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 LA ASTROLOGÍA EXPLICA POR QUÉ LA VIDA EMPIEZA A SER UNA MIERDA A LOS 27 AÑOS



Agosto 06, 2020, 06:23:43 am
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LA ASTROLOGÍA EXPLICA POR QUÉ LA VIDA EMPIEZA A SER UNA MIERDA A LOS 27 AÑOS
Por Maud Deitch


¿Te estás preguntando por qué entre los 27 y los 30 años vivimos los años más estresantes y mierdosos de nuestra vida? Échale la culpa al Retorno de Saturno.

Existen dos modos de pensar en las estrellas: o bien simplemente están ahí, a veces ofreciendo una vista maravillosa pero a fin de cuentas sin significado alguno, o bien son el mapa de carreteras que predetermina nuestra vida, es decir, una herramienta que nos ofrece orientación y apoyo. Cada vez más jóvenes se circunscriben en el segundo campo y buscan que la astrología dote de sentido a la vida dentro de su interminable caos.
Desde el momento en que nacemos nuestro destino astrológico queda marcado por la ubicación exacta de los planetas. Es mucho más que una simple cuestión de saber de qué signo somos; cada planeta presenta un patrón de movimiento diferente y la astrología determina el efecto de dichos movimientos en relación con la ubicación del planeta en el momento de nuestro nacimiento. Una de las relaciones planetarias más intensas que existen es la que se establece entre el Saturno en movimiento y el Saturno natal, es decir, entre el lugar que ocupa Saturno en el firmamento en cualquier momento dado y su ubicación en el momento de nuestro nacimiento.
Saturno tarda 29 años en regresar al mismo lugar en que se encontraba durante nuestro nacimiento y ese momento se denomina 'Retorno de Saturno'. Para muchas personas, dicho retorno es un momento de meditación, de aceptar quiénes somos, qué lugar ocupamos en el mundo y qué vamos a hacer con nuestras vidas. Se trata de una crisis —la del primer cuarto de vida— escrita por los planetas y, aunque cada persona es diferente, nuestra carta astral puede ofrecernos indicios de aquello a lo que nos enfrentamos.
La astróloga Chani Nicholas lo explica con mucha sencillez: "Saturno es un planeta que nos enseña, tanto si deseamos aprender como si no, acerca de los límites, la responsabilidad, la madurez y la transformación en seres adultos".
Para alguna gente, este hecho de convertirnos en nuestro auténtico yo se manifiesta como una comprensión de que las elecciones que hemos tomado después de cumplir los veinte podrían no ser las más adecuadas. Para otra, puede manifestarse como una adversidad externa —muerte, pérdida de empleo— que nos obliga a tener un momento de reflexión. La duración y la intensidad del Retorno de Saturno vienen determinadas por el resto de nuestra carta astral y varían enormemente de una persona a otra.
A los 27 años de edad —el inicio tradicional del Retorno de Saturno en una persona— Rebecca, que ahora tiene 31 y es directora de proyectos en una empresa de tecnología del Sur de California, se mudó con su novio al otro lado del país. Cuatro años más tarde echa la vista atrás y contempla este proceso en términos típicamente saturninos. "Aquellos fueron tiempos muy oscuros", afirmó, refiriéndose al que por entonces era su novio, que resultó ser un tipo de lo más controlador. "Después de casi dos años finalmente rompí con él y la vida empezó a ir a mejor". Pero aquello no era todo lo que el Retorno de Saturno le tenía preparado: "Tuve un par de novietes justo después que me ayudaron a dar el primer par de pasos, pero después resultaron ser personas muy tóxicas, así que también les di la patada. Me deshice del último, que era el más tóxico de todos, justo antes de cumplir los treinta".
Puede que esto suene como la típica crisis del primer cuarto de nuestra vida, o como el resultado de algunas decisiones de mierda en lo relativo a salir con tíos o a hacer amigos, pero las cosas que suceden no son ni de cerca igual de importantes que el modo en que crecemos a partir de ellas. El Retorno de Saturno es algo más que aprender de nuestros errores; representa un momento en el que debemos contemplar nuestras decisiones como representación de nuestra identidad y nuestra calidad humana, y decidir si la persona que experimenta todas esas cosas es en realidad nuestro verdadero yo. Normalmente el final del Retorno de Saturno llega a los treinta años y en el caso de Rebecca, así fue.
Y también fue el caso de Leah, de 29 años de edad. Cuando tenía 27 sintió que le faltaba algo en la vida y decidió cambiar de carrera. Hasta entonces había trabajado en la industria de la alimentación y las juergas diarias que se pegaba no acababan de ser de su agrado. "Mi período de Retorno de Saturno se convirtió en un ejercicio que me sirvió para comprender que mi súper-ego tenía más peso en mi vida que mi ego", me explicó Leah, refiriéndose a las ideas freudianas del yo. "De repente empecé a tomar decisiones y a reaccionar con más (quizá demasiado) razonamiento y empatía, pero procesar las consecuencias me llevó a arrastrar un persistente sentimiento de culpa". En lugar de actuar de forma impulsiva, Leah empezó a sopesar sus opciones más seriamente. Conforme se aproxima a la treintena, según sus propias palabras, las lecciones aprendidas durante su Retorno de Saturno siguen muy presentes en su vida. "Aquello me enseñó a diferenciar los momentos en que debía recurrir a comportamientos de autoprotección de los momentos en que debía arriesgarme", afirmó.

