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 POR QUÉ ME AFECTAN MUCHO LAS DISCUSIONES Y CÓMO GESTIONARLAS.



Septiembre 25, 2024, 05:56:42 am
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POR QUÉ ME AFECTAN MUCHO LAS DISCUSIONES Y CÓMO GESTIONARLAS.
« en: Septiembre 25, 2024, 05:56:42 am »
POR QUÉ ME AFECTAN MUCHO LAS DISCUSIONES Y CÓMO GESTIONARLAS.
Por Sara Sanchis.

Las discusiones son situaciones sociales que, en general, desagradan a la mayor parte de las personas por el malestar interno que provoca ver enfrentarse. Que la discusión se desarrolle de una forma u otra dependerá, en gran medida, de la personalidad de las personas implicadas en esta situación. Ante tales situaciones, las personas reaccionan de diferentes maneras en función, principalmente, de las características psicológico-emocionales que posean: podrán alentar con su actitud la discusión, podrán mostrarse indiferentes y como si la cosa no fuese con ellos, intentarán por todos los medios aminorar el grado de malestar generado o se sentirán tremendamente afectados por tan desagradable situación pudiendo quedar, incluso, bloqueados.
En el siguiente artículo de Psicología-Online te explicamos Por qué me afectan mucho las discusiones y cómo gestionarlas.

POR QUÉ ME AFECTAN MUCHO LAS DISCUSIONES

La interacción de factores como, por ejemplo, la personalidad, el estado psico-emocional del momento o el entorno puede provocar un tipo u otro de respuesta. En el caso de las personas a las que les afectada en exceso enfrentarse a cualquier discusión los principales motivos que provocan esta reacción son:

•   Inocencia y temprana edad: los niños, adolescentes y jóvenes que no han sido especialmente golpeados psicológica ni emocionalmente pueden quedar afectados ante sus primeras discusiones debido al dolor que internamente siente su inocente estado de pureza frente a tan desagradable situación.
•   Alta sensibilidad: las personas con altos grados de sensibilidad suelen resultar igualmente muy afectadas ante situaciones de conflicto y discusión por el intenso dolor que dichas situaciones les provocan.
•   Heridas de infancia: tras haber sufrido durante su infancia desagradables situaciones de repetidos e intensos enfrentamientos y discusiones entre sus progenitores o actitudes disruptivas por parte de uno de ellos, algunas personas desarrollan una reacción defensiva de bloqueo ante cualquier situación de conflicto o discusión en su vida. En otras palabras, ante cualquier posible discusión recuerdan el dolor vivido durante su infancia y se quedan bloqueados sin poder reaccionar.
Las discusiones incomodan el interior de cualquier persona. A pesar de que el desarrollo de ciertos tipos de sociedades ha incentivado comportamientos más agresivos y de enfrentamiento, el ser humano, en esencia, es un ser pacífico. Es por ello que, ante cualquier discusión parte del alma del ser humano es golpeada y, por tanto, dolida y afectada.

EFECTOS DE LAS DISCUSIONES

Como hemos comentado anteriormente, en esencia las personas somos pacíficas y las discusiones son alteraciones y desequilibrios de este funcionamiento social cordial entre los seres humanos. De este modo, podemos considerar que los efectos de las discusiones en las personas a corto, medio y largo plazo serán negativos y perjudiciales para la salud y equilibrio de la persona.
Concretamente, los efectos psicológicos que pueden provocar situaciones prolongadas de discusión son estrés, ansiedad, ira y rencor, enfermedades psicosomáticas, aumento de la agresividad, falta de atención, concentración y memoria, angustia, desesperación, llanto descontrolado, etc.
En consecuencia, el cuerpo de las personas puede verse en mayor o menor medida afectado con efectos como dolor de cabeza, migraña o jaquecas, vértigo, desajustes y alteraciones digestivas, enfermedades inflamatorias debidas al estrés crónico de las células, erupciones cutáneas o la caída del cabello, entre otras consecuencias.

CÓMO GESTIONAR LAS DISCUSIONES

Teniendo en cuenta los efectos negativos que provocan las discusiones entre dos o más personas, y en un intento de facilitar el modo de gestionar constructivamente estas situaciones ofrecemos, a continuación cinco técnicas para gestionar las discusiones:

1.   Plantearnos si realmente nuestro motivo es tan importante como para mantener esta desagradable situación. Al ver la situación de este modo es bastante probable que demos mayor importancia al buen entendimiento que al egocéntrico intento de salir ganando en la discusión. La mayor parte de las discusiones vienen alentadas por una postura egocéntrica que no nos permite siquiera intentar entender los motivos expuestos por la otra persona. Para las persona que quedan bloqueadas ante las discusiones, esta técnica les ayudará a ver quitar peso a la situación viendo que la discusión resulta innecesaria y se puede detener con una buena actitud y saliendo del miedo.
2.   Intentar ponernos en el lugar de la otra persona. Tras plantearnos si nuestra motivación para discutir merece más la pena que mantener la buena relación con la persona que tengo delante, intentar ponernos en el lugar de ella nos ayudará a seguir apaciguando nuestros motivos internos para discutir. De nuevo, para las personas que quedan fuertemente afectadas, hacer el esfuerzo por ponerse en el lugar del otro les ayudará a empatizar con la persona que tienen delante y a salir de su mecanismo evitativo defensivo.
3.   Respirar profundamente y repetirnos internamente "cálmate, cálmate,...". Esto nos ayudará a salir del estado emocional desajustado (agresivo o de bloqueo) que alimenta y mantiene la discusión. En este artículo encontrarás algunos Ejercicios de respiración que te ayudarán a mantener la calma y reducir la ansiedad.
4.   Esforzarnos por ser pacientes y pacíficos. Una discusión no se da si dos no la alimentan. De este modo, si ponemos todo de nuestra parte para permanecer tranquilos, pacientes y con una actitud pacífica ayudaremos a que el mal ambiente originado vaya menguando y la otra persona implicada pierda la fuerza negativa que le llevaba a participar también de la discusión. Esta técnica ayudará especialmente a las personas que quedan bloqueadas ya que, si bien no participan agresivamente en la discusión, sí lo hacen de manera pasiva. Si abandonan esta actitud de miedo y se muestran activamente pacíficos, la otra persona perderá los motivos de su lucha y enfrentamiento.
5.   Pedir perdón: es la mejor respuesta por nuestra parte para finalizar agradablemente una discusión. No se trata de perder la razón y dejar que gane el otro. No tiene nada que ver con eso. Se trata de pedir perdón por nuestra parte de responsabilidad en el origen y mantenimiento de la discusión (incluso por lo que respecta a la actitud pasiva de las personas que quedan bloqueadas). Pedir perdón sincero es una herramienta milagrosa que frena y borra todo tipo de conflicto al enfrentar a las personas implicadas con la absurdez de la situación frente a lo prioritario de cuidarnos y tratarnos de buen modo.

Poner en práctica estas cinco estrategias nos ayudará a detener a tiempo cualquier tipo de discusión en la que nos encontremos, incluso a evitar que estas se aviven nada más empezar. Las personas con grandes dificultades para enfrentarse a esas situaciones, de igual modo, se verán gratamente beneficiadas al adoptar herramientas resolutivas que les permitirán abandonar para siempre el miedo y evitación que las mantenían bloqueadas.

https://www.psicologia-online.com/por-que-me-afectan-mucho-las-discusiones-y-como-gestionarlas-6762.html


 

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