CÓMO SER MEJOR PERSONA Y MÁS FELIZ
Si en el universo no hubiera constantes, éste estaría envuelto en el caos. De hecho, posiblemente, el mundo tal y como lo conocemos no existiría. Esa existencia de constantes también se aplica a las relaciones humanas. Es decir, si no cultiváramos hábitos como el de la buena educación, la sociedad sería mucho peor de lo que es ahora.
Estamos en el terreno de la ética y la moral, y queríamos lanzar un decálogo de consejos o tips para ser mejor persona. Lograrlo, indefectiblemente, también ayuda a lograr una sociedad mejor.
SÉ AMABLE, SÉ FELIZ
Este es nuestro primer consejo. Basta solo con adquirir el hábito de dar los “buenos días” y las “buenas noches” para mejorar como persona tanto a nivel interno como en la relación con otros. Como el hábito requiere de práctica, para que no se os olvide, os recomendamos estas imágenes de buenos días cristianas que podéis colocar en el fondo de la pantalla, de vuestro móvil o pantalla de ordenador y así recordar lo importante que es en las relaciones humanas la educación.
CONOCER QUÉ ES LO CORRECTO DE LA MANO DE LOS SABIOS
La educación se puede convertir en solo un envoltorio si no se acompaña de buenos actos o buena fe. Es decir, de una buena reflexión ética y una buena moral en las relaciones interpersonales.
En este sentido, otro hábito interesante a añadir al día a día puede ser leer textos sobre ética. Cada uno tiene sus preferencias. Pueden ser de carácter cristiano, budista, judío o con origen en algún pensador griego.
Con esos textos sobre el buen ser, se pueden descubrir reflexiones que nos ayuden a iluminar dudas que teníamos sobre cómo comportarnos.
En fin, que no está de más saber cuál es la actitud correcta según los grandes sabios.
CONSERVA LAS AMISTADES
Quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Es un dicho antiguo, pero todavía tiene vigencia. Y es que la soledad no es buena. Puede convertir a los hombres y a las mujeres en personas agrias y desconfiadas. Y lo que es peor, hacerles perder la perspectiva de lo bueno y lo malo.
Además, como decía Séneca “La amistad siempre es provechosa“, tanto para quien la busca como para el que la encuentra. Ir por la vida sabiendo internamente que se tienen amigos nos hace mejores, más amables y nos dispone a ayudar a otros.
SABER PERDONAR Y OLVIDAR
Hay ofensas graves. Por supuesto. Pero, generalmente, en el día a día la mayoría son cuestiones que se pueden y se deben olvidar. Acumular pequeños odios te puede convertir en una mala persona. Mientras que ser flexible ante los errores y ofensas de otros permite construir una moral más optimista y benévola.
Además, científicamente, perdonar es bueno para la salud. Dado que el estrés puede provocar tensión producida por el rencor, liberarse de él a través del perdón, permite:
• Reducir la frecuencia cardíaca.
• Menor tensión arterial.
• Descenso del estrés cerebral.
• Mejora el sueño.
• Facilita las digestiones.
NUNCA DEJES DE JUGAR
En el juego está la ilusión y también la capacidad de conocer lo mejor de otras personas.
Freud, Aristóteles, Platón y hasta el propio Jesús de Nazaret daban mucha importancia al juego. Además de la ilusión, alrededor de él se congregan la inocencia, la confianza en la otra persona y, muy importante, la risa. Tres aspectos indispensables en una buena persona y que, generalmente, se olvidan en la madurez.
SER FLEXIBLE CONTIGO MISMO Y CON LOS DEMÁS
El perfeccionismo tiene dos caras. La buena es que se consiguen crear cosas bien hechas. La mala es que si no se es flexible con uno mismo o con los demás cuando las cosas no salen bien, las relaciones se enturbian.
Se suele decir que lo importante es la buena intención que uno le ponga a cualquier empresa. En cuanto a los resultados, hay muchos factores que intervienen. Cuando algo sale mal, no todo es culpa de quien está a cargo de llevarlo a cabo.
Por eso es importante ser flexible. Porque no hacerlo puede llevarnos: primero a ser mal educados, y segundo, a tratar mal a la otra persona o a nosotros mismos.
EQUILIBRIO ENTRE EDUCACIÓN Y LIBERTAD
Es de buena persona respectar la libertad a los demás. No obstante, cuando esas personas son los hijos, el miedo a que alguien les haga daño o se eduquen de forma incorrecta puede convertir a los padres en seres autoritarios, lo cual no es una virtud típica de las buenas personas.
Aquellas personas que se vean en esa encrucijada pueden recurrir a expertos que les enseñen a encontrar el punto medio entre educar y conceder libertad a la personas.
CONFÍA MÁS EN LA GENTE
Hay personas que desconfían en un primer momento de otras por experiencias pasadas negativas. Es lo que se llama Pistantrofobia. Desconfían como método de defensa a sufrir de nuevo. Han llegado a la conclusión -por una experiencia negativa con alguien- que es mejor y más seguro desconfiar de todo el mundo.
Hay otras personas en el polo puesto que actúan de forma contraria: confían en la gente a las primeras de cambio. No las prejuzgan y prefieren empezar una relación personal con buen pie.
El segundo grupo de personas que se aleja de ese “piensa mal y acertarás” suele ser más felices y cuentan con muchos más amigos.
FOMENTA LOS PENSAMIENTOS POSITIVOS
A veces, gestionar las emociones y los pensamientos que pasan por nuestra cabeza es tarea difícil. Pero es importante cultivar la inteligencia emocional y darle la vuelta a los pensamientos negativos y convertirlos en positivos y optimistas.
No hacerlo puede llegar a distorsionar la realidad o pensar mal de otras personas. Este último mal hábito puede ser el causante de que acabemos tratándolos mal. A veces, por cosas que ni han dicho o hecho.
CUIDA TU SALUD
Men sana in corpore sano. El deporte y cuidarse en general ayudan enormemente a sentirse bien, eliminar estrés y dormir bien. Esto afecta positivamente al estado de ánimo y promueve el optimismo. Desde ahí, desde la convicción de que las cosas pueden mejorar es de donde parte la esencia de las buenas personas.
Haz deporte a tu ritmo, sin sufrir. Y aliméntate bien para que cuerpo y tu mente funcionen mejor.
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