LA COMPASIÓN HACIA UNO MISMO.
La compasión hacia Uno Mismo es uno de los mayores actos de Amor Propio que cada uno puede demostrar hacia sí mismo.
No es lástima, no es menospreciarnos y darnos pena: es aplicar la capacidad de tratarnos con el mismo respeto, el mismo cuidado, la misma bondad con la que trataríamos a nuestro mejor amigo o familiar más querido.
Si alguno de ellos llegara a ti arrepentido por algo que haya hecho y que se pueda considerar un error y te lo contara, sin duda le escucharías con bondad, sin prejuicios, con honestidad; le escucharías y después le alentarías para que siguiera adelante, para que ese error no fuera un obstáculo insalvable que pudiera dejarle estancado en su dolor.
Esa ternura y misericordia, ese corazón abierto que le ofrecerías, es lo mismo que debes hacer contigo cada vez que cometas un error. No sólo castigarte, no entrar en una rueda de autorreproches, no dejar de mirarte a los ojos ni expulsarte del corazón, sino acogerte como lo harías con otros.
¿Por qué negarte a ti ese mismo cuidado y comprensión que ofreces a los demás?
Piénsalo… y decide cómo te vas a tratar a partir de ahora.
Francisco de Sales