CAPÍTULO 151 - SOBREPROTEGER AL OTRO MIEMBRO DE LA PAREJA
-CUANDO LA PAREJA ESTÁ DESCOMPENSADA-
Este es el capítulo 151 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER
El compañero sentimental en cada relación es un adulto. O debería serlo.
Por lo tanto, requiere ser tratado como tal.
Algunas mujeres cometen el disparate de tratar al hombre como si fuera un niño al que no quieren dejar crecer.
Y esto hay que tenerlo muy claro: una es cónyuge, pareja, compañera, consorte… pero no es la madre.
Se convierte en un asunto a revisar si ella tiene que decirle a él la ropa que se ha de poner –previamente le ha dicho la ropa que se tiene que comprar, o se la ha comprado directamente-, si le resuelve algunos de sus asuntos personales –algunas mujeres se convierten en sus madres y otras en Superwoman-, si reconoce algunas de sus costumbres inmaduras pero se las acepta –e intenta hacerle madurar tratándole como a un niño de diez años-, si le permite el desorden en sus cosas con resignación y mansedumbre –en vez de exigirle colaboración en el orden-, o si llega a ser capaz de encontrar una justificación para sus actos injustificables incluso antes que él mismo.
Es posible que esta actitud sea una extensión de su maternidad innata, y que en otros casos sea una demostración un poco velada de su “superioridad” –haciéndole ver que está por encima de él en ese terreno, o para demostrárselo a sí misma y engordar su baja Autoestima- y, en otros casos, le esté tratando de convencer de que “sin mí no eres nada, y no sabes qué hacer ni cómo apañártelas, así que quédate conmigo”.
Es una contradicción tratar de educar a los hijos con la intención de que maduren y aprendan a valerse por sí mismos, mientras que a la pareja no se le exige lo mismo.
Hay que dejarle que resuelva sus asuntos –sí estará bien ayudarle a que aprenda cómo resolverlos, si es que no sabe hacerlo bien-, pero que se responsabilice él y lo haga él.
La sobreprotección es destructiva para la pareja, porque si no es deseada o solicitada por la otra parte, puede llegar a cansar a la otra persona al sentirse infravalorada. Y en la sobreprotección una no actúa como cónyuge, sino como madre. Como una mala madre que está mal criando a quien no es su hijo. Como una madre que ha adoptado a su pareja. Es una buena idea des-adoptarlo. Por el bien de todos.
SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:
- El otro miembro de la pareja es adulto y hay que tratarle y exigirle como tal.
- La sobreprotección es destructiva para la pareja porque desvirtúa el sentido de la relación.
- Es recomendable no consentir la irresponsabilidad del otro miembro y exigirle el comportamiento adecuado que le corresponde.
- El compromiso con el otro es ser su pareja y no su madre o su salvadora o su esclava.
Francisco de Sales