SOBRE LA RISA Y EL SENTIDO DEL HUMOR
“No hay espíritu perfectamente conformado si le falta el sentido del humor”.
(Samuel Taylor C., Poeta Inglés)
El sentido del humor es un gran aliado para una vida feliz.
El sentido del humor va acompañado normalmente de alegría, aunque no siempre podemos estar alegres.
En el fluir de la vida, cuando nos golpean las desgracias y nos enfrentamos al panorama del dolor, superar ese dolor nos conduce de nuevo a la alegría.
“Si sabemos lo mal que se puede poner la vida, también sabemos lo bien que se puede poner”
(J. Richolson).
La auténtica alegría es una manera de experimentar el presente, independientemente de las circunstancias.
El sentido del humor es una herramienta valiosa, que nos ayuda a suavizar y sobrellevar las tragedias de la vida.
En verdad, un momento de humor en el momento justo puede sacarnos de la tristeza más rápido que ninguna otra cosa. Simplemente se trata de relajarse y reír.
La risa, en sí misma es beneficiosa porque nos ayuda a no tomarnos tan en serio. Cuando nos distanciamos de nosotros mismos y de nuestra situación, le quitamos importancia a las circunstancias, y vamos más allá de ellas. Podemos separarnos de nuestro malestar.
Con el humor como nuestro mejor aliado, no negamos nuestra situación: nos elevamos por encima de ella.
Por eso, parodiando a Neruda, “Confieso que he reído…” con la familia, con los amigos, en las reuniones, a solas, en los hospitales, en los funerales, en la iglesia.
Si pudiera contabilizar cuánto me he reído, sé que la risa superaría con gran ventaja a las lágrimas derramadas durante mi vida, y eso que también estas han sido bastantes… (Descontando las provocadas por la risa).
Cuando las mujeres maduras se reúnen, es muy probable que rían hasta que les salgan las lágrimas. La risa brota como reacción frente a historias que contamos de nosotras mismas. Es un popurrí espontaneo de sensaciones compartidas que surge de una charla sincera y veraz.
Las historias que se cuentan son relatos de esos que nos han podido suceder a cualquiera y que narran momentos pasados triunfantes o vergonzosos.
Las historias y la risa se van acumulando hasta entrar en ebullición, y el resultado es un estado general de diversión.
Esta sensación de hallarse entre personas de sensibilidad parecida, entre semejantes donde sientes que no necesitas ponerte una careta, donde no hay ninguna clase de jerarquías, es un atisbo del humor curativo, que reconoce y saca a la luz los problemas que nos unen en lugar de dividirnos. Es una porción de vivencias compartidas.
La risa de las mujeres, sobre todo a cierta edad, es un pozo profundo de sentimientos. Es la expresión del triunfo del espíritu sobre aquello que podía habernos destruido o convertido en unas amargadas.
Reír es la mejor forma de quitarle la insipidez a la existencia.
Una buena carcajada hace el milagro de despertar, de cancelar en el disco duro esa idea que se nos ha formado en la mente de lo que es la vida. Temores, ansiedades, y preocupaciones desaparecen cuando reímos. Simplemente porque el cerebro no puede mandar órdenes contradictorias.
Compartir momentos divertidos y vivir experiencias placenteras nos aparta de la negatividad.
Tener sentido del humor no es ser chistoso ni tampoco burlarse de los otros para provocar risa.
El sentido del humor es sacar chispa de las cosas que suceden, a las cosas que ocurren en la vida. Hace reír lo imprevisto, lo ilógico. Si nos fijamos, así están hechos los chistes… son cuentos (si son cortos, mejor) con un final absurdo, que es lo que provoca la carcajada.
Aprender a reírnos de nosotros mismos, tratar de buscar el lado humorístico de las cosas que nos suceden, son medios para desarrollar el sentido del humor.
El sentido del humor es un gran aliado de la tolerancia hacia nosotros mismos y hacia los demás. Quien tiene sentido del humor es humilde, sabe reírse de sus limitaciones, no está inflado de sí mismo.
“Nada determina más el carácter de una persona como la broma que la ofende.”
