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 CÓMO SUPERAR LA INSEGURIDAD A LA HORA DE TOMAR DECISIONES



Mayo 16, 2020, 04:57:57 am
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CÓMO SUPERAR LA INSEGURIDAD A LA HORA DE TOMAR DECISIONES
« en: Mayo 16, 2020, 04:57:57 am »
CÓMO SUPERAR LA INSEGURIDAD A LA HORA DE TOMAR DECISIONES

Todos tenemos dudas de vez en cuando, o podemos sentirnos inseguros ante determinadas situaciones.  Los miedos y las dudas, como comentamos en otras ocasiones, pueden ser buenos consejeros. Nos hacen valorar las opciones con detenimiento, impiden que seamos temerarios o ingenuos, nos hacen valorar las posibles consecuencias negativas, tener en cuenta dificultades y planificar bien el camino. Eso es bueno.
El problema está en el equilibrio, los miedos han de ser buenos consejeros pero no bloquearnos. El miedo ha de prevenirnos, ayudarnos en nuestro camino, pero sin ser una barrera.
Muchas veces pongo el mismo ejemplo:
Si queremos aprender a patinar, el miedo a caernos debe conseguir que seamos precavidos, que aprendamos cómo caer bien para no hacernos daño, que nos pongamos las protecciones adecuadas, y que tengamos cuidado... pero tiene que dejar que nos movamos. Si nos quedamos bloqueados y no somos capaces de ponernos los patines por miedo a caer, no aprenderemos nunca a patinar: hemos de asumir una parte de riesgo. Es muy probable que nos caigamos, forma parte del proceso de aprendizaje, se trata de minimizar riesgos e intentar no hacernos daño.. y poco a poco iremos adquiriendo más equilibrio y más confianza.
Ahí está la clave: en la Autoconfianza.

El antídoto de la inseguridad es la autoconfianza, NO el buscar la seguridad absoluta y el control.

A veces queremos superar la inseguridad intentando controlarlo todo, o pretendiendo que se den las condiciones idóneas para evitar todo riesgo o posible consecuencia negativa. Pero la mayoría de las veces es imposible: todos los caminos tienen sus riesgos, hay decisiones que duelen, hay personas que no estarán de acuerdo con lo que hagas, hay dificultades o problemas que no dependen de ti... en todos los caminos. Lo que podemos es tener la confianza de que afrontaremos las dificultades que se presenten y lo intentaremos hacer lo mejor que sepamos y de acuerdo a nuestros valores.

CUANDO LAS INSEGURIDADES NOS BLOQUEAN.

Hay un tema que hay que dejar claro referente a las inseguridades: y es que en muchas ocasiones «La seguridad» absoluta no existe. No puedo estar segura de que «las cosas saldrán bien», o de que esta opción es la «mejor».  En muchas de nuestras decisiones es difícil tener  algo 100% seguro, pues muchas veces hay riesgos en cada camino. Hay muchas cosas que de antemano no podemos conocer o hay factores que no dependen de nosotros. Lo que sí podemos tener es autoconfianza. No puedo saber con seguridad que «las cosas saldrán bien» pues hay muchos factores que no puedo controlar: pero sí puedo confiar en que voy a hacerlo lo mejor posible para que salgan bien.
De hecho, paradójicamente, muchas veces sucede que la búsqueda de la seguridad nos genera más y más incertidumbre: No puedo estar seguro completamente de que mi pareja es fiel, salvo que la vigile 24 horas al día... pero sí puedo tener confianza en ella, confiar en nuestra relación y buena comunicación. El querer «controlar» genera desconfianza y me separa de mi pareja, el fomentar la complicidad, la buena comunicación, y la sinceridad, nos acerca y genera confianza. Para sentirnos seguros a veces queremos poder controlar todos los factores: pero muchas veces esto es imposible.
Por ello recomiendo tener en cuenta tres puntos importantes:

