Lo más ofensivo que pueda lanzarte a la cara tu peor enemigo no se compara con lo que tus amigos más íntimos hablan de ti a tus espaldas.
(Louis Charles Alfred de Musset)
Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz.
(Leonardo Da Vinci)
Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.
(Sigmund Freud)
Habla para que yo te conozca.
(Sócrates)
Toda lengua es un templo en el que está encerrada el alma del que habla.
(Oliver Wendell Holmes)
Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una sola lengua es porque se debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar.
(Marquesa de Sévigné)
Mucha gente cree que discrepa de los demás y lo que pasa es que no tienen valor para hablar unos con otros.
(John H. Newman)
Me he arrepentido de haber hablado, pero nunca de haber guardado silencio.
(Publio Siro)
Hablamos muy poco, excepto cuando la vanidad nos hace hablar.
(François de la Rochefoucauld)
Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.
(Confucio)
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
(Madre Teresa de Calcuta)
Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos.
(Juan Donoso Cortés)
Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga.
(Mahatma Gandhi)
Lo que es digno de hacerse, es digno de que se haga bien.
(Conde de Chesterfield)
Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse.
(Nicolás Maquiavelo)
Lo que no quieras que los otros te hagan a ti, no lo hagas a los otros.
(Confucio)
No sabré hacerlo, no ha producido jamás buen resultado. Probaré a hacerlo, ha obrado casi siempre maravillas. Lo haré, ha conseguido milagros.
(Anónimo)
Su divisa era ésta: todo lo que merece ser hecho, merece también ser bien hecho.
(André Maurois)
Haz lo que puedas, con lo que tengas, estés donde estés.
(Theodore Roosevelt)
Si encomiendas a un hombre más de lo que puede hacer, lo hará. Si solamente le encomiendas lo que puede hacer, no hará nada.
(Rudyard Kipling)