ABUSOS SEXUALES EN LA ADOLESCENCIA: INFORMACIÓN PARA PADRES Y MADRES.
Dra. Iratxe López. Psicóloga Clínica
En este post vamos a entrar de lleno a hablar sobre abusos sexuales en la adolescencia, ya que, es un tema que cada vez preocupa más a padres y madres. Hablamos de agresión sexual cuando tiene lugar cualquier contacto sexual que no es aceptado por una de las partes. Es decir, cuando una de las partes no ha dado su consentimiento. Teniendo esto en cuenta, tenemos que tener claro entonces que una agresión sexual no siempre incluye relaciones sexuales. La agresión sexual incluye cualquier contacto con las partes privadas del cuerpo (por ejemplo, pechos, genitales, glúteos, etc.) no deseado, no acordado o forzado a alguien.
La agresión sexual puede ocurrir entre dos personas que están en una relación romántica. Y también puede ocurrir entre conocidos o entre extraños. De hecho, la mayoría de mujeres con las que he trabajado en terapia han sufrido los abusos por parte de conocidos.
Por su puesto, tanto los chicos, como las chicas pueden ser víctimas de agresiones sexuales. Sin embargo, en este post me centraré en las mujeres adolescentes, ya que, es el colectivo con el que suelo trabajar.
Si tu hija adolescente ha sido agredida sexualmente, puedes ayudarla a sentirse segura en vuestro hogar y tomar las medidas necesarias. Además, seguro necesitará ayuda y apoyo para recuperarse a nivel físico, psicológico y/o social de los abusos sexuales en la adolescencia.
¿QUÉ ES EL CONSENTIMIENTO?
El consentimiento significa hacer una elección activa para estar de acuerdo. Si tu hija adolescente sintió que no tenía elección, no dio su consentimiento. Si alguien trata de convencer a tu hija para que haga algo sexual, incluso si ya lo ha hecho con esa persona antes, pero ahora realmente no quiere hacerlo, tiene derecho a decir «no».
Por ejemplo, una persona no puede dar su consentimiento en las siguientes situaciones:
o Es amenazada, coaccionada verbalmente o forzada físicamente.
o Está bajo la influencia del alcohol u otras drogas.
o No entiende las consecuencias del contacto sexual.
o No tiene la edad para dar su consentimiento sexual.
o Está inconsciente o semiconsciente.
¿QUIÉNES SON LOS AGRESORES Y LAS VÍCTIMAS?
Los adolescentes que cometen abusos sexuales no tienen por qué tener problemas en casa (contrariamente, a lo que muchas veces creemos). Una de las causas principales de estos eventos es el mal uso del poder y el control por parte del autor. Esto puede tomar muchas formas, incluido el uso de la fuerza física o amenazas, intimidación, manipulación, acosando o aislando a tu hija de amigos u otros apoyos.
Cualquier adolescente puede ser víctima de agresión sexual sin importar su identidad de género u orientación sexual: mujer o hombre, gay, lesbiana, bisexual, transgénero, LGBTQ o heterosexual. Además, como decía antes, por lo general, el autor es alguien que el adolescente conoce y en el que confía, como un novio o novia, un amigo, compañero del instituto… Aunque, por supuesto, a veces un extraño puede ser quien lleve a cabo los abusos sexuales.
LA VÍCTIMA NUNCA ES CULPABLE
En situaciones de abuso sexual, a veces, y sin que esa sea la sensación, se tiende a culpabilizar a la víctima. Por eso quiero dejar claros los siguientes puntos:
o Si tu hija adolescente ha sufrido una agresión sexual, no es culpa de tu hija.
o Si tu hija ha sufrido una agresión sexual, no tiene nada de qué avergonzarse.
o La agresión sexual no ocurrió debido a la forma en que se vistió tu hija, el lugar por el que pasaba o la forma en que se comportó.
o La agresión sexual tampoco es tu culpa. No sucedió por la forma en que has criado a tu hija.
La agresión sexual ocurre cuando la persona responsable de la agresión abusa del poder, incluso si esa persona no tiene intención de hacerlo.
¿QUÉ HACER SI TU HIJA ADOLESCENTE TE CUENTA UNA AGRESIÓN SEXUAL?
Si tu hija adolescente ha sido agredida sexualmente, probablemente estará muy angustiada. Puede llorar, estar enfadado, minimizar o negar el abuso, etc. O podría mantenerse fría (como congelada en sus emociones) y no mostrar ningún signo externo de malestar o angustia.
Hay cosas que puedes hacer para apoyar a tu hija cuando te esté contando sobre la agresión sexual:
o Escucha lo que dice tu hija sin interrumpir. Evita preguntar «por qué» o preguntas que requieran responder con detalles. Simplemente deja que tu hija hable sobre la experiencia.
o Mantén la calma por fuera, incluso si sientes muchas emociones fuertes, como enfado, preocupación, culpa, etc., por dentro.
o Cree lo que tu hija te está diciendo, incluso si es molesto o no te gusta escucharlo. Dile a tu hija que le crees, incluso si te das cuenta de que los detalles son incompletos o la información parece exagerada.
o Dile a tu hija que no tiene la culpa, y recuérdate que tu tampoco tienes la culpa.
o No asumas nada sobre lo que sucedió o cómo se siente tu hija.
o Es importante que estés cerca de ti hija por si acaso quiere quiera compartir más. Esto podría suponer que te quedes en casa con tu hija, tómate un tiempo libre en el trabajo, vete a buscarla al centro escolar, etc.
o Pregúntale a tu hija cómo puedes ayudarla a sentirse segura y querida.
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¿QUÉ HACER DESPUÉS DE UNA AGRESIÓN SEXUAL?
Después de una agresión sexual, muchos padres y madres quieren que su hija tome medidas. Esto podría incluir poner una denuncia en la policía, buscar atención médica, iniciar procesos legales… Lo más importante es que podáis explorar e investigar las posibles consecuencias de tomar dichas medidas. El objetivo es que decida lo que decida tu hoja, pueda tomar una decisión informada.
Puedes ayudar a tu hija encontrando servicios y profesionales de referencia disponibles que pueden ayudarla después de haber sufrido una agresión sexual. Será importante también que cuando tu hija decida qué hacer, puedas apoyarla y aceptar sus decisiones.
AYUDA PSICOLÓGICA DESPUÉS DE ABUSOS SEXUALES EN LA ADOLESCENCIA
La agresión sexual es una experiencia traumática. Si tu hija adolescente ha sido agredida sexualmente, un psicólogo puede ayudarla en los siguientes ámbitos, entre muchos otros:
o Trabajar los sentimientos de ira, tristeza o culpa.
o Regular los cambios en los patrones de sueño, apetito, comportamiento, pensamientos, recuerdos o pesadillas que causan ansiedad o angustia.
o Trabajar el conflicto y/o la poca comunicación con otras personas en la familia.
o Ayudar a solucionar los problemas para ir al colegio, la universidad o el trabajo.
Además, la ayuda de un psicólogo puede ayudar, no solo a tu hoja, sino también a ti y a tu familia a comprender cómo la agresión sexual os ha afectado a todos.
Por otro lado, algunas adolescentes se benefician de la ayuda psicológica en el momento en el que ocurre el abuso. Sin embargo, es posible que otras adolescentes necesiten más tiempo y no estén listas para recibir apoyo psicológico justo después de que ocurran los abusos, pero podrían beneficiarse de recibir ese apoyo más adelante.
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