La Autoestima es el concepto que uno tiene de sí mismo.
He escrito mucho sobre ello, y otros también han llenado páginas, han completado tratados académicos, han filosofado teorías, han dogmatizado, han abierto caminos confusos aportando ideas pseudo-psicológicas o falso-esotéricas, soterrando la información en muchas ocasiones, y con ello han conseguido que parezca algo complicado o imposible.
Sólo una cosa, únicamente una cosa, bien llevada a la práctica, es la solución para disfrutar una Autoestima saludable: La aceptación.
Si uno comprende su estado personal, sus circunstancias, sus limitaciones, sus conflictos, su inexperiencia y su inadecuación, las trabas o las barreras, la calidad de su educación, lo que le ha tocado vivir, y que es el resultado de su ambiente y su infancia… si comprende que esto es lo que tiene en este momento, lo que es en este momento, y lo acepta, se abre ante sus ojos y su mundo una amplitud de posibilidades, ya que desaparece la principal muralla: la negación de la realidad. Y se abre la admisión comprensiva y amable de su situación.
Si uno acepta lo que es, comenzará a amarlo, y amarse, porque se dará cuenta de que él no es su propio enemigo, sino una víctima de sus circunstancias, y se dará cuenta de que nunca ha hecho intencionadamente nada malo contra sí mismo, y que siempre ha seguido adelante, con lo poco de amor que se tenía, salvándose a pesar de su propia oposición, queriéndose aunque poco o en secreto, acompañándose en la vida, y confiando, sin saberlo, en su intuición, que le llevaba hacia adelante.
Si uno acepta la materia prima que tiene entre sus manos, que es ese ser confundido y muchas veces enojado, de alma a veces triste, un poco pesimista y desconfiado, pero con un gran corazón en desuso, ya puede ponerse en marcha hacia un futuro irisado.
Reflexionará, por ejemplo, de estos modos: Esto soy… así me encuentro… hay muchas cosas que no me gustan… quisiera ser de otro modo… ¿por qué yo?... ¿por qué a mí?... ¿cuándo empieza lo bueno en la vida?... me siento sin fuerzas… quiero, pero no puedo… ¿de verdad merezco el esfuerzo?... ¿puedo salir de esto?...
Aceptación.
Este es el principio.
Si uno se acepta, la Autoestima comienza a regenerarse.
Siempre creíste en ti, aunque no te dieras cuenta.
Tienes la necesidad de tu propio amor.
Acéptate.
Esto es lo que eres.
Esto es lo que tienes: a ti.
Y es suficiente para comenzar.