¿TE ATREVES A ROMPER CON TODO LO QUE TIENES QUE ROMPER?
En mi opinión, la vida nos pone en más de una ocasión en la tesitura de elegir entre seguir manteniéndonos en la insatisfacción, en el dolor y la frustración, en eso de siempre que no nos gusta, o bien decidirnos por romper con todo lo que ya sabemos que tenemos que romper, renunciar por fin a todo lo que nos hace mal, sacar de nuestro corazón o de nuestra mente o de nuestra vida todo aquello que nos está perjudicando, y ponernos a salvo de daños y dolores.
Sólo en contadas ocasiones tenemos la valentía y la dignidad de anteponer nuestro bienestar, y nuestra estabilidad personal y psicológica, a otras cosas que nos perjudican; a menudo permitimos que otras personas o circunstancias tengan una injusta prioridad sobre nosotros y que nuestro Amor Propio –el Amor a nosotros mismos- quede lastimosamente relegado, desatendido, dolido y humillado.
¿Cuántas veces has pensado romper con un trabajo, con una relación, con un presente que está siendo ingrato?, ¿cuántas veces has dicho que te gustaría tener el valor de dejar algo y mandarlo a la mierda sin cargo de conciencia?, ¿cuántas veces te has lamentado por tu falta de valor o decisión?, ¿cuántas veces has pensado que todo sería mejor si te atrevieses a tomar la decisión de romper con ciertas cosas?
Parece que somos cobardes a la hora de escuchar nuestros lamentos y no les prestamos la atención y dedicación que requieren, y parece que hay una cierta aceptación, un nefasto conformismo, con aquello que sólo depende de nosotros para ser cambiado, deshecho, borrado, tirado, repudiado.
¿Has pensado en que una parte de esa infelicidad que sientes es por no tomar decisiones? Sí, supongo que lo has pensado… ¿por qué no lo has hecho?, ¿sabes que eres responsable de esa infelicidad?, ¿aún dudas de tu derecho a decir NO cuando quieres decir NO?
La vida generalmente no cambia por las casualidades, sino por las decisiones. Los cambios ha de hacerlos cada uno y no dejar esa responsabilidad al azar o al destino.
“Para hacer una tortilla hay que romper los huevos”, ya lo sabes. Romper –lo que queremos romper porque nos beneficia- no es malo: es necesario. El pájaro no vuela hasta que se atreve a saltar por primera vez del nido. Romper, o soltar, requiere de valentía. Y en muchas ocasiones esa valentía aparece disfrazada de desesperación y uno rompe cuando ya no puede aguantar más, cuando lleva mucho tiempo sufriendo innecesariamente. Romper, cambiar, dejar atrás, experimentar algo nuevo… todo eso forma parte de la vida y hay que atreverse a hacerlo.
Empieza por romper tus miedos. Sal de esa dolorosa zona de confort donde te has instalado, porque eso no es confort: el confort bueno te espera en otro sitio y tienes que llegar a ese sitio: es tu próximo destino. Para llegar a donde quieres estar primero tienes que dejar el sitio donde estás. Para empezar en lo nuevo antes hay que deshacerse de lo viejo porque no se puede estar en dos sitios a la vez. Y para eso hay que tener valor. El mundo es de los osados. La osadía es más valiosa que el conformismo. A veces nos asusta hacer cambios cuando lo que debería asustarnos es no hacerlos y quedarnos para siempre en el arrepentimiento de no haberlo hecho.
“No podemos convertirnos en lo que queremos si seguimos siendo lo que estamos siendo”. Buena frase para reflexionar. Romper no es el fin del mundo, es el inicio de uno nuevo. Nunca es demasiado tarde para convertirte en aquel que quieres ser.
Si lo que has leído te ha revuelto o te ha revolucionado un poco… aprovecha y comienza ya. Haz una lista de lo que quieres romper… y empieza ya.
Te dejo con tus reflexiones…