MADRE
Por primera vez vienes a mi pluma
desde que me naciste.
Nunca antes rebusqué en las frases
y en los agradecimientos algo para ti.
Parecía como si fueses ajena a mi entorno.
Exiliada de mi corazón.
Ausente en todo y de todo.
Te debo una mirada sin vergüenza ni remordimientos,
un abrazo que abarque tu cuerpo pequeño,
un beso que no retroceda tras besar,
una tarde entera a tu lado, contigo
Te debo un presente, una presencia, un sentimiento,
una declaración de amor y reconocimiento,
un paseo a tu paso de ancianita,
una risa que despierte a otra tuya,
un cuento largo y reposado.
Te debo, también,
que te sientas orgullosa de ser mi madre, mi creadora,
y las palabras que broten sinceras
diciéndote lo que siempre callé,
lo que no te demostré nunca
y lo que casi nunca he sabido ser: tu hijo.
Francisco de Sales
