Señor, tú que conoces mis pensamientos y escuchas lo que aún no he dicho, hoy vengo ante ti con humildad. Dame lo que necesito, no lo que deseo, y ayúdame a aceptar tu voluntad aunque no siempre la entienda. Fortalece mi fe, guía mis pasos y no me sueltes, aun cuando yo me aparte.
Amén.