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 MI MADRE DESTRUYÓ MI AUTOESTIMA Y NO CONSIGO SUPERARLO.



Enero 31, 2023, 06:09:36 am
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Desconectado Irene Zambrano

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MI MADRE DESTRUYÓ MI AUTOESTIMA Y NO CONSIGO SUPERARLO.
« en: Enero 31, 2023, 06:09:36 am »
MI MADRE DESTRUYÓ MI AUTOESTIMA Y NO CONSIGO SUPERARLO.

Aunque jamás he pensado que mi madre destruyó mi autoestima, cada día soy más consciente del importante papel que tuvo ella en la formación de mi falsa autoestima.
En este artículo vas a entender mucho mejor de dónde viene lo poco que te respetas, aunque a los demás les hayas hecho creer lo contrario.
Ten en cuenta que el conocimiento es poder y cuanto más sepas de ti misma más capacitada estarás de afrontar las consecuencias de todo lo que ha pasado en tu vida, para poder seguir hacia delante.
Normalmente le doy mucha caña a la figura del padre, porque parece ser que es de donde vienen la mayoría de tus traumas, pero no es así. No puedes dejar pasar el papel de tu madre porque es tanto o más importante que el de tu padre.
Como mujer adulta que eres, mantienes con tu madre una buena relación. Para ti es una relación especial, es la única madre que tienes y tendrás nunca, pero en el fondo le guardas ciertos rencores que se manifiestan más a menudo de lo que te gustaría.
Con tu madre tienes un conflicto, un amor-odio que afecta a tu vida más de lo que te imaginas.
Si la relación con tu madre no es sana, es muy complicado que puedas tener paz mental en el resto de áreas de tu vida.
Si:
–          Tienes mucho estrés
–          A tu día le faltan horas
–          Y no duermes lo suficiente, de acuerdo.
Pero los conflictos internos, los conflictos emocionales, eso que no se ve a simple vista, afecta mucho más a tu vida que el hecho de que el día solo tenga 24 horas.
Por eso, como este es un proyecto que tiene como base la salud física, sé que sin salud física no hay salud emocional y hay que mirar esto de cerca.
Porque si cuidases tu cuerpo físico podrías ver las cosas de otra manera.
Esto no significa que con salud física ya no vayas a tener problemas que resolver. Siempre los habrá. Pero te resultarán más sencillos.
El rencor, el odio, los traumas…ocupan un espacio precioso que hay que llenar con amor y salud.
¡Va!, arremángate que empezamos

POR QUÉ MI MADRE DESTRUYÓ MI AUTOESTIMA

No se me ocurre tarea más difícil en el mundo que el hecho de ser madre, y para eso no hay carreras universitarias, ni formaciones de ningún tipo.
Cualquier mujer, capacitada biológicamente, puede ser madre sin pasar ningún test psicotécnico («muy mal yaya», como dice mi sobrino cuando regaña a su abuela). Partiendo de esa base ya vamos mal, así que corramos un estúpido velo.
Que tu madre se quedase embarazada de ti y decidiese dar a luz y criar una hija, no significa que tuviese en sus manos las herramientas, ni los conocimientos necesarios, para sacar matrícula de honor en esa licenciatura de la vida.
Ser madre es una carrera de fondo donde se empieza con lo que tienes y se van adquiriendo aprendizajes por el camino, o eso me han contando. Si tienes esto en cuenta, está claro que la autoestima que tuviese tu madre mientras te gestaba y te criaba, influirá directamente en ti.
¿Conoces alguna mujer que se haya puesto a trabajar su autoestima para que esta influyera positivamente en su bebé? Si conoces alguna házmelo saber por favor, quiero entrevistarla.
Si quieres ser una de las entrevistadas necesitarás empezar por aquí.
Con esto no trato de criticar a ninguna madre, ni muchíiiiisimo menos. Solo reitero la idea de que a tu madre nadie la preparó para serlo y como no la enseñaron a darle importancia a estas cuestiones ni siquiera se las planteó.
Así que si tu madre destruyó tu autoestima es porque la suya ya estaba destruida de antemano y quizá ni siquiera lo supiese.

