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 ¿CUÁNDO IR AL PSICÓLOGO?



Enero 25, 2012, 06:06:54 am
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¿CUÁNDO IR AL PSICÓLOGO?
« en: Enero 25, 2012, 06:06:54 am »
¿CUÁNDO IR AL PSICÓLOGO?


Me siento mal, ¿he de recurrir a un psicólogo? Si te haces esta pregunta, no te preocupes, le pasa a mucha gente. Y, sí, un profesional puede ayudarte a superar un mal momento vital.

Si estas pensando en ir a un psicólogo, debes saber que eso no significa que seas más débil que los demás; solo estás en un momento difícil de tu vida. En realidad, la decisión implica madurez, ya que estás intentando superar algo que de desestabiliza. Cualquier persona puede ir a un psicólogo. A veces se cree que las mujeres y los niños, por parecer más débiles emocionalmente, son los que más solicitan la ayuda de un psicoterapeuta. Nada más lejos que la realidad: los hombres también sufren conflictos emocionales y necesitan realizar una terapia.
Hacer terapia psicológica no es un signo de debilidad, sino un intento consciente de superar los problemas.


DETERMINAR SI HAY UN PROBLEMA

El primer paso debe ser asegurarte de que sufres un problema que necesita de ayuda profesional. Para determinarlo, considera los siguientes aspectos:

• Que el malestar que sientes se extienda demasiado en el tiempo.
• Que sea de gran intensidad.
• Que interfiera y deteriore tu vida social, laboral, familiar o personal.
• Que hayas intentado solucionarlo por tu cuenta, sin éxito.
• Que tu malestar no se deba a algún acontecimiento externo reciente. No hablaríamos de ningún trastorno si estás triste o demasiado tras haber sido despedido del trabajo. ¡Sería una reacción normal! (si no se prolonga mucho)

En cualquier caso, si eres reticente a ir a un psicólogo tienes otras opciones:

• Intenta resolver el conflicto tú mismo. Piensa en qué te ocurre, en el porqué, en cómo puedes actuar para cambiar tu estado.
• Habla con un amigo. Podrá tranquilizarte un poco. Te puede venir bien charlar con alguien que haya pasado por algo similar.
• Lee algún manual de autoayuda para conocerte mejor. Aunque estos libros están escritos de forma genérica, sin considerar las circunstancias de cada uno.
• Solicita tratamiento psicológico a tu médico de familia, quien te enviará a un psicólogo de la Seguridad Social. Lo malo de esta opción es que las posibilidades de elección no son muchas y que las sesiones de terapia pueden distanciarse demasiado en el tiempo.


POR DÓNDE HAY QUE EMPEZAR

La variedad de problemas que pueden verse en una consulta de psicología es muy amplia. A ella pueden acudir personas que se encuentran deprimidas, ansiosas, con problemas sexuales, con algún tipo de adicción (, juego, drogas, alcohol, etc.), con conflictos de pareja, con dificultades para dormir, que buscan apoyo psicológico para una enfermedad de tipo medico o simplemente, que están descontentas consigo mismas y desean cambiar su estilo de vida. Si has detectado el problema y consideras que el psicólogo puede guiarte en el camino hacia su solución, debes contactar con el profesional que te parezca más idóneo. Hay varias formas de hacerlo:
1.   El boca a boca. Conocer, a través de otras personas, las características que tiene tal o cual psicoterapeuta.
2.   Acudir al Colegio Oficial de Psicólogos de tu provincia, al que debe estar adscrito todo psicólogo que ejerza. Allí te pondrán orientar de cuál es el coste aproximado por sesión, aunque no es vinculante (puedes encontrarte con profesionales que te cobren por encima o por debajo de esa cantidad), pero sí puede orientarte.
3.   Valorar tú si el psicólogo elegido es el más adecuado, algo que podrás hacer tras las primeras sesiones, e incluso en la primera (si tienes muy claro que no es el profesional que necesitas).
¿Psicólogo o psiquiatra?
Puede que te preguntes si no tendrías que ir mejor a un psiquiatra en vez de a un psicólogo. Se suele pensar que los que van al psiquiatra son los que peor están, aquellos que necesitan una terapia más dura. Sin embargo, no es así. La diferencia entre ambos profesionales estriba en su formación y, por tanto, en las técnicas que siguen para resolver los conflictos: El psiquiatra, como médico que es, tiene una visión fisiológica de los trastornos psicológicos, por lo que su estrategia para el tratamiento gira en torno al uso psicofármacos. El psicólogo considera que estos trastornos son consecuencia de aprendizajes erróneos y de una forma de pensar poco adecuada. Su estrategia se centra en el lenguaje. Estas dos ópticas distintas (psicólogo y psiquiatra) no son excluyentes, sino que muchas veces la labor del psicólogo se complementa con el uso de medicamentos que solo puede prescribir un médico.


LA REGLA DE “LOS TRES CUÁL”


Para saber si el psicólogo al que piensas recurrir es el más adecuado para ayudarte, plantéate las preguntas de los “tres cuál”:

1.   ¿Cuál es su experiencia?
Deberías saber cuestiones como sus años de experiencia, los casos que ha tratado, el tipo de trastornos que ha visto o los pacientes que trata (si tiene alguna especialización).
2.   ¿Cuál es su formación?
Entérate de qué terapias aplica. Existen diferentes escuelas dentro de la Psicología Clínica: Psicoanálisis, Gestalt, Psicodrama, Análisis Transaccional, Programación Neurolingüística, Terapia Cognitivo-conductual, etc. Además, debes saber si tiene formación complementaria, como cursos de especialización, etc.
3.   ¿Cuál es el precio de la sesión?
La terapia psicológica hay que pagarla. Puede ocurrir que todas las sesiones cuesten lo mismo, que las dos o tres primeras cuesten algo más, o que el terapeuta te haga un presupuesto global, indicándote cierto número de sesiones. El precio es muy relativo y va en función de factores como la experiencia del profesional, formación, la ciudad, etc. Es difícil un importe exacto por sesión, pero, hoy por hoy, no será menos de 40 o 50 euros.


¿QUÉ OCURRIRÁ EN LA TERAPIA?


El psicólogo no va a “curarte”, sino que te ayudará a solucionar tus conflictos, intentando que cambies aspectos de tu comportamiento y pensamiento que no te benefician. Durante el proceso terapéutico te dirá qué progresos estás haciendo. A cambio, tú has de seguir las indicaciones del psicólogo y cumplir las tareas para casa. Debes tener en cuenta el tipo de formación del psicólogo, ya que existen técnicas diferentes, como hipnosis, regresión, relajación, etc. La corriente terapéutica más actual y exitosa, la cognitivo-conductual, se basa en que la modificación de los pensamientos provoca un cambio de conducta. Si vas a un profesional con esta orientación, la terapia seguirá estas etapas:

• Evaluación: el psicólogo plantea una posible explicación de tu malestar y sus consecuencias para ti.
• Tratamiento: aplicación de técnicas para ayudarte a resolver el conflicto. El psicólogo puede considerar oportuno complementarlo con psicofármacos, para lo cual te mandará a un psiquiatra o a tu medico de cabecera. También puede solicitar que vaya a la consulta un familiar o amigo a dar una versión distinta acerca de ti, con el fin de ayudarte.
• Seguimiento: se observan los resultados logrados. La duración de la terapia depende de elementos tan variables como tu personalidad, el problema que presentas, la relación que se crea entre tú y el psicólogo, o el apoyo externo con el que cuentes. El terapeuta te puede orientar diciéndote en cuanto tiempo


¿CUÁNTO DURA LA SESIÓN?


Es normal que en la primera sesión estés nervioso y sientas como si desnudaras tu interior ante un extraño. Recuerda que no va a juzgarte y que guardará el secreto profesional. Normalmente, una sesión de psicoterapia dura en torno a una hora. Suele realizarse en la consulta, aunque a veces, y por cuestiones terapeutas, puede ser en otro sitio, ya sea un parque, una cafetería o, incluso, tu casa. La frecuencia entre sesiones es mayor según pasa el tiempo, llegando a realizarse una sesión cada tres meses o de forma anual en el periodo de seguimiento.


¿CUÁNDO ACABO EL TRATAMIENTO?


Para decidir cuándo hay que dar por finalizado el tratamiento, ten en cuenta estos aspectos:

• Cómo te encuentras. ¿Te sientes capaz de afrontar las situaciones difíciles que la vida puede depararte en el futuro? Recibir ayuda psicológica no te inmuniza ante el dolor.
• La opinión de tu psicoterapeuta. Él sabe cómo llegaste y cómo estás ahora. Confía en él.
• Tus familiares y amigos. Seguro que han percibido tus cambios. Antes de finalizar el tratamiento, consulta qué debes hacer si sufres una recaída. Te dará tranquilidad. Es mejor que no trabes amistad con tu psicólogo, porque si vuelves a requerir sus servicios, la relación ya no será la misma. Así que, una vez que acabe la terapia, y tras las sesiones de seguimiento, no vuelvas a tener contacto con él.


(Revista: Psicología Práctica
Texto: Manuel Salgado, psicólogo clínico)






 

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