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 CAPÍTULO 149 - CUANDO LA PAREJA ES UNO SOLO



Enero 29, 2021, 05:38:21 am
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Desconectado Francisco de Sales

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CAPÍTULO 149 - CUANDO LA PAREJA ES UNO SOLO
« en: Enero 29, 2021, 05:38:21 am »
CAPÍTULO 149 - CUANDO LA PAREJA ES UNO SOLO
-CUANDO LA PAREJA ESTÁ DESCOMPENSADA-

Este es el capítulo 149 de un total de 200 –que se irán publicando-  que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER


Aunque parezca inconcebible para quien no haya pasado por esa situación, en lo que era una pareja vinculada por unos lazos libremente elegidos, y porque uno de los dos –generalmente él- decide no seguir aportando a la relación su parte correspondiente, se da el caso de que un día la mujer se da cuenta que es ella la que está poniéndolo todo.

Ella permanece desparejada, sola, soportando cada día las horas que sólo se llenan de su propia soledad y silencio o de su atiborrada agenda de obligaciones y responsabilidades, con una tristeza abatida incrustada en la mirada, los labios en un gesto adusto petrificado, y los ojos hartos de licuarse.

El otro tiene cosas que le interesan más, que le aportan más satisfacciones y menos rutinas, y les dedica una buena parte del tiempo y la atención que al principio aportaba al enriquecimiento emocional de la pareja, así que ella, que se ha hecho cargo en solitario del timón, hace los dos papeles al mismo tiempo, y es ama de casa y quien administra la economía de la familia, o es padre porque no hay quien asuma el cargo, o atiende los compromisos familiares y sociales por ambos.

En esos momentos ella siente el lastre opresivo de su vacío en la pareja, y se siente más nadie que antes, más sola de lo que nunca hubiera estado.

Y es que tal vez no haya mayor soledad que la de quien tiene una pareja ausente, desinteresada, y fría en la relación.

Y, en muchos casos, no se recurre a contárselo a alguna amiga, o algún ser querido, o un profesional, porque la vergüenza de tener que reconocerlo les pone trabas para hacerlo.

Pero ser cómplice de su propia destrucción es algo que debiera evitar quien se encuentre en esta situación, porque los días pesarán cada vez más, y lo malo que tiene aplazar la toma de decisiones es que si hoy uno se lamenta de no haberlo hecho ya hace un tiempo, y aún lo aplaza todavía, tendrá más y más justificados motivos para lamentarse después, porque será mayor el tiempo perdido.

Aunque estoy convencido de que las cosas tienen “su tiempo” para ser o para hacerse, y no se deben precipitar, también estoy convencido de que cuando llega “su tiempo” no hay que buscar excusas para aplazarlo.

Parece que es un poco exagerado el ejemplo relatado, pero después de haber hablado con cientos de mujeres de este asunto resulta que es más común de lo que uno se puede imaginar.

SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:

- No se debe llegar a vivir la sensación –o la realidad- de que el otro miembro abandonó el barco hace tiempo y le ha dejado a una sola y a la deriva.
- Se puede llegar a sentir más soledad estando con algunas parejas que estando solos.
- Es conveniente no perder la dignidad y reconocer cuándo la relación no tiene remedio y es mejor abandonarla.


Francisco de Sales



 

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