APEGO SEGURO: ¿QUÉ ES Y CÓMO DESARROLLARLO?
Publicado por Dr. Cassinello
El apego seguro es una base sólida de seguridad que permite al niño/adulto confiar en los demás y en sí mismo. Es muy importante desarrollar vínculos seguros desde la infancia, os lo cuento en este post ¡Sigue leyendo!
APEGO SEGURO: ¿QUÉ ES Y CÓMO DESARROLLARLO?
El apego seguro en la infancia surge cuando su cuidador o cuidadores principales se comportan de manera sensible, cálida, acogedora y atenta a las necesidades del niño. Esto genera un vínculo emocional seguro, creando confianza ante todas las incertidumbres que percibe. A medida que nos vamos haciendo mayores, este tipo de apego genera seguridad, confianza, expectativas de que el mundo que le rodea es un lugar donde las personas pueden prestarle ayuda en los momentos de necesidad.
Además, se cuenta con la protección necesaria por parte la de figura afectiva y de referencia. Lo que permite generar un desarrollo emocional sano y seguro que influirá en el tipo de relaciones que establecerá con los demás a lo largo de su vida. Este tipo de apego se puede adquirir en la edad adulta con ayuda de un profesional en psiquiatría o psicología.
CARACTERÍSTICAS DEL APEGO SEGURO
Las personas que tienen un estilo de apego seguro desean vincularse con los demás, saben cómo expresarse y comunicarse en sus relaciones de forma clara, no tiene excesivo miedo al rechazo, además se caracterizan por:
• Tener mayor autoestima y una percepción positiva de sí mismo y el mundo.
• No les incomoda la intimidad ni la proximidad con otras personas.
• Mayor cohesión familiar en las personas adultas.
• No temen el abandono.
• Capacidad para regular sus emociones.
• Aceptan las emociones negativas.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE FOMENTAR EL APEGO SEGURO EN LA INFANCIA?
El apego seguro es importante para una vida social y en pareja. Aquellos niños que han sido tratados en sus primeros meses de vida con atención y cariño, desarrollan una mayor confianza, autoestima y autonomía a lo largo de su vida. Presentan mejores aptitudes para gestionar sus emociones y más seguridad en ellos mismos. Además, esto les permite mantener relaciones saludables a nivel social, especialmente en relaciones de intimidad en la vida adulta.
Aunque sea algo que no parezca tener gran importancia de primeras, lo cierto es que en función de la calidad afectiva que sus cuidadores les hayan otorgado, más probabilidades tendrá de conseguir una vida equilibrada, con relaciones saludables y plena en su fase adulta.
Es importante destacar que la raíz de muchas dificultades psicológicas en la adultez se deben o tienen relación con un desorden de apego o vinculación desde la etapa primaria, esto influencia su carácter y la relación que mantiene con su entorno. Un tipo de apego inseguro o evitativo puede causar dificultades en la vida adulta. Por ello es tan importante el tipo de relación afectiva de los niños ya que, queramos o no, marcará su desarrollo y futuro.
¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE EL APEGO SEGURO EN NIÑOS Y EL APEGO EN ADULTO?
La necesidad de un apego seguro no es únicamente en la infancia, sino que también la tenemos de adultos, tanto en las relaciones de amistad, como de pareja. El apego nos ofrece un refugio, un puerto seguro donde poder acudir en los momentos de vulnerabilidad. En la vida adulta y de pareja se van a buscar esos patrones de apego.
Entre sus diferencias, los adultos tenemos la capacidad de imaginar y crear representaciones mentales de ese apego seguro, mientras que los niños/as necesitan el contacto físico para asegurarse de que hay alguien que les proteja.
En el apego seguro en la infancia se espera que el adulto proteja al niño a través del afecto. En el apego infantil no hay equilibrio, se espera que el adulto cuide del niño/a, no hay cuidado recíproco. Si bien este vínculo se genera de forma casi automática entre los cuidadores, lo cierto es que hay que trabajarlo día a día para que se mantenga en el tiempo. Para poder establecer un apego seguro, lo más importante es atender a los niños sintonizando con sus necesidades emocionales y físicas.
