HE COMETIDO EL PEOR DE LOS ERRORES: NO HE SIDO FELIZ.
En mi opinión, este título –casi copiado de la poesía de José Luís Borges llamada El remordimiento- refleja bastante bien un pensamiento que se nos presenta inevitablemente a las personas y con más asiduidad a medida que nos vamos haciendo mayores. Ni siquiera es necesario buscar deliberadamente el tema porque se nos aparece en la mente sin que haya un motivo especial, parece que sucede porque es instintivo en el Ser Humano el mejoramiento, sabemos que aprendemos por pruebas y errores, y sabemos que cada experiencia –tanto las agradables como las que no lo son- nos aporta una enseñanza y un aprendizaje.
Cada persona debería saber todo acerca de sí misma, y eso incluye conocerse profundamente tanto en la parte psicológica como espiritual, y conocer además sus propios principios, su escala de valores, su objetivo en la vida, las cosas que le hacen feliz, lo que no quiere que exista en su vida, etc.
Ser feliz es algo que aparece en todas las listas de los deseos de todas las personas. Ser feliz y también estar bien de salud, tener gente querida y ser querido, triunfar de algún modo, tener paz, amar y ser amado, etc.
Y conviene saber todo eso para ponerlo como objetivo principal en la vida y no dejarlo desatendido, cosa que llevará inevitablemente a un doloroso Tiempo de los Arrepentimientos que comienza mucho antes de lo que uno se pueda imaginar.
“He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz”, así comienza Borges su reflexión en forma de lamento. En otra que poesía, titulada Instantes, que se le atribuye pero no está claro que sea suya, se dice:
“Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios”.
Los lamentos de las personas mayores se centran especialmente en el derroche de las oportunidades no vividas, en aquello que se pudo haber hecho y no se hizo y hay demasiados frentes en los que hemos fallado por algún motivo. Los procesos de introspección y los recuerdos no han de tener como meta final el auto-reproche sino el auto-aprendizaje. De ese modo, hablar del pasado sería hablar de mejorar el presente y el futuro. Si uno aprende de las experiencias anteriores ya sabe cómo tiene que actuar cuando se vuelvan a presentar y ahora serán bien vividas y aprovechadas.
“Pero si pudiera volver atrás trataría de tener sólo buenos momentos”. Esa idea es muy aprovechable y aplicable a cada uno de nosotros y a todas las vidas. No siempre se puede alcanzar eso de tener sólo buenos momentos, pero sí se puede hacer que sean muchos o que sean mayoría. “Por si no lo sabe, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora”. El ahora, el presente, esto es lo único que tenemos… y está destinado a convertirse en pasado: hagamos del ahora algo de lo que sentirnos satisfechos cuando ya sea solamente pasado.
Conviene en cada revisión de la vida, y más aún al llegar al final de ella, que no sea la desatención a procurarse felicidad lo que destaque, que no se convierta en motivo de insatisfacción y arrepentimiento. Nunca es demasiado, se dice. Nunca se es demasiado feliz. Siempre hay espacio para más felicidad. No es necesario conformarse con menos de lo posible. La felicidad como objetivo en la vida, como motivación, siempre es un buen argumento, un buen deseo, fuente de satisfacciones.
Conviene preguntarse a menudo si uno hace lo necesario para lograr más felicidad, si uno tiene atendida esta faceta tan importante, si uno puede hacer un balance personal en el que por encima de los problemas y los conflictos sobrevive una voz que afirme “sí, he sido y soy feliz”. Y será un buen resumen de una vida bien aprovechada.
Te dejo con tus reflexiones…