MADRE TÍMIDA Y VERGONZOSA

Existe una relación directa entre la timidez y la vergüenza con la baja autoestima.
Si tienes una madre tímida, como es mi caso, habrás comprobado que eso te afecta en muchas ocasiones. Más que afectar, incluso te molesta.
Aunque hasta ahora no lo sabías seguro, intuías que el hecho de que tu madre fuese tan tímida tenía mucho que ver con su falta de autoestima.
Es una mujer que quiere pasar desapercibida a toda costa, que se mete en su mundo y no hay narices a que nadie más entre allí.
Como tu madre no se considera valiosa, ni digna de amor, crece para dentro, escondiendo sus temores, deseos o necesidades para que nadie le haga daño. Y eso te afecta.
A pesar de que tú hayas desarrollado más el rol de tu padre, sobre todo porque estaba ausente y alguien lo tenía que desarrollar, la personalidad de tu madre también te marcó.
Si tu madre se encerraba en sí misma porque no se creía valiosa, tú interiorizaste eso tanto para adquirirlo como para cuestionarlo. Si ella no creía en sí misma ni en sus capacidades, ¿qué confianza en ti misma ibas a tener tú?
La diferencia principal es que como la actitud de tu madre te daba tantísima rabia, tú decidiste hacer lo contrario: tapar tus inseguridades para que nadie se diese cuenta, hacerte la dura, no como ella.
Entre madre e hija existe un importante vínculo de identificación que no puede pasarse por alto.

ACTITUDES DE TU MADRE QUE INFLUYERON NEGATIVAMENTE EN TU AUTOESTIMA

1.      NO VALORABA TUS LOGROS
Cuando eras pequeña te esforzabas mucho para que tu madre valorase todo lo que hacías, pero eso no ocurría. Pocas veces tu madre te dio palmaditas por lo bien que lo habías hecho. Pocas veces te dio un abrazo por el esfuerzo realizado o por hacer lo que te había pedido que hicieses.

2.      TE COMPARABA CONSTANTEMENTE
Sin intención de herirte ni de mermar tu autoestima, tu madre te comparaba continuamente con tus hermanas, tus amigas o incluso con ella misma. Lo de los demás siempre estaba mejor que lo tuyo, o al menos esa fue la lectura que tú hiciste.

3.      TE PONÍA ETIQUETAS
Llevas grabadas a fuego muchas de las palabras que te decía tu madre en tu infancia:
–          “Eres mala”
–          “Eres torpe”
–          “Eres gordita”
–          “Eres egoísta”
–          “Eres mal educada”
–          “Eres incorregible”
–          Etc, etc, etc.
Y como las cosas buenas no se te decían para que no te las creyeses, lo único que pudiste interiorizar fue todo lo malo que te atribuía tu madre. Así eras tú, una persona horrible y, sin querer, te lo creíste.

4.      TE EXIGÍA COSAS QUE NO IBAN CON TU EDAD
Entre la timidez de tu madre y el hecho de que ella no se valoraba lo suficiente, seguro que te tocó en más de una ocasión hacer cosas que te quedaban grandes como niña que eras.
Pero tú parecías tan echada para delante y tu madre tan echada para atrás, que parecía la mejor elección.
Tanto si lo hacías mal, como si lo hacías bien, tú sentirías que la presión que se ponía sobre ti era demasiado grande y que no podías llegar a alcanzar las expectativas que tu madre tenía puestas en ti.
Volverías a fracasar y tu mamá te añadiría otra etiqueta, la de inútil por ejemplo, para ir haciendo la lista cada vez más grande.

5.      NO TOLERABA TUS ERRORES
En tu casa los errores se pagaban, el castigo era seguro. Independientemente de que asumieras el error o no, tenías que pagar por ello. Eso te llevó a pensar que tu madre sólo toleraba la perfección. Había que ser perfecta o encerrarse en una misma, como hacía ella.

6.      NO TENÍA NINGUNA CREDIBILIDAD
Lo que no se puede cuestionar es que tu madre quería lo mejor para ti, aunque le venía muy bien la frase “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”.
–          Quería que estuvieses bien alimentada.
–          Quería que sacases buenas notas para que tuvieses un futuro mejor que el suyo.
–          Quería que hicieses ejercicio para estar más sana.
–          Quería que encontrases un buen hombre que no te reprimiese.
–          Quería que fueses una mujer libre.
Sin embargo, lo que quería para ti no era lo que hacía para ella. Tu madre:
–          Se alimentaba fatal.
–          Fumaba muchísimo.
–          Le costaba la misma vida hacer ejercicio.
–          Se sometía a tu padre.
–          Se enfadaba si pasabas demasiado tiempo con chicos…
Todas esas actitudes te confundían bastante y no sabías qué era lo mejor ni por qué tu madre actuaba así.