En cambio, las relaciones adultas, de pareja son sexuales, hay una actividad de unión (el sexo). En las relaciones de apego adulto se espera que haya un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe.
El apego seguro se construye dentro del amor y unos límites regulares mantenidos en el tiempo.
FOMENTAR EL APEGO SEGURO
No todos los niños desarrollarán un apego seguro aunque los padres lo intenten, ya que esto viene determinado por otros factores como la genética y la forma en la que se relacione en el futuro basado en sus experiencias y vivencias. Pese a todo, debemos fomentar el apego seguro, para ello debemos:
• Responder a sus necesidades en cuanto a alimento, sueño y otras necesidades primarias como la protección.
• Atiende a tu bebé, para ayudarlo a desarrollar un vínculo seguro hay que darle seguridad y certeza sobre ti y sobre él o ella.
• Ayúdalo a reconocer sus emociones, los bebés no saben dominar sus emociones y se pueden sentir desbordados, deben saber que estamos ahí para consolarlos. En el caso de la infancia necesitamos poner nombre a las emociones y ayudarlos a calmarse.
• Contacto físico y afecto: Parte de sentirse seguro en la vida adulta consiste en saber que, aunque las personas de referencia no están ahí, nos quieren a pesar de todo, y que somos importantes para ellas. El contacto físico, los masajes, los juegos y las bromas ayudan al bebé y al niño pequeño a saber que ella o él es importante y que merece ser querido por los demás.
• El apego seguro en la infancia se basa en la confianza.
• Reconoce su independencia, debe saber que es una persona independiente y autónoma, dale responsabilidades en tareas que puedan completar ellos mismos en función de su edad.
• Deja que explore e investigue por su cuenta, esto le ayudará a relacionarse mejor con el mundo.
• Establecer normas y límites adecuados desde que los niños nacen, adelantar y hacer predecible qué se espera de él y lo que está o no permitido.
• Estar presente, pese a las horas de trabajo y el cansancio debemos pasar tiempo de calidad con nuestro hijos, preguntarles qué tal su día, escucharlos, jugar, etc. Que sepan que estamos ahí.
¿CÓMO LO FOMENTAMOS EN EL CASO DE ADULTOS?
En estos casos es un poco más complejo, ya que suelen derivar de distintos tipos de apego de tipo inseguro. Sin embargo, todos podemos superar nuestro estilo de apego inseguro y avanzar hacia una mayor seguridad, confianza y bienestar con ayuda de un profesional.
PARTIENDO DE UN APEGO EVITATIVO
La persona debe aprender a confiar y permitirse crear intimidad emocional, para ello es importante atender a ciertas cuestiones:
• Comprender de dónde viene este apego evitativo y sanar las heridas.
• Aceptar que podemos sentirnos rechazados y minimizados pero que no tiene por qué volver a ocurrir.
• Es fundamental dejar de evitar, pensar en qué situaciones evitas y afrontarlas.
• Adquirir con ayuda de un profesional herramientas que te ayuden a gestionar la inseguridad.
• Aprende a expresar tus emociones sin ocultarte.
CUANDO SE PARTE DE UN APEGO AMBIVALENTE
Se debe superar la dependencia emocional, dejar de buscar desesperadamente el amor y la presencia de otras personas, para ello:
• Entiende que tus actitudes surgen de las confusiones, la carencia de afecto y la falta de aceptación, eso provoca tu inseguridad.
• Recuerda que eres un adulto y no dependes de nadie para sobrevivir.
• Refuerza tu autoestima, amor propio y empieza a darte eso que tanto anhelas de los demás.
• Cuida tu diálogo interno y las inferencias que haces de la conducta de los demás.
• Amplía tu círculo social con personas nutritivas y enriquecedoras.
PARTIENDO DE UN APEGO DESORGANIZADO
En estos casos es necesario trabajar en las dos vertientes anteriores con la ayuda siempre de un profesional que pueda ayudarte a establecer pautas y rutinas para desarrollar un apego seguro, dado que en estos casos el estilo de apego surge como consecuencia de un trauma complejo vivido en la infancia.
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