¿QUÉ ES EL AUTOCUIDADO PERSONAL Y EMOCIONAL?
Por Sara Sanchis
En los tiempos que vivimos, con ritmos acelerados e inmersos en múltiples tareas, el autocuidado personal y emocional se ha convertido en un aspecto a tener en cuenta como factor determinante de la propia salud física, psicológica y emocional. Vivimos en sociedades desarrolladas y avanzadas que, sin embargo, nos han enredado en ritmos frenéticos muy contrarios a las verdaderas necesidades humanas. Partiendo de aquí, el autocuidado se convierte en una herramienta imprescindible para garantizar nuestra salud.
En este artículo de Psicología-Online vamos a exponer la importancia de recuperar el cuidado de uno mismo como algo esencial al ser humano, os propondremos un plan de autocuidado y os daremos ideas sobre posibles técnicas a utilizar para llevarlo a cabo.
QUÉ ES EL AUTOCUIDADO PERSONAL Y EMOCIONAL
El autocuidado personal y emocional se define como el conjunto de acciones que emprende una persona en beneficio de su salud y bienestar. En realidad, se trata de una cualidad innata al ser humano cuyo objetivo principal es garantizar su supervivencia y, con ello, la de su familia y grupo social. Al conjunto de acciones que realizamos en torno a nuestro cuidado personal los denominamos "hábitos de vida". Los hábitos que adoptemos condicionarán nuestro estado de salud general. Interaccionan entre ellos condicionando nuestro estado físico, mental y emocional. Podemos diferencia entre hábitos de vida saludables versus hábitos de vida tóxicos.
HÁBITOS SALUDABLES
• Dieta equilibrada
• Consumo de sustancias tóxicas moderado o nulo
• Ejercicio físico moderado
• Descanso reparador
• Prevención y/o reducción de la contaminación ambiental del entorno
• Higiene personal adecuada
• Equilibrio mental y emocional
• Relaciones sociales positivas
• Practicar actividades de ocio
• Contacto con la naturaleza
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HÁBITOS PERJUDICIALES PARA LA SALUD
• Dieta desbalanceada
• Consumo habitual o excesivo de sustancias tóxicas
• Sedentarismo
• Insomnio o sueño excesivo
• Entorno con contaminación ambiental
• Falta de higiene personal
• Estrés y emociones negativas crónicas
• Relaciones personales negativas o inexistentes
• No disponer de actividades de ocio
• Desatender el contacto con la naturaleza
Los sistemas sociales en los que vivimos actualmente, si bien nos han aportado grandes avances tecnológicos y de desarrollo humano, han supuesto una criba en lo que respecta al respeto de nuestras necesidades básicas de cuidado personal. Los ritmos de vida acelerados; las multitareas en las que nos vemos inmersos; la dependencia del sistema económico; el fomento de la vida urbana como sinónimo de éxito personal y social; etc., nos han llevado a desarrollar muchos hábitos de vida insanos que atentan contra nuestro bienestar físico, psicológico y espiritual.
CÓMO HACER UN PLAN DE AUTOCUIDADO PERSONAL Y EMOCIONAL
Los pasos necesarios para concretar un plan de acción que promueva y mantenga nuestra salud física y emocional requiere los siguientes pasos:
1. Tomar conciencia: informarnos sobre cuáles son los estilos de vida saludables que favorecerán nuestro bienestar general (descritos en el apartado anterior) frente a aquellos que lo perjudican y por qué.
2. Discernimiento: enumerar y describir nuestros hábitos de vida actuales y valorar sus consecuencias en nuestra salud.
3. Estrategia de acción: establecer una rutina diaria para incorporar estos nuevos hábitos poco a poco en nuestras vidas y, simultáneamente, ir eliminando los hábitos insanos.
4. Red de apoyo: buscar y solicitar la ayuda necesaria parar llevar a cabo este plan, tanto personal (familia, amigos, etc.) como profesional (nutricionistas, entrenadores personales, psicoterapeutas, etc.)
TÉCNICAS DE AUTOCUIDADO PERSONAL Y EMOCIONAL
Algunas de las técnicas que nos permitirán reincorporar hábitos saludables en nuestra rutina diaria son los siguientes:
1. Consultar un nutricionista e introducir una dieta sana y equilibrada basada en el consumo de frutas, hortalizas y verduras; harinas y cereales integrales; proteínas vegetales, principalmente (reduciendo en lo posible el consumo de proteínas animales); evitar los dulces y procesados.
2. Beber diariamente 1,5 litros de agua aproximadamente.
3. Eliminar el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias tóxicas.
4. Realizar ejercicio físico regular y moderado: caminar, nadar, ir en bici, practicar yoga, etc.
5. Dormir una media de 6-8h al día, asegurándonos que nos proporcione el descanso necesario.
6. Reducir la contaminación ambiental evitando productos tóxicos en la limpieza e higiene personal; reduciendo el uso de dispositivos móviles y electrónicos; utilizando vehículos públicos o bicicletas; consumiendo alimentos ecológicos; etc.
7. Mantener una buena higiene personal: ducha habitual, ropa limpia, higiene bucal, etc.
8. Practicar técnicas de relajación y visualización; bailar; baños relajantes; escuchar música tranquila; pintar mandalas; etc. para retornar a nuestro ritmo vital más pausado.
9. Equilibrar los momentos de introspección con las relaciones sociales, nutriéndonos de aquellas personas que alimentan nuestra alma.
10. Redescubrir (si todavía no lo sabemos) nuestros gustos personales y realizar actividades que los satisfagan.
11. Realizar el máximo de actividades posibles en espacios abiertos en la naturaleza: encuentros sociales y familiares; realización del ejercicio físico y de las actividades de ocio y de relajación personal; actividades laborales y escolares; etc.
EL AUTOCUIDADO PERSONAL Y EMOCIONAL COMO RESPONSABILIDAD PERSONAL Y SOCIAL
La práctica de dichos estilos de vida saludables se retroalimentan unos a otros en tanto que la práctica de unos potencia y refuerza la de los demás. Se trata, en realidad, de una actitud de respeto hacia la propia vida que repercute de manera positiva sobre nuestro entorno.
Incorporar estos hábitos de vida de cuidado personal no es más que recuperar nuestro modo esencial de funcionamiento como seres humanos: convivir de manera respetuosa con nosotros mismos y, por ende, con nuestros semejantes y con la naturaleza. Es por esto que el objetivo del autocuidado se convierte ya no solo en un modo de tratarnos con respeto a nosotros mismos sino en una responsabilidad personal y social necesaria para garantizara una convivencia más apacible, solidaria y justa para todos los seres vivos.