SATURNO ES UN PLANETA QUE NOS ENSEÑA, TANTO SI DESEAMOS APRENDER COMO SI NO, ACERCA DE LOS LÍMITES Y LA RESPONSABILIDAD

Pero, ¿qué es lo que tiene esta edad en concreto que nos hace experimentar esos momentos de revelación? ¿Y en qué se diferencian las penurias que atravesamos a los 27, 28 y 29 años de las batallas que libramos en momentos anteriores de nuestra vida? Chani Nicholas afirma que en parte se trata de una respuesta natural al hecho de hacerse mayor, pero que también tiene que ver con uno de los otros movimientos de Saturno: conforme el planeta se desplaza por el firmamento, su progreso se mide en cuadraturas. Cada siete años, Saturno se cuadra con su posición natal en nuestra carta astral, lo que se denomina cuadratura de cuarto. Estos ciclos de siete años de duración no son tan intensos como el Retorno de Saturno, pero representan momentos de crecimiento y auto-reflexión.
A los 21 años experimentamos nuestra tercera cuadratura de cuarto de Saturno, que supone un momento para imaginar el futuro. "Al inicio de la veintena", me explicó Nicholas, "empezamos a pensar en qué vamos a hacer con nuestra vida. Ya sabes, cosas como 'Cuando tenga 30 años haré esto, o lo otro, o lo de más allá', y después cumplimos treinta y pensamos 'Mierda, esto no es lo que yo pensaba que iba a pasar'". Ser conscientes de la desconexión que existe entre nuestra vida imaginada y la que vivimos en realidad puede hacer que evaluemos nuestras opciones, relaciones y decisiones, y también nos hace ser conscientes del mero hecho de que estamos haciéndonos mayores. "Por primera vez nos enfrentamos al hecho de que ya no somos tan jóvenes y monos", afirmó Nicholas. "Empezamos a entender —y a algunos de nosotros se nos da mejor que a otros, dependiendo del momento psicológico en que nos encontremos— qué significa hacerse mayor".
Para una astróloga como Nicholas, existen determinados signos en las cartas astrales que indican si el Retorno va a ser especialmente duro o no. "Astrológicamente, existen diversos factores que pueden indicar si el Retorno de Saturno va a ser más sencillo o más duro para determinada persona", explica Nicholas. Y aunque a veces "resulta horrible, brutal, injusto y terrible", es importante verlo como algo más que eso.
La astróloga Amy Herring escribió que uno de los factores más importantes que afectan al Retorno de Saturno es la luna, que regula la evolución emocional. Conforme Saturno recorre su ciclo por nuestra carta astral y nos obliga a ser conscientes de los límites y las conexiones, la luna también progresa a través de nuestra carta y cambia el modo en que gestionamos nuestras emociones y sentimientos. Estos dos ciclos —el de los límites y el de la emoción— son esenciales para nuestro desarrollo hacia la edad adulta. Puede que pensemos que no se pueden poner límites a lo que desea nuestro corazón, que está gobernado por la luna, pero cuando Saturno entra en escena, el corazón debe ser realista y desear con madurez. Esto crea una tensión según la cual debemos sopesar nuestros deseos emocionales y contrastarlos con nuestra identidad y con nuestra necesidad de ser independientes.
La capacidad de ver el creciente potencial que subyace tras esos momentos dolorosos es la clave para sobrevivir al Retorno de Saturno. "Lo más importante que puedo destacar", indicó Nicholas, "es que la vida es muy larga a pesar de lo corta que es, y que si tienes 28 años y la mierda llega al río, probablemente no entenderás qué está pasando durante una buena temporada. De modo que lo más importante es confiar en el proceso y participar de lo que sea que tu Retorno de Saturno tenga preparado para ti. Aunque quizá no sirva de mucho consuelo para quienes están a punto de comenzar su Retorno, en realidad es la única forma de afrontarlo, ya que ni siquiera los astrólogos son capaces de predecir el futuro con una precisión del 100%".
"Aparte de las directrices que he expuesto, que son bastante generales", afirmó Nicholas, "nadie puede decirte qué es lo que va a pasar". Para Rebecca, sin embargo, su extremadamente doloroso Retorno tenía una luz esperándole al final. Después de cumplir los treinta fue capaz de percibir un cambio palpable conforme se liberaba de su Retorno. El año que siguió fue, según sus propias palabras, "el mejor año de toda mi vida", en gran parte gracias a "una nueva y refrescante actitud de 'me importa una mierda' que me permite alcanzar la paz independientemente de lo que esté sucediendo a mi alrededor".


 

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