•   Busca fomentar la CONFIANZA (en ti mismo y en los demás) en lugar de querer tener seguridad. Centrarte en confiar en tu capacidad, recursos, valores y potencialidades.
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•   ACEPTA QUE HABRÁ RIESGOS, y que puede haber dificultades. No se trata de evitar las dificultades sino de prepararte para afrontarlas.
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•   Habrá cosas a las que tendrás que RENUNCIAR para seguir avanzando, renunciar a un camino para emprender otro puede que duela, pero es necesario para no quedarnos atascados en un camino que no lleva a ningún lado, o varados en un cruce de carreteras.
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En el ejemplo de los patines: no puedo estar 100% segura de no caerme, he de aceptar el riesgo. Puedo ponerme casco y protecciones, aprender a caerme si pierdo el equilibrio para no romperme ningún hueso o darme un mal golpe, e ir adquiriendo poco a poco mayor confianza y soltura con la práctica. He de renunciar a ir caminando si quiero aprender a patinar. Para adquirir confianza he de arriesgarme y enfrentarme a las dificultades que se me presenten: iré aprendiendo a superarlas, y eso hará crecer la confianza en mi misma. Si me quedo quieta no me caeré, es verdad, pero tampoco aprenderé a patinar, y me sentiré frustrada y con menos autoestima por no verme capáz de enfrentarme a ello

¿CÓMO PUEDO FOMENTAR LA AUTOCONFIANZA?

Afrontando los riesgos. Moviéndote.
Cuando aprendemos a patinar al principio vamos tambaleando, inestables, aprendiendo a equilibrarnos poco a poco. Con la práctica (y después de varias caídas probablemente) vamos adquiriendo mayor estabilidad, mejor equilibrio, nuestra habilidad ha mejorado y nos movemos con más eficiencia y confianza.
Para ir ganando confianza hemos de ir asumiendo pequeños retos, a medida que avanzamos vamos ganando confianza.
No dejes que la inseguridad sea como un padre sobreprotector: que por querer que no pase nada malo no te deja hacer nada. Conviértela en un buen consejero que te ayude a afrontar con precaución los retos y dificultades y te haga ganar confianza en ti mismo.

¿LA INSEGURIDAD TE BLOQUEA Y NO TE DEJA PASAR A LA ACCIÓN?

En estos casos muchas veces la decisión la tenemos clara. Es decir SABEMOS LO QUE QUEREMOS pero la inseguridad no me deja dar el paso porque «¿y si…(sale mal, le sienta mal a alguien, fracaso, me critican, alguien se enfada, sufro o sufren otros, pierdo comodidad, etc.)?»

Algunos ejemplos podrían ser:

•   Inseguridad por miedo al fracaso: Quiero dejar mi trabajo y montar un negocio por mi cuenta, pero hay muchos riesgos… ¿y si pierdo la estabilidad de un trabajo fijo por emprender y me sale mal? ¿y si acabo arruinado? ¿y si no soy capaz?
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•   Inseguridad por miedo al dolor: Quiero dejar a mi pareja pues ya no siento amor por ella, pero ¿y si le hago mucho daño y no se recupera? ¿y si mis hijos sufren? ¿y si no soy capaz de estar sólo? ¿y si mi familia política me acaba odiando?
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•   Inseguridad por miedo a la opinión negativa de los demás: Quiero decir que No a la propuesta que alguien me hace porque no me apetece (o por lo que sea) pero ¿y si lo ofendo? ¿y si no vuelven a contar conmigo? ¿y si le parece mal y se enfada? ¿si cree que soy una desagradecida o desconsiderada?
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Si os fijáis aquí lo que nos impide avanzar es el miedo a las consecuencias de nuestra decisión, lo que queremos hacer lo tenemos claro, pero hay inseguridades respecto a cómo voy a afrontar las dificultades que se presenten al dar el paso. ¿Qué hacer en estos casos?
En lugar de plantearte si hacerlo o no hacerlo, céntrate en preguntarte y planear el ¿CÓMO VOY A HACERLO?
La decisión está clara, ya está tomada. Sólo queda el cuándo y el cómo: no te gusta tu trabajo, no quieres seguir en la relación o no quieres aceptar la propuesta. Lo que quieres ya lo sabes. Lo que te frena son las posibles dificultades: así que céntrate en cómo vas a llevarlo a cabo para afrontarlas lo mejor posible. (Es hora de ponerte los protectores y aprender cómo caerte por si pierdes el equilibrio)
•   Por ejemplo en el primer caso: Estamos ante el miedo al fracaso. Puedes centrarte en hacer un plan de negocio, una evaluación de riesgos, empezar a compaginar ese proyecto con el trabajo actual, aclarar todas las dudas fiscales, poner objetivos de forma escalonada que lleven al objetivo. No se trata de tirarse a una piscina sin agua y emprender sin ton ni son, sino de ir planificando, informándome y poniéndome en marcha poco a poco, hasta ir adquiriendo confianza y dejar mi trabajo actual. Seguirá siendo un riesgo, y he de asumir que puedo fracasar en el camino, pero si no lo intento no tendré éxito tampoco: como dijimos más arriba se trata de tener la confianza en que voy a intentar hacerlo lo mejor posible.

