RECUERDA, DALE LA BIENVENIDA Y CUIDA A TU NIÑO INTERIOR
Mi niño interior todavía está dentro de mí, no se ha ido, es la voz que escucho cuando me doy permiso para ser libre y estar feliz de hacer lo que me gusta. El que me pide que sane las heridas emocionales del pasado…
Es normal escuchar a menudo expresiones sobre “la necesidad de cuidar a nuestro niño interior“. No es una corriente espiritual o se nutre de movimientos como la nueva era, sino un concepto que se origina en el psicoanálisis.
La importancia de los primeros años de nuestra vida y las respectivas experiencias previas configuran una gran parte de nuestra personalidad, nuestros valores, nuestro equilibrio emocional, nuestra autoestima .
Muchos de esos recuerdos tempranos pueden convertirse en sombras de miedos o ansiedades, o de recuerdos de una infancia plena y feliz que nos acompañará en el camino hasta que seamos adultos.
Cada uno de nosotros tiene su propio” cofre del tesoro existencial” y es aquí donde los primeros 8 años de nuestras vidas son, sin duda, una parte muy importante de lo que somos ahora.
Es justo aquí, en un rincón oscuro de nuestro ser, donde se esconde el niño interior. Todos nos mostramos como adultos maduros y seguros, bien protegidos por nuestra armadura como valientes guerreros listos para enfrentar ese complejo mundo.
Sin embargo, hay muchas veces cuando cerramos los ojos y sabemos que nos falta algo. Ese algo que no es una herida externa, sino interna, nos lastima.
Hay un niño en todos nosotros que ha dejado de crecer a una edad en que apareció alguna deficiencia, una necesidad insatisfecha. Hoy hablamos de ello en este artículo.
MI NIÑO INTERIOR Y SU PASADO EMOCIONAL.
Es probable que muchas personas sonrían o vean irónicamente el término “niño interior”. Para muchos de nosotros, esta expresión es sinónimo de debilidad, inocencia y la mirada de alguien que todavía no sabe qué es el mundo y cómo funciona.
Piensan que “los adultos lo saben todo y los niños no saben nada” y creen erróneamente que “la infancia es esa fase que todos experimentamos con felicidad sin preocupaciones y absoluta“.
La infancia es el despertar a la vida, cuando aparecen las primeras preguntas y recibimos las primeras respuestas. Si en esta etapa estamos rodeados de desapego, deficiencia, tristeza o abandono, será muy difícil para nosotros convertirnos en adultos emocionalmente seguros.
Bienvenido niño interior
Para madurar y ser felices, todos los niños necesitan desarrollar un apego saludable en el que encontrar un amor sincero que sea una fuente de seguridad con cada paso, cada caída y oxígeno para cada una de las primeras experiencias.
Si el vínculo que se establece con los padres no es el correcto, todas esas primeras experiencias nos marcarán, de una forma u otra.
La infancia no siempre es sinónimo de felicidad o despreocupación. Nadie tiene la garantía del bienestar físico y emocional tan pronto como nace.
Ser niño nunca es fácil porque necesitas el apoyo de alguien para comenzar a caminar, pronunciar las primeras sílabas y saber que los miedos y las ansiedades desaparecen con un abrazo y con las palabras correctas.
LAS PETICIONES DE NUESTRO NIÑO INTERIOR
Ahora que hemos aclarado la necesidad de aceptar el hecho de que todos tenemos un hijo interno, es importante saber cuáles son sus posibles solicitudes.
Reflexione por un momento sobre los siguientes aspectos:
– Su niño interior puede pedirle que resuelva algunos problemas pasados.
– Quizás necesites una explicación de algo que sucedió en la infancia, sientas que tienes que pedirle disculpas a alguien o quizás necesites ser perdonado.
– También puede ser que, en su caso, no tenga deficiencias emocionales del pasado para resolver. Sin embargo, su niño interior le pide que sea más libre en la vida cotidiana.
– Debes permitirte poner tu realidad un poco más, dejar de lado las preocupaciones, el estrés.
– Sé más espontáneo , ríete un poco más, recupera algo de tu inocencia perdida y, por lo tanto, felicidad.
– Tu niño interior también necesita amor. Amar y ser amado. Tienes que superar tus miedos, tu vergüenza o tu apariencia adulta gris y permitirte más libertad emocional.
CÓMO CURAR A NUESTRO NIÑO INTERIOR
Todos los procesos de atención emocional requieren un compromiso completo y auténtico de nuestra parte. Nadie necesariamente puede ser libre si, en primer lugar, no hay necesidad de ser libre
Debe quedar claro que no es posible resolver un problema determinado si no nos convencemos de que lo tenemos primero. Piensa, por ejemplo, en tu vida cotidiana…
¿Sufres mucho estrés? ¿Has perdido el deseo de hacer lo que te gusta? ¿Tienes la impresión de que tu pareja, por mucho que lo intente, no te hace feliz? ¿Sientes que por dentro te falta alguna necesidad emocional que no puedes definir?
CUIDA A TU NIÑO INTERIOR
Este simple ejercicio de visualización y reconstrucción emocional lo ayudará a resolver muchos aspectos:
1. Toma una fotografía de cuando eras niño, cuando tenías 7 u 8 años.
2. Permite que los recuerdos te invadan, con tranquilidad, recuerda esos años y siéntete libre de permitir que las emociones y las imágenes te alcancen.
3. Ahora visualízate en compañía de ese niño. Ustedes son ambos, el “yo adulto” y el “yo niño”, uno frente al otro.
4. Pregúntale qué necesita, qué quiere, qué pierde. Pregúntale qué no tiene, pero qué lo haría libre y completo.
https://www.formarse.com.ar/sitio/2020/04/05/dale-la-bienvenida-y-cuida-a-tu-nino-interior/