CUANDO ME OLVIDE…
Recuérdame que no estoy aquí para salvar ni reparar a otro ser humano.
Que todos están viviendo su perfecto camino del cual nada sé y por tanto no puedo juzgar como correcto o inadecuado.
Que acierto cuando ofrezco mi mano y cuando la retiro si no es tomada.
Recuérdame que no quiero usar las relaciones para llenar el vacío de mi propia ausencia, que eso no es amor sino dependencia.
Recuérdame que interpreto todo lo que veo, lo que siento y lo que escucho desde mi filtro y que este es siempre parcial y limitado.
Que elijo dejar de hacer del pasado causa, para maravillarme de cómo el presente se libera a sí mismo al no encarcelarlo con historias inventadas basadas en suposiciones.
Recuérdame que escuche y guarde silencio si no soy preguntada.
Ayúdame a dejar así a mi orgullo y mi arrogancia.
Que lo que quiero de verdad es morar más a menudo en mi mente callada.
Que he probado todas las emociones y que, aunque vuelvan, su juego es siempre impermanente.
Recuérdame que, aunque viva la paz como un estado efímero, quiero seguir eligiéndola por encima de todo.
Que es mi deseo dejar de analizar la vida para simplemente vivirla.
Que cada vez tengo menos respuestas y, lo mejor de todo, menos preguntas.
Autora desconocida