7.      SE APOYABA DEMASIADO EN TI
En lugar de tener en cuenta sus propias capacidades o apoyarse en tu padre, o en cualquier amiga o familiar, tu madre te tenía a ti como:
–          Amiga
–          Confidente
–          Cuidadora
–          Hombro para llorar
–          Lugar donde volcar sus frustraciones…
Y eso es demasiado trabajo para cualquier niña.
No podías llegar a todo, era imposible, así que tu autoestima caía en picado junto con la de tu madre. Aunque a ella se le notase muchísimo y tú lo supieras disimular mejor.

MI MADRE DESTRUYÓ MI AUTOESTIMA PERO LO VOY A SUPERAR

Y no te queda otra más que superarlo si quieres ser feliz y vivir tranquila.
La figura de una madre es la figura más importante de la vida de cualquier persona. La relación que tengas con ella, tanto si está físicamente contigo como si no, será crucial para que seas una mujer emocionalmente sana.
Tu madre hizo muchas cosas «mal», con toda seguridad. Eso mismo te pasa a ti, o te pasará, con tus hij@s porque nadie es perfecto. Sin embargo, hay muchas cosas que puedes hacer por ti para que esa falta de autoestima que te persigue desde la infancia se convierta en un amor profundo hacia ti misma y hacia todo lo que te rodea.
Voy a contarte lo que yo he tenido que hacer en mi camino para dejar de guardarle rencor a mi madre por todo lo que creía que había hecho mal:

1.      SUELTA EL VICTIMISMO
Sé que durante mucho tiempo te ha venido genial pensar que la culpa de muchos de tus problemas la tenía tu madre. Has intentado cambiarla a ella para que así te afectasen menos sus cosas, pero no ha funcionado.
Ya eres una niña grande, así que responsabilizar a los demás por los problemas que tú tienes no te va a permitir avanzar.
¡Deja de hacerte la víctima y toma las riendas!
Sé que dicho así suena muy duro. A mí también me ponían de muy mal humor las personas que me decían esto…Hasta que me di cuenta de que tenían toda la razón.

2.      PONTE EN SU LUGAR
Si eres madre, ahora entenderás mucho mejor todas esas cosas que pensabas que tu mamá hacía mal puesto que ya lo estás viviendo en tus propias carnes.
Si no eres madre, lo único que tienes que hacer es empatizar un poco con ella. Si no conoces demasiado de su historia pregúntale:
¿Cómo era la relación con sus padres, tus abuelos?
¿Cómo fue su infancia?
Intenta comprender de dónde viene su comportamiento, porque todo el mundo tiene una historia que le lleva a actuar de una u otra manera.
La gente no es mala o bueno porque sí, y conocer su historia te ayudará a entender muchas cosas, aunque eso no significa que tengas que compartirlas.

3.      PERDONA
¡Menuda herramienta esta del perdón! Maravillosa en cualquier etapa de tu vida para sanar tus heridas y seguir adelante.
Al fin y al cabo tu madre tampoco es mala, todo lo contrario, es una buena mujer que ha querido hacerlo siempre lo mejor que ha podido (sabido).
Soy consciente de que esto sueña ñoño, pero tengo plena conciencia de que todo el mundo lo hace lo mejor que sabe y puede. No se pueden hacer las cosas de otra manera.
Con tu madre pasa lo mismo. Puede ser un auténtico monstruo, pero se debe a que no sabe hacerlo mejor. Qué podemos hacer ante esto???
Liberar de culpa a tu madre, te libera de culpa a ti. Es un proceso que hay que asumir para afrontar estos traumas infantiles, por mucho que en los momentos de dolor lo único que quieras es hacerla desaparecer.

4.      ESTRECHA LOS LAZOS CON ELLA
Quizá pienses que con perdonar, a tu manera, está el tema resuelto. Sin embargo, no consigues olvidar todas esas cosas que te han hecho tener la autoestima tan baja.
Si perdonas de verdad, lo siguiente será estrechar lazos con tu madre y dejar de criticarla para reforzar sus virtudes.
Así la estarás ayudando a ella a sanar su autoestima y te vendrá genial a ti para que su forma de actuar deje de perjudicarte.
Pero si has decidido que es mejor alejarse, este apartado te lo saltas del tirón.
Cuidado aquí porque estamos hablando de relaciones madre-hija «normales», no estoy hablando de madres narcisistas ni psicópatas. Si tu madre es de este tipo lo único que se puede hacer en la mayoría de los casos (además de aceptar el pasado y perdonar) es marcharte lejos.