Respecto al miedo al fracaso: recordad que los fallos son parte del proceso de aprendizaje, y  muchas veces detrás de un éxito hay esfuerzo y varios intentos fracasados que forman parte del camino. El tema es cómo afrontar los fracasos o errores y seguir adelante aprendiendo de ellos.

•   En el segundo caso: Se trata de una situación de duelo al dejar ir algo para seguir adelante. A veces lo que nos frena es el miedo a sufrir o hacer sufrir a otros, por ejemplo: Si ya no quiero a mi pareja separarme será doloroso, si. Puede que mi familia sufra, todos pasaremos por un proceso de duelo. Pero no hacerlo también es doloroso, es deshonesto conmigo con los demás, e injusto para mi pareja el empeñarme en mantener algo que ya no existe. Hay decisiones que duelen, pero es necesario pasar por ahí para avanzar, hay que pasar por el duelo. Postergar el dar el paso también estira el sufrimiento. Hemos de aceptar que hay decisiones que duelen, pero que son necesarias para mejorar. Entonces centrarnos en cómo lo afrontaremos, cómo pasaremos por ese dolor. A veces cerrar un capítulo de nuestra vida es doloroso, para nosotros y para otros, pero es necesario para poder escribir otros capítulos, y no encallarnos en una historia que ya se acabó y donde no hay nada más que contar. En este caso hemos de centrarnos en cómo voy a afrontar la separación, aceptar que dolerá y que puede dolerle a otros, pero confiar tanto en su capacidad como en la tuya para superarlo, confiar en que aunque duela lo superaréis y podréis ser más felices en el futuro por separado que juntos. No podemos evitar el dolor, lamentablemente hay cosas que duelen, pero se superan, cicatrizan y nos hacen más sabios y resilientes. No sirve de nada culparnos: es una faena, pero hemos de afrontar la realidad, y ésta a veces puede hacer daño. No solo eso sino que al hacerlo abrimos el camino a nuevas posibilidades de ser felices. En este caso hemos de centrarnos en cómo voy a afrontar este duelo y prepararme para ello.
Respecto al miedo a dejar atrás y al dolor: Como dijimos antes, a veces hemos de renunciar a seguir por el camino en el que estábamos para poder avanzar, y eso duele. Hemos de trabajar la aceptación de este dolor como parte del proceso y «esto también pasará» y sanará.

•   En el último ejemplo que puse, el tema es el miedo a quedar mal, a la opinión de los demás. Hemos de tener una cosa clara: NO PODEMOS COMPLACER A TODO EL MUNDO. Es imposible. Repito: No podemos complacer a todo el mundo con nuestros actos. No sólo eso, sino que probablemente te encuentres con gente que te critique hagas lo que hagas, y no podrás caerle bien a todo el mundo (como no todo el mundo te cae bien a ti) ni puedes hacer las cosas a gusto de todos para evitar las críticas. Se trata en este caso de: cómo decir que no. Cómo ser asertivo, y educadamente comunicar lo que queremos, teniendo en cuenta los sentimientos de los demás, pero manteniendo nuestra postura. Por ejemplo podemos decir cosas como «Agradezco enormemente tu propuesta y que me tengas en cuenta, pero la verdad es que ya tenía otra cosa pensada (o no tengo mucha energía para eso ahora, o lo que sea), no me gustaría que pienses que no valoro tu invitación, pues al contrario, me encanta que hayas pensado en mi, espero que en otra ocasión si podamos encajarlo.» Es decir, en estos casos hemos de centrarnos en Cómo comunicar de manera asertiva, en «Cómo voy a decir lo que pienso de la mejor manera posible».
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¿Y CUANDO SE TRATA DE NO SER CAPAZ DE ELEGIR ENTRE VARIAS ALTERNATIVAS?

