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 NO EXISTE UNA BUENA PERSONA, EXISTE QUIEN INTENTA SERLO.



Diciembre 04, 2021, 05:37:02 am
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Desconectado Francisco de Sales

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NO EXISTE UNA BUENA PERSONA, EXISTE QUIEN INTENTA SERLO.
« en: Diciembre 04, 2021, 05:37:02 am »
NO EXISTE UNA BUENA PERSONA, EXISTE QUIEN INTENTA SERLO.


En mi opinión, asumir el contenido de esta frase es una hermosa lección de humildad y un buen recordatorio para esos que llegan a tener lo que se podría denominar como “un ego espiritual” o un concepto de sí mismos que tal vez esté por encima de la realidad.

Si uno lo piensa bien se da cuenta de que hasta el hecho de decir o pensar “yo soy muy modesto” o “soy el más humilde” no deja de ser una exhibición del ego.  Cuando uno presume –aunque no lo manifieste- de ser “muy…”, o “el más…”, o “el menos…”, lo que esconde detrás es un ego que se disfraza de modestia, de humildad o de espiritualidad.

Es muy complicado ser una buena persona. Requiere cumplir bastantes condiciones que son de difícil cumplimiento… o muy fáciles, dependiendo desde dónde se las plantee uno.

Una buena recomendación es comenzar por aprender a conocer y controlar la parte mala del ego, porque es una de las principales dificultades para el desarrollo de la persona como Ser Humano.

Hay otras cosas que es fundamental conocer, desarrollar y aplicar. Por ejemplo, la humildad, la modestia, la sencillez, la caridad, la empatía, el respeto… cualquiera de estas virtudes nos va a proveer de esa paz interior espiritual necesaria para poder eludir las ambiciones y las tentaciones del ego.

Una persona humilde reconoce sus propias limitaciones y obra de acuerdo con ese reconocimiento. No es un presuntuoso que pretenda ser o aparentar lo que no es, lo que no está al alcance de su naturaleza. Aunque hará lo posible por desarrollar su humildad, desde esa misma  humildad no hará ostentación de lo que es y menos aún de lo que no es. Desoirá al ego sin alterarse. No entrará en exhibiciones presuntuosas, o en los delirios de una grandeza que no tiene; no creará un personaje falso para impresionar a los otros porque sabe que esa no es su voluntad sincera. Desde la humildad se ve todo más natural y se aprecia con claridad lo innecesario de aparentar o de aspirar a algo que luego no va a satisfacer a quien realmente es.

Una persona modesta no caerá víctima de la vanidad, que es otro de esos deslices que le distraen a uno de su Camino. La sencillez rechaza cualquier vanagloria o deseo de aparentar. Las personas más especiales son sencillas. La apariencia ostentosa es una manifestación de orgullo o de ego, mientras que la sencillez prefiere lo simple, lo puro, lo natural, lo que permite a uno manifestarse con la tranquilidad de estar siendo quien realmente es.

Una buena persona nunca termina de formarse. Siempre quedan aspectos con posibilidades de perfección para su desarrollo completo. No hemos de quedarnos solamente en el afán de querer ser buenas personas, sino que hemos de escuchar la voz interna que sabe que aún quedan más cosas buenas dentro de nosotros y que aún queda espacio para el mejoramiento -pero sin que haya vanidad por detrás-; eso es lo que nos acerca aún más a la bondad.

Una persona amable o feliz es una persona que tiene clara y honradamente diseñada su escala de valores. Distingue lo que es importante –y lo valora como tal- de aquello a lo que simplemente se le da una importancia artificial de la que carece por sí mismo. No se deja engañar, no se deja distraer. La persona que está en el Camino de la bondad difícilmente se distraerá, porque aquellas cosas que a otros deslumbran y atrapan no harán efecto en ella. Esa naturaleza bondadosa que uno trata de fomentar requiere paz en el alma, ausencia de ambición e interés sincero por la vida y por los otros.

Quien pretenda desarrollarse como una buena persona tendrá que aprender a perdonar y a olvidar. También a perdonarse. Para eso se requiere tener flexibilidad y apertura con las propias ideas y con las de los otros, estar abierto y no poner trabas al aprendizaje, al desprendimiento de lo inútil y a la fuga de todo aquello que nos amarra a un personaje que no queremos seguir representando.

Será bueno que las personas interesadas en su Mejoramiento Personal se lo tomen con interés y atención, y que le den a la observación atenta de uno mismo el tiempo y la preponderancia que eso requiere.

Hay que estar pendiente también –para ser mejorado- del optimismo, de la amabilidad, del agradecimiento y el altruismo y vigilar las jugarretas de la mente cuando es autónoma y se convierte en nuestra enemiga; parece demasiado evidente, pero hay que eliminar todo aquello que de algún modo esté relacionado con el mal o lo malo, la intención ruin, el odio o la venganza, la intención de lastimar…

Ayudarse uno mismo y ayudar a los otros es imprescindible. Ser el pilar de apoyo cuando alguien lo necesite es de buenas personas. Interesarse por los otros es de generosos. Cuidarles es noble.

Ya adelanto que ser una persona definitivamente buena es imposible. Nunca se alcanza porque, afortunadamente, siempre queda la posibilidad de seguir mejorando y repercutirlo en ser una buena persona. Quien tiene firme esta intención tal vez algún día lo consiga.

Te dejo con tus reflexiones…


 

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