“De los amigos se recibe y se agradece lo que nos dan. Y a los amigos les damos lo que queremos darles.”
(Esto es extensible a familiares y seres queridos)
Siguiendo esta fórmula se evitan muchos malos entendidos.
Ni les reprochamos que nos den lo que nos dan o que no nos den lo que queremos, ni tampoco les damos o hacemos nada por compromiso, ni tenemos que exigirles correspondencia por el esfuerzo que hemos tenido que hacer para satisfacerles.
(Irene Alonso)