La vida, ya lo sabes, nos procura cada día muchos nuevos milagros.
Ya nos parecen tan cotidianos, que le hemos despojado de las sorpresas, y ver nuevamente el sol es lo usual, seguir viendo es habitual, y estar vivos es casi vulgar.
Además de esos milagros, viene cargado de muchos otros.
Uno de ellos, uno que aparenta ser modesto, pequeño, poquita cosa, es la oportunidad de volver a comenzar de nuevo.
Recomenzar con aquel proyecto que ayer te propusiste y que al final no conseguiste ponerlo en marcha. Otra vez estás en el punto de salida y la vida te da una nueva oportunidad.
Recomenzar con la intención que ayer te pasó por la cabeza de que tienes que ser más social, y estar más en contacto con tus seres queridos e interesarte verdaderamente por ellos.
Recomenzar con las buenas ideas: meditar, ser más sereno, relacionarte más desde el corazón, leer ese libro que te está esperando, ir al cine, quedarte a solas contigo y encontrar respuestas para esas preguntas transcendentales que te haces, reconciliarte con Dios, ocuparte de ti en vez de preocuparte tanto por los demás…
Cada uno sabe lo que se le va acumulando en el cesto de los proyectos aplazados.
Hoy puede ser un gran día.
El día del comienzo verdadero.
Hay Luz y hay Vida: todo está a tu favor.
Procura que no sea el día de volver a aplazar algo para otro día.