CAPÍTULO 185 - RECCIONAR A LA DEFENSIVA EN VEZ DE ESCUCHAR
–NO PERMITIR NINGÚN TIPO DE VIOLENCIA-
Este es el capítulo 185 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER
Esta actitud es más habitual en los hombres, aunque algunas mujeres también cometen el mismo desacierto.
Sucede cuando la mujer tiene un concepto un poco negativo de su pareja, porque ya le ha hecho muchas jugarretas o le ha contado muchas mentiras, y entonces cree adivinar lo que ha hecho o lo que le va a decir y ya tiene un pre-juicio desventajoso antes de que hable.
En el caso del hombre, lo hace cuando no tiene la conciencia tranquila, cuando sabe que ha hecho algo que no debería hacer y sospecha que ha sido descubierto, o porque cree que ella siempre le está reprochando y le está atacando.
Estas actitudes suscitan una situación pre-juzgadora en la que uno no se da la oportunidad para poder escuchar con objetividad y hasta el final, sino que ya escucha previamente en su cabeza lo que imagina que va a escuchar, o ve por adelantado en su pensamiento lo que supone que va a ver. Al no haber apertura y neutralidad, ya todo va a aparecer contaminado.
Y hay que prestar mucha atención, porque el otro es el autor de lo que dice, no de lo que uno crea escuchar o quiera entender.
Los pre-juicios pueden estar equivocados, debido a su falta de imparcialidad. No siempre aciertan en su vaticinio.
En los casos que no hay una clara confianza, a lo que se capta o sospecha del otro casi siempre le ponemos previamente una etiqueta de duda o de negatividad. Y en lugar de tener apertura a la escucha atenta y hasta el final –primero-, al diálogo franco –después-, con la comprensión predispuesta desde el principio, lo que se hace es reaccionar como si uno fuera atacado.
Si uno está a la defensiva es, lógicamente, porque ve al otro como un atacante.
Desde esa actitud de conflicto belicoso, es difícil mantener un diálogo constructivo. En esta actitud guerrera sólo quedan como opciones la defensa o el ataque y no la concordia.
Acostumbrarse a escuchar hasta el final respetuosamente y sin pre-juicios, es el modo adecuado de conseguir comunicarse correctamente.
Y es muy recomendable hacer una interpretación correcta de las palabras o las intenciones del otro, así como también es mejor no precipitarse y caer en el error de interpretar sin tener toda la información o el conocimiento, y eso se consigue escuchando abiertamente y preguntando todo lo que no se tenga muy claro para poder emitir un juicio acertado o para poder actuar del modo óptimo. La mejor forma de comprobar que uno ha entendido lo que le han dicho, si es que queda alguna duda, es repetírselo al otro, comenzando por: “Dime si estoy en lo cierto, porque lo que yo he entendido es…”
Hay que tener esto muy en cuenta cada vez que se dialoga: “Entre lo que pensamos, lo que queremos decir, lo que creemos decir, lo que decimos, lo que queremos oír, lo que oímos, lo que creemos entender y lo que entendemos, existen ocho posibilidades de no entenderse”.
Si quieres saber tienes que escuchar. O te quedarás sin saber lo que te querían decir.
SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:
- Hay que tener paciencia a la hora de escuchar cuando nos habla alguien nos importa; no hacerlo así puede dar lugar a malos entendidos que pueden ser causa de desagradables conflictos.
- Si quieres saber, escucha. Si quieres comprender, pregunta.
- Escuchar es centrar la atención en lo que nos están diciendo, dedicar nuestra consideración a ello, y ser muy conscientes de comprender lo que nos dicen.
- En las conversaciones conviene no jugar a ser adivino, no presuponer ni dar por supuesto, no tener prejuicios, y escuchar con objetividad y atención todo lo que realmente nos dicen.
Francisco de Sales