A veces el problema es que no tenemos muy claro lo que realmente queremos y no somos capaces de elegir entre varias alternativas: ¿Estudio Derecho o Relaciones Laborales?, ¿Salgo con Juan o con Pedro?, ¿a quién voto?..
En estos casos la inseguridad también aparece con sus «¿…y si ( aquí cualquier frase que represente el miedo a equivocarse)?»
Es normal tener miedo a equivocarnos o a que algo salga mal: ya hemos comentado antes que el miedo es un buen consejero, pero no ha de paralizarnos.
En estos casos puede pasar que:
•   No tengamos mucha información sobre las opciones, en algunos casos esto puede solucionarse informándonos mejor para hacernos una mejor idea de lo que queremos (leyendo los programas electorales, hablando con abogados y con gente que trabaje en recursos humanos y que me cuenten sobre sus profesiones.. etc.) en otros casos no podemos tener más información: no puedo conocer a Juan o a Pedro de antemano, he de decidir con quién pasar tiempo e irlo conociendo.
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•   Puede que nos quedemos en «La parálisis del análisis»: analizando los pros y los contras de cada opción, o tooodas las opciones posibles, le demos vueltas y vueltas... y nos bloqueemos.
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•   Puede que queramos estar seguros de que nuestra elección es «la buena», y como no podemos saberlo de antemano, nos bloqueamos porque ¿y si me equivoco? ¿y si me arrepiento? ¿y si era mejor lo otro?
¿Qué hacer?

Como comentamos antes, la inseguridad suele plantearnos los posibles inconvenientes o dificultades, y nuestra autoconfianza nos ha de preparar para hacerles frente. Hay varias claves a tener en cuenta a la hora de decidir.

•   Estar bien informado (en la medida de lo posible)
•   Aceptar que no hay un «camino bueno» o una decisión «correcta» y otra equivocada: cada camino tiene luces y sombras, tendrá cosas buenas y malas, y el quid de la cuestión es cómo lo caminemos. Hay que arriesgarse.
•   Hay que aceptar que a lo mejor por ahí no encuentras lo que buscabas, o no es lo que pensabas, pero has de arriesgarte a descubrirlo: comprometerse con la decisión tomada es importante, pero si el camino escogido ves que no te lleva a donde pensabas ir, puedes cambiar de rumbo, no pasa nada, habrás aprendido que por ahí no era.
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•   Hay que renunciar a cosas, no podemos tenerlo todo, elegir implica renunciar a otros caminos. Hemos de aceptarlo. A veces lo que más cuesta es renunciar a las otras opciones, pues puede haber varias alternativas que nos gustan, pero tenemos que centrarnos en una sola y comprometernos con ella, y eso implica renunciar a otras elecciones que a lo mejor también se veían interesantes. Ya lo decía Mick Jagger «You can’t always get what you want.» (No siempre puedes conseguir lo que quieres)
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•   Guíate por tus valores, por las cosas importantes para ti, e incluso por tu instinto.
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•   Lánzate, evita la parálisis del análisis pasando a la acción, siempre habrá tiempo de corregir rumbo.
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En estos casos hemos de lanzarnos, probar, confiar en que si vemos que por ahí no vamos bien sabremos reconducir el rumbo. Los caminos no siempre son en línea recta, puede haber curvas, espirales, saltos. No hay una sola «forma correcta» de hacer las cosas.
Simplemente recuerda que, como decía Machado, «se hace camino al andar».


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