 27, 2022, 07:20:17 am »
LA IMPERMANENCIA ES UNA INNEGABLE REALIDAD.


En mi opinión, la realidad más indiscutible e innegable que tenemos es que nos vamos a morir. Esto no hay quien lo pueda evitar. Es algo en lo que no se suele pensar y que se elude en la medida de lo posible. Pero es la realidad.

La impermanencia –el hecho de no permanecer para siempre- es un asunto que siempre ha sido motivo de reflexión. A partir de esa toma de conciencia es cuando uno deriva hacia una serie de preguntas: ¿qué sentido tiene la vida en general?, ¿qué sentido tiene mi vida en concreto?, ¿estoy aprovechando bien mi vida?, ¿hay algo después de la muerte?, etc.

Las cosas, todas las cosas, son impermanentes. Evolucionan, cambian, se deterioran, menguan, se acaban o mueren. Desaparecen. Vivimos en un territorio prestado con un cuerpo que desaparecerá y con una mente de duración limitada. Despertarse cada mañana produce un engañoso sentimiento de eternidad. Parece que esto nunca se va a acabar. Eso mismo lo pensaron en algún momento todos aquellos que hoy son polvo o cenizas.

Alguna vez he escrito que hablar de la muerte es hablar de la vida. La muerte será completa, pero la vida que llevamos ¿está siendo completa?, ¿bien aprovechada?, ¿es una vida vivida?

Hablar de morir es recordar la ocasión irrepetible de vivir ahora. La impermanencia nos demuestra que todo ha comenzado un día y otro día acabará o desaparecerá, que nada permanece para siempre. Aceptar esto, incluso abrazarlo como realidad inamovible que es, puede ser clave para nuestra Paz Interior. No hay que luchar contra lo inevitable y esto lo es. Lo sensato es aceptarlo. Los árboles y las plantas y los animales y las personas desaparecen porque ese es su único destino invariable. No podemos hacer nada más que aceptar los cambios cuando suceden, sin oposición, y reconocer la transitoriedad de todo lo que nos rodea incluidos nosotros mismos.

Desde que nacemos ya sabemos que tenemos fecha de caducidad, que algún día indeseado nos tocará seguir a nuestros predecesores en el final de nuestra presencia en este mundo y con este cuerpo. No es nada apetecible, en general, pero oponerse a ello es inútil. Es absurdo. Es un derroche de energía que no nos reportará a cambio nada positivo. Vivir es una experiencia transitoria y no se le puede exigir que sea de otro modo.

Las cosas no son permanentes y mientras antes aceptemos esto antes dejaremos de sufrir con la inútil oposición a que sea así. Las personas un poco más evolucionadas encontrarán sentido a lo que escribió Alan Watts: “El desapego significa no sentir ningún remordimiento por el pasado ni miedo por el futuro; dejar que la vida siga su curso sin intentar interferir en su movimiento, sin intentar prolongar las cosas placenteras ni provocar la desaparición de las desagradables. Actuar de este modo es moverse al ritmo de la vida, estar en perfecta armonía con su música cambiante, a esto se llama iluminación”.

El ritmo del mundo y de la vida no lo marcamos nosotros. Sólo tenemos poder sobre el modo de tomarnos las cosas. Opino que lo mejor es agradecer el tiempo que tenemos para disfrutar el mundo y la vida y no quejarnos porque algún día esto se terminará. Mientras antes aprendamos el oficio de VIVIR antes empezaremos a VIVIR.

Te dejo con tus reflexiones…


 

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