(Lichtemberg)
Si hasta ahora no has aprendido lo valioso del sentido del humor, si tiendes a tomarte la vida demasiado en serio, si no te permites bromear con cosas “serias”, si piensas que no tienes edad para estar de broma… no sabes de lo que te estás perdiendo.
Rodearse de personas con sentido del humor, y compartir con ellas historias humorísticas que conoces o que quizás tú mismo has vivido, hará tu vida más divertida.
Amén a lo que dice Rodrigo Díaz, escritor y taxista chileno: “De niños, somos alegres y despreocupados, y en la vejez, con suerte, volvemos a tomarnos la vida como un juego. A mí me gustaría mantener esa visión sin el paréntesis de esa madurez mal entendida”.
Los niños tienen una gracia innata; su risa es espontánea, sus ocurrencias y el ingenio natural de sus preguntas y respuestas son siempre motivo de risa y alegría.
“El sentido del humor brota, como dice don Bernardo García “Kini”, payaso con más de 40 años de experiencia, del candor y de la pureza; de la capacidad de observar la realidad con ingenuidad y asombro. Con ojos nuevos y sencillos”.
¿Porque no volver a ser como niños?
Si hay un rasgo que distingue nuestra humanidad, ese es el sentido del humor. (Todos sabemos que hay perros que sonríen, pero no se cuentan un chiste ni se echan una carcajada).
Aunque a Nietzsche se le ocurrió decir que el animal más sufriente de la tierra se vio obligado a inventar la risa.
Sin embargo hay quien piensa que el sentido del humor es una de las cualidades espirituales más elevadas.
“El sentido del humor supone creatividad e ingenio; implica un modo diferente de ver las cosas, y acaba con el exceso de seriedad con el que demasiadas veces enfrentamos la vida. Nos ayuda a vernos y ver las cosas desde diferentes perspectivas. Por tanto estimula nuestra creatividad.
El doctor William Fry, profesor de La Universidad de Stanford, considera que la creatividad y el humor son idénticos: “Ambos implican poner juntas dos cosas que no tienen una conexión obvia y crear una relación. Por tanto, el sentido del humor es un modo de pensar e interpretar la vida”.
Las virtudes de reír y hacer reír no siempre van juntas.
El Corán juzga que quien hacer reír al prójimo merece el paraíso, pero nada dice sobre el que sabe reír. Conozco gente poco hábil para hacer reír cuya risa es deliciosamente oportuna y contagiosa. También ellos merecen el paraíso.
Hay personas simpáticas por naturaleza, son personas que saben arrancar una sonrisa a los demás hasta en los momentos más delicados.
PARA TENER EN CUENTA:
“La persona con sentido del humor es más aceptada por quienes le rodean.Tener sentido del humor facilita una comunicación más abierta y sincera.Tener sentido del humor ayuda a mantener un mejor equilibrio interior”. (Psicología /Artículos, Web.)
1.-“El sentido del humor requiere una mente ágil y flexible, ya que los procesos de entender el chiste, encontrarlo divertido y reírse se sincronizan muy rápido”.
Según los estudios del científico británico Richard Wiseman, los chistes más graciosos y universales son los que utilizan el juego de palabras para crear una situación absurda.
Lo gracioso y absurdo activa un área en el cerebro que fabrica una sustancia llamada dopamina, también conocida como hormona de la felicidad.
Se ha demostrado que reír es saludable, ya que produce la aceleración del ritmo cardiaco y un aumento del aporte del oxígeno al cerebro. Además, ayuda a disminuir el estrés por lo que las personas con humor tienen un sistema inmunológico más sano, sufren un 40% menos de infartos y viven 4 años más que la media.
Humor y felicidad son genuinamente humanos y universales. La felicidad se asocia a llevarse bien con uno mismo y con el entorno. Para ello implica sobre todo el sentido de la vida y las relaciones con los demás.
Si uno puede reírse de los impedimentos para ser feliz, es que los puede superar”.
1.- Esto último es un pequeño extracto tomado del video: Proyecto de divulgación hecho por la universidad de Navarra:”El cerebro feliz”, donde se analiza el proceso del cerebro ante la risa y el sentido del humor. ¡Interesantísimo! Este es el link:
http://www.youtube.com/watch?v=faGnyGKqxYk&feature=player_embedded