5.      APRENDE DE SUS ERRORES PARA QUE TÚ NO LOS COMETAS
Mi madre siempre me ha dicho que ella hacía conmigo y con mis hermanas justo lo contrario de lo que habían hecho con ella. O al menos eso intentaba.
En la realidad, no es frecuente conseguir hacer justo lo contrario que han hecho contigo, porque muchas de esas cosas van grabadas en tu ADN y te salen de forma inconsciente.
Por eso, en cuanto a la libertad que tenía o los consejos que recibía, probablemente eran totalmente contrarios a lo que mi abuela hacía con ella. Sin embargo, en otras muchas cosas como no valorar los logros por ejemplo, mi madre no pudo evitar comportarse como mi abuela porque no era consciente de que lo hacía.
Así que observa bien todas esos comportamientos de tu madre que consideras que han acabado con tu autoestima y refuerza el aprendizaje para que tú no hagas lo mismo.
Está claro que si consigues sanar tu autoestima dañada podrás ser una madre que sepa reforzar la autoestima de tus churumbeles.
Puede que gracias a tu madre tengas baja autoestima, pero también tienes otras cosas: gracias a tu madre, entre otras cosas, has conseguido convertirte en la mujer admirable que eres hoy. Eso que tampoco se te olvide.
Me gustaría volver a hacer una aclaración en este punto porque no se ha entendido nada bien…
Obviamente, cada cual entiende lo que quiere en función de su percepción de la realidad. Así que te cuento cuál es mi percepción.
Lo que quiero decir aquí no es que gracias a lo mal que se ha portado tu madre tú has conseguido ser lo que eres.
No es así exactamente…
Lo que quiero decir es que, todo lo malo que ocurre en la vida te sirve para hacerte más fuerte, más consciente y estar más preparada. Así que de absolutamente todo se puede aprender y agradecer.

CASO REAL

Tengo una amiga, una tía genial, cuya madre es el vivo ejemplo de todo lo que te estoy contando. Desde luego no es mi caso, pero sí que es un caso que me pareció muy claro cuando lo conocí.
La primera vez que mi amiga me presentó a su madre, lo primero que esta señora le dijo a su hija fue:
“Mira qué delgadita está tu amiga, no como tú que cada vez estás más gorda”.
¡Me quedé helada!
Mi amiga se lo tomó tan bien que no me preocupé demasiado, es una chica que tiene muy claras cuáles son sus cualidades y que necesita mucho más que eso para que le afecte a su autoestima.
Pero no me quiero ni imaginar qué tipo de infancia tuvo que pasar siendo criticada y comparada constantemente y de una forma nada suave, y de qué manera tuvo que protegerse de aquello para convertirse en la mujer y madre maravillosa que es hoy.

CONCLUSIONES

Como se explica perfectamente en este artículo:
“La autoestima es uno de los componentes de la vida afectiva que tienen mayor incidencia en la calidad de vida de las personas y en su salud”.
Afirmación que me parece indiscutible porque he podido comprobarlo a lo largo de toda mi trayectoria, y por eso me dedico a lo que me dedico hoy en día.
No sólo tus padres han tenido influencia en tu autoestima, aunque la infancia sea el período más crucial para ello. Hay muchos factores que afectan día a día a que te sientas bien contigo misma.
No pretendo en ningún caso decirle a ninguna madre cómo tiene que actuar, qué podría haber hecho mejor, ni me atrevería jamás a hacerlo puesto que no me puedo poner en su piel.
Mi intención es que tú entiendas que aunque la figura de tu madre tuvo mucho que ver con la autoestima que has desarrollado, a día de hoy solo lo puedes mejorar tú.
Si crees que tienes una vida mediocre y que tu madre, o cualquier otro factor externo, tienen la culpa de algo, te va a resultar muy complicado avanzar.
Cuando más te quieras más querrás a los demás y, por tanto, la relación con tu madre mejorará muchísimo.
La relación con mi madre es muy buena, tengo una madre especial aunque sea un poquito “padentro”. Pero desde el momento en que yo empecé a valorarme, empecé a valorarla más a ella también.
Juntas, hemos hecho un camino de desarrollo personal y de evolución constante que me hace seguir aprendiendo de ella cada día y dar gracias por la madre que tengo.
Tanto tu madre como la mía se dejaron la piel para darnos lo mejor, las heridas sólo sanan cuando perdonamos lo “malo” y recordamos lo bueno.

https://revolucionat.com/madre-destruyo-autoestima-no-consigo-superarlo/


 

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