Mi corazón y mi lengua han hecho un trato: que mientras mi corazón esté enfurecido, mi lengua guardará silencio".
Este programa de vida está lleno de psicología.
Las palabras responden a los sentimientos, y los sentimientos a las ideas; de ahí que nos resultará imposible dominar nuestras palabras si no somos dueños de nuestros sentimientos; y estos sentimientos se irán moderando según la fuerza de nuestras ideas.
A un corazón que no se domina, responderán palabras violentas e hirientes; a un corazón lleno de sí mismo, sucederán palabras y actitudes despectivas para los demás.
Calla, pues, mientras tu corazón no esté sereno y en calma; no hables. pues seguramente deberás arrepentirte de lo que digas o, al menos, del modo como lo digas, o del momento en que lo digas.
Si en general el corazón no suele ser buen consejero, menos lo será cuando no se halle en paz y no se sienta dueño de sí mismo.
(Elfo Negro)