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 ¿A QUIÉN CONSULTAR, AL PSIQUIATRA O AL PSICÓLOGO?



Enero 04, 2023, 05:55:21 am
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¿A QUIÉN CONSULTAR, AL PSIQUIATRA O AL PSICÓLOGO?
« en: Enero 04, 2023, 05:55:21 am »
¿A QUIÉN CONSULTAR, AL PSIQUIATRA O AL PSICÓLOGO?

¿A quién consultar al psiquiatra o al psicólogo? Este es un error que con frecuencia se comete pensando que psiquiatras y psicólogos son una misma cosa, y que hacen lo mismo. O incluso creer que los psiquiatras y los psicólogos son “doctores”, en el sentido coloquial del término, es decir médicos de la mente. Mucha gente cree que ir al psicólogo es mejor, o que está mejor visto, o que es menos arriesgado que ir al psiquiatra. Al psicólogo van las personas sanas que tienen problemas, al psiquiatra los enfermos mentales graves y los “locos”. Craso error. Los psiquiatras y los psicólogos solemos ser espectadores pasivos de esas controversias y errores. La mayor parte de las veces colaboramos y convivimos de forma científicamente amistosa y fructífera. Es verdad que puede haber confusiones la mayor parte de las veces fruto del desconocimiento, pero las controversias y enfrentamientos estériles entre los profesionales son casi siempre fruto de intereses personales o económicos y nada científicos, o de la mala formación recibida. ¿De donde nacen las controversias y errores? Trataremos de explicarlo de la forma más ecuánime posible, a pesar de que el autor de estas líneas sea un psiquiatra.

¿PSIQUIATRA O PSICOLOGO?: ESA ES LA CUESTION

El principal motivo de confusión es pensar que el psicólogo es algo así como un médico de la mente para gente normal, mientras que el psiquiatra es un médico para “locos”. El viejo estigma de la locura, de la marginación de los enfermos y las enfermedades mentales, la larga sombra de los manicomios, ha hecho que con frecuencia al psiquiatra se le vea como un médico extraño, raro, un poco “loco”, algo parecido a los enfermos que trata.
La enfermedad mental, la locura, genera mucho miedo en las personas y en la sociedad, y ese miedo se generaliza, se expande y se asocia a los enfermos mentales, a sus familias y a los médicos que los tratan. Antiguamente, muchas veces los psiquiatras eran simples médicos generales, aficionados a las cosas de la mente, que se formaban con más voluntad que ciencia. Así pues, parece lógico que se equipararse psiquiatría con locura, aunque en realidad el psiquiatra no es más -ni menos- que un médico, un médico que se ha especializado en las enfermedades y los enfermos de la mente.
Los psiquiatras son por lo tanto médicos especialistas, que tras seis años de carrera, han de pasar por un examen de especialidad (el MIR), y luego cuatro años de formación antes de lograr el título que les capacita para trabajar como tales. Así pues, la formación psiquiátrica es semejante a la de cualquier otra especialidad médica o quirúrgica, y se realiza con los mismos criterios de rigor científico y técnico. Existe incluso una Comisión de la Especialidad que vela por el correcto cumplimiento de los planes formativos y diversas sociedades científicas nacionales e internacionales que la avalan con sus planes de investigación, docencia y difusión de los conocimientos. En síntesis, en la actualidad ser psiquiatra es ser un médico que ostenta una titulación general y una especialización avalada por criterios y regulaciones técnicas y científicas. Ya no hay “aficionados” a la psiquiatría, hoy no se puede ejercer como psiquiatra sin ser especialista en la materia.

Por otra parte, psicólogo es una persona que estudia su disciplina en una facultad de psicología, donde tras cinco años de carrera se licencia con una titulación general no especializada. Es decir el psicólogo no es médico, ni es especialista en psiquiatría. Ahora bien, como ocurre con los médicos, una vez acabada la carrera de psicología, este título les capacita para dedicarse a muchas ramas o especialidades, entre ellas la clínica, es decir la que se ocupa del estudio y abordaje de los problemas psíquicos de las personas, y de las  patologías de los enfermos mentales. No todos los psicólogos tienen formación clínica, ni pueden dedicarse al estudio y tratamiento de las enfermedades mentales, pues de hecho hasta hace relativamente poco tiempo no han existido los planes de formación especializada en clínica para los psicólogos.

En la actualidad, los psicólogos una vez acabados los cinco años de carrera, pueden realizar una formación especializada de tres años de duración, tras superar un examen semejante al de los médicos, el PIR. Esa vía garantiza una formación sólida y rigurosa, que les capacita para enfrentarse con los problemas psíquicos. Sin embargo, y por desgracia, muy pocos psicólogos alcanzan esa formación, dada la escasa tradición y la limitación de plazas para formarse. A nuestro entender, esa capacitación es absolutamente imprescindible para ejercer la psicología clínica, ya que de no hacerse así, es como si cualquier médico no especialista ejerciese la psiquiatría. La psiquiatría es una especialidad, la psicología clínica también, y ambas deberían realizarse con semejantes criterios de exigencia y rigor formativo.
Ahora bien, supongamos que tenemos dos profesionales, el psiquiatra y el psicólogo especializado en clínica. ¿Qué es lo que pueden hacer y hacen cada uno de ellos? ¿A quién debo acudir si tengo una enfermedad o trastorno psíquico? Pues bien, la respuesta es sencilla. ¿A quién acudimos cuando tenemos una gripe o una artrosis?: al médico. Pues si cree que tiene una depresión o una psicosis, a quien tiene que ir a su médico. Las enfermedades mentales son “enfermedades”, no nos cansaremos de repetirlo. Y su médico, el de su equipo de salud primaria, será el que le podrá orientar, el que le enviará a su centro de Salud Mental si lo estima necesario. Como  allí trabajan siempre psiquiatras y psicólogos, ellos serán los que deberán “repartirse” las tareas clínicas necesarias y precisas para hacer el diagnóstico y el tratamiento de su caso.
Habitualmente, los psicólogos realizan tareas de diagnóstico, mediante historias clínicas y tests o pruebas de psicometría, y se ocupan de la psicoterapia cuando es precisa para el tratamiento. Por su parte los psiquiatras realizan el diagnóstico, mediante el uso de la historia clínica y exploraciones o pruebas complementarias, así como los tests o pruebas psicométricas y psicodiagnósticas. Y en cuanto a los tratamientos, los psiquiatras pueden utilizar los psicofármacos, las psicoterapias  y todas las terapéuticas médicas habituales. Los psicólogos, sin embargo no pueden – legalmente – recetar psicofármacos ni ningún tipo de medicamentos.

¿PSIQUIATRA O PSICÓLOGO?

Visto lo anterior, parece que lo lógico y deseable sería que entre ambos hubiese un alto grado de cooperación en el estudio y tratamiento de los pacientes psíquicos. Sin embargo, por desgracia no siempre es así. Quizá por falta de medios y recursos, por falta de formación, por enfrentamientos personales, o por intereses diversos. Muchas veces los psiquiatras asumen el tratamiento de sus pacientes sin solicitar la ayuda de psicólogos; y muchos psicólogos, sobre todo en el ejercicio privado, hacen lo mismo. En el caso de los psiquiatras el problema no es tan grave. Más serio puede ser que el psicólogo no solicite la colaboración del médico y prive al enfermo de la ayuda farmacológica absolutamente necesaria para restablecer su salud mental. En resumen, en la actualidad no hay ninguna duda de que los psiquiatras y los psicólogos clínicos son “dos especialistas condenados a entenderse”. Ahora bien a ambos se les deben exigir una formación con criterios científicos y técnicos sólidos, tal como garantiza el sistema español de especialización sanitaria, a través del sistema MIR para los médicos, y del PIR para los psicólogos.

https://www.josecarlosfuertes.com/psiquiatra-o-psicologo-a-quien-consultar